Los cuentos de hadas y los libros de aventuras fomentan las fantasías infantiles de descubrir un tesoro escondido... Pero ¿qué pasa cuando estas historias se hacen realidad? Matthew y su familia estaban a punto de averiguarlo, al descubrir por casualidad una caja en su jardín.
SU
CASA DE ADOBE
La familia
Emanuel, entre ellos Matthew, su mujer y su hijo, llevaba años en la casa de
Todt Hill, en Staten Island. Realizaron un sinfín de proyectos de remodelación
del hogar, en los que reformaron casi todos los rincones de su propiedad...
Excepto uno en particular.
La prioridad
principal de la familia Emanuel era trabajar en el interior de la casa. Por
eso, la renovación del jardín había quedado en un segundo plano. No sabían que
había un rincón abandonado en el patio trasero que escondía algo bajo los
escombros.
ELLOS
SON LA FAMILIA EMANUEL
La vida de
la familia Emanuel solía ser bastante tranquila. Matthew era contador. Su
esposa, María Colonna Emanuel, era maestra, y su único hijo seguía en la
escuela. Eran una familia típica de los suburbios, y María solía aprovechar los
sábados para cosas de la casa.
Al
principio, Matthew no entendía por qué María quería remodelar siempre. Pero
después de un tiempo, se dio cuenta de que a él también le gustaba hacerlo. Así
que un día le dijo confiado a su mujer que su próximo proyecto sería el tan
temido patio trasero. Apenas la casa estuviera perfecta, pensaba ocuparse del
paisaje descuidado.
EL
HALLAZGO INESPERADO
Dentro del
predio de la casa, su rincón descuidado se había convertido en la zona donde
tiraban las cosas que ya no les servían. También había algunas plantas
venenosas que nadie quería tocar. Sin embargo, la esposa de Matthew tenía una
idea concreta, por lo que quería que el jardín estuviera terminado lo antes
posible.
Para poder
empezar, tuvieron que deshacerse de todas las cosas viejas que habían tirado
allí. Una vez que se deshicieron de toda la basura, vieron la caja decrépita.
La familia Emanuel siempre había pensado que ese temido rincón estaba lleno de
cosas inútiles, así que se sorprendieron cuando vieron que había algo
escondido.
LA
CAJA FUERTE SIN TOCAR
Era evidente
que la caja había estado allí varios años. Estaba oxidada y arruinada. Eso,
sumado a las hierbas venenosas, hizo que la familia no quisiera acercarse a
ella. Cuando se dieron cuenta de que era un trabajo más laborioso de lo que
pensaban, decidieron dejarlo para otro día.
Con el
tiempo, el otoño se fue y la estación fría trajo consigo un clima intenso. Los
vientos fuertes arrancaron las hojas de los árboles y su jardín tenía un
aspecto bastante caótico. Cuando llegó la primavera, María le dijo a Matthew
que él tenía que ocuparse de ese rincón tan horrible.
LO
POSPUSIERON HASTA LA PRIMAVERA
Matthew
seguía postergando el asunto, pero se acercaba el momento de ocuparse de la
caja. Un día, un ciervo se metió en el jardín de la familia y empezó a
mordisquear uno de sus arbustos. Aunque la imagen era adorable, hizo que se
viera lo que estaban tratando de ocultar... la caja oxidada.
Había pasado
tanto tiempo que el lugar descuidado del jardín se había vuelto ineludible. Era
fácil ignorarlo por todos los árboles y hojas secas que había en el camino. Sin
embargo, los ciervos se habían comido una pequeña sección de su jardín, lo que
hizo que la caja oxidada quedara al descubierto.
LA
LIMPIEZA DE PRIMAVERA DE ESE AÑO
El invierno
había dejado su jardín hecho un desastre. Después de unos buenos días de
trabajo, Matthew se ocupó de la esquina del fondo y de la caja metálica. Sin
embargo, al ver lo mucho que faltaba por hacer, decidió posponerlo de nuevo. Al
fin y al cabo, tenía mucho trabajo por delante.
Matthew
tenía grandes ideas para el jardín, pero necesitaba hacer un borrón y cuenta
nueva. Así que empezó por cortar todo el follaje de los alrededores. Cuando
vació el jardín, la caja quedó a la vista. Era una monstruosidad de la que
estaba desesperado por deshacerse. Era hora de liberar al jardín de aquella
caja para siempre.
NECESITABAN
AYUDA
Había zonas
del jardín que eran prácticamente insalvables. Matthew sabía que, si iba a
embellecer el jardín, necesitaba ayuda de un profesional. Así que investigó un
poco y se esforzó por encontrar a la persona perfecta para el trabajo. Por
suerte, la encontró.
Matthew se
puso en contacto con un gran paisajista. Lo llamó y le pidió que revisara el
jardín para ver cuánto trabajo le esperaba a Matthew. Él no sabía que este
paisajista se convertiría en una parte importante de la historia. Además, era
un jardinero poco ortodoxo.
ROBERT FOLEY, ALIAS BAMBOO BOB
La primera
fecha disponible del paisajista fue el 28 de abril. La pasión de Robert Foley
por su negocio lo llevó a adoptar el apodo “Bamboo
Bob”. Le dijo a Mathew que sólo contestaría si lo llamaban por su apodo.
Bamboo Bob se había ganado una buena reputación, como uno de los mejores en
paisajismo.
Bamboo Bob
había trabajado en todo el estado y sus alrededores. Lo conocía casi todo el
vecindario, y Matthew no podía esperar para empezar. Pronto, el propio Bamboo
Bob se enteraría de que este sería uno de los trabajos más memorables de su
carrera.
SE
PUSIERON A TRABAJAR
Matthew se
puso en contacto con Bamboo Bob por esa misma razón. Sabía que los bambúes
serían el complemento perfecto para el jardín. Le darían una sensación de
aislamiento y a María también le encantaba la idea. Bamboo Bob estaba igual de
entusiasmado por empezar. Así que Bob reunió a su equipo para iniciar el
proyecto descuidado. Cuando Bob preguntó por la extraña estructura metálica,
Matthew le dijo que llevaba allí lo que parecía una eternidad y que la habían ignorado
todo lo que pudieron.
PREGUNTAS
INSISTENTES
Bob no pudo
evitar sentir curiosidad por la caja fuerte. Ignorarla no era una opción, ya
que era un obstáculo que impedía el proyecto del jardín. Le preguntó a Matthew
si era importante, y la respuesta le resultó un poco rara. Mathew le contó
sobre cómo la habían encontrado y que desde entonces no le habían prestado
atención.
Matthew le
dijo a Bamboo Bob que creía que era una caja eléctrica que en algún momento
había sido la fuente de energía para la electricidad. Sin embargo, Bob no le
creyó y se dio cuenta de que no era nada del estilo. Lo que descubrió fue
realmente increíble y conmocionó a la familia Emanuel.
LA
EXCAVACIÓN
La caja
estaba muy enterrada en el suelo, así que tuvieron que excavarla. Con la ayuda
de maquinarias, lograron sacarla de su sitio. El peso de la caja fue
inesperado, lo que les hizo pensar que la caja contenía más de lo que creían.
Ya para ese momento, todo el mundo quería saber lo que había en su interior.
Los
paisajistas dieron vuelta la caja. Hicieron apuestas sobre lo que creían que
era o a quién le pertenecía. Matthew no tenía mucha información sobre las
personas que vivían en la casa antes que ellos. Sin embargo, ahora que veían
mejor la caja, se dieron cuenta de que no era una caja eléctrica.
SE
REVELÓ EL OBJETO MISTERIOSO
La caja
misteriosa tenía una cerradura de rueda en su exterior que impedía a los
paisajistas abrirla. Entonces, llamaron a Matthew para que fuera a ver el nuevo
descubrimiento. Sin embargo, él se quedó igual de sorprendido que ellos al ver
que esa caja, que en un principio parecía basura, en realidad contenía algo de
valor.
Pensaron en
diferentes maneras de abrirla. Después de intentarlo durante unas horas, se
dieron cuenta de que se trataba de algo que no iba a abrirse sin hacer fuerza.
Entonces, sólo quedaban dos preguntas: ¿qué
contenía la misteriosa caja y quién era su legítimo dueño? Lo que
ocurrió a continuación fue increíble...
PESABA
MÁS DE 45 KILOS
El objeto
misterioso no era del todo pequeño. Medía aproximadamente 45 centímetros de
alto y 60 centímetros de ancho. Además, era muy pesado, ya que pesaba unos 45
kilos. A pesar de su estado decrépito, Matthew estaba decidido a abrirlo y
descubrir su contenido. Estaba desesperado por saberlo.
Bamboo Bob y
su equipo sintieron una curiosidad muy grande cuando Matthew les dijo que la
caja había permanecido intacta durante muchos años. Todos la rodearon para ver
lo que contenía. La agitaron para ver si el sonido revelaba lo que había
adentro, pero por supuesto, tenían que abrirla y verlo por sí mismos.
ROMPIERON
EL CONTENEDOR
Este no era
un trabajo que se pudiera hacer solo con las manos, necesitaban herramientas
más fuertes. Con la ayuda del bastón de Bamboo Bob, intentaron sin éxito abrir
el contenedor. Entonces, Mathew sacó del depósito un pico viejo y, con todas
sus fuerzas, empezó a martillar.
Tardaron más
de lo que imaginaban. Así que Bamboo Bob redirigió a su equipo a la tarea de
jardinería que tenían que realizar, mientras él y el Sr. Emanuel se ocupaban de
la caja fuerte. La golpearon una y otra vez hasta que la puerta se abrió, y lo
que encontraron dejó a Matthew muy sorprendido.
LA
RECOMPENSA
Al igual que
en algunas de nuestras fantasías de la infancia, Matthew encontró un tesoro en
su patio trasero. Él y Bamboo Bob estaban en shock. Lo primero que vieron
fueron fajos de billetes de cien dólares. Cada fajo tenía unos siete
centímetros de grosor. Pero eso no fue lo único que encontraron allí...
Una vez que
lograron abrirla del todo, encontraron unas cuantas bolsas de plástico llenas
de joyas. Había pedazos de oro, joyas preciosas, pendientes y mucho más. Mathew
no lo podía creer: esta caja fuerte llevaba años en
su jardín, con tanto dinero y tanto tesoro a la espera de ser encontrado.
"ERA
IMPRESIONANTE"
"Pensé
que era una caja eléctrica", dijo Mathew. "Se destacaba mucho
después de que los ciervos se comieron todo el follaje. Cientos de dólares,
joyas, diamantes, un anillo de compromiso. Decenas de anillos, de oro con jade.
Era impresionante", continuó. No podía creer que la había
descartado como una caja eléctrica.
Si no
hubiera sido por el deseo constante de María de arreglar la casa, o por los
ciervos que se comieron el arbusto, esta caja probablemente habría permanecido
oculta para siempre. Nadie jamás habría encontrado este tesoro, y la familia
Emanuel nunca se habría enterado de que estaba allí.
Todo ese
tiempo en el que estuvo afuera le pasó factura a la caja y a sus restos. No era
impermeable, así que muchos de los billetes no se pudieron recuperar. Matthew
se sorprendió de que algunos siguieran siendo válidos, dado el tiempo que
llevaba la caja enterrada.
Siguieron
revisando la caja fuerte y se dieron cuenta de lo dañados que estaban los
objetos de valor. Matthew sabía que, si había alguna posibilidad de salvarlos,
tenía que actuar pronto. Así que tomó la caja fuerte y la llevó adentro de su
casa. Luego, comenzó a secar cada uno de los objetos de valor por separado.
MATTHEW
INTENTÓ SALVAR EL TESORO
Matthew hizo
todo lo posible para salvar lo posible. Sin embargo, el dinero estaba muy
dañado por el agua. Separó los billetes uno por uno, pero no fue una tarea
fácil. Tardó varios días en revisar con cuidado cada uno de los objetos y ver
si valía la pena salvarlos.
Recuperar
los billetes era el objetivo principal. Obviamente, Matthew quería salvar todos
los que fueran posibles. Algunos se rompieron y, por mucho que lo intentara,
nunca habrían sido aceptados como moneda legal. Sólo unos pocos quedaron
intactos, pero aun así sumaban un gran total.
PILAS
Y PILAS
Al revisar
los billetes uno por uno, Matthew empezó a contar el dinero recuperado. Pronto
llegó a 1.000 dólares, y luego a otros, y luego a otros, y no podía creer que
la suma fuera de 16.300 dólares. No sólo era una cifra muy grande, sino que ni
siquiera había tenido en cuenta las joyas.
La familia
Emanuel no podía creer lo que su padre y Bamboo Bob habían encontrado. El hecho
de que esta caja haya estado frente a ellos todo este tiempo los enfurecía. Si
lo hubiesen sabido antes, quizás habrían podido salvar más de dinero. Pero el
misterio no había terminado. De hecho, lo más sorprendente estaba por llegar.
EL
ENIGMA ESTABA LEJOS DE RESOLVERSE
A medida que
la emoción por este descubrimiento se fue calmando, Matthew empezó a sentir
culpa. No pudo evitar pensar a quién le solía pertenecer esta caja fuerte, o
por qué estaba allí. Era evidente que se trataba de objetos valiosos que
alguien había tratado de proteger. ¿Quién era el dueño legítimo de estos
ahorros?
Esto no
sería un gran problema para cualquiera. Quien fue a Sevilla, perdió su silla,
¿no? Bueno, Matthew no podía permitirse pensar de esa forma. No podía dejar de
pensar a quién le pertenecía esa caja fuerte. También pensó que, si alguna vez
perdía esa cantidad de dinero, querría que alguien se la devolviese.
AVERIGUÓ
EL VALOR
Ahora que
habían terminado de contar los billetes, el siguiente paso era averiguar cuánto
valían las joyas. Había tanto oro en la caja fuerte que Matthew tenía que saber
si era real. Sin embargo, una vez que lo pesó, supo con certeza que era
valioso.
Con mucho
cuidado, Matthew revisó cada pieza. A medida que clasificó los objetos, los
registró uno por uno. Creía que estaba a punto de terminar cuando, de repente,
encontró otra bolsa con cierre en el fondo de la caja fuerte. Cuando la sacó,
no pudo creer lo que había encontrado: era probablemente el objeto más
importante.
POR
FIN ENCONTRÓ UNA PISTA
Matthew
sabía que tenía que tener cuidado porque los daños causados por el agua eran
bastante graves. Pudo ver que había un papel en el interior, pero no quería que
se rompiera. Así que sacó el papel poco a poco y lo desdobló. Y para su
sorpresa, el papel tenía una dirección escrita en el reverso.
Aplicación
de mapas de su teléfono. Resultó que estaba mucho más cerca de lo que pensaba.
Matthew sabía que quienquiera que viviera en esa dirección lo ayudaría a
resolver el misterio de la caja abandonada. Se fijó en el tiempo que tardaría
en llegar allí.
MATTHEW
SE SORPRENDIÓ
El Sr.
Emanuel encontró el lugar exacto, y no podía creer lo cerca que estaba. Pudo ir
caminando hasta allí. Estaba a un paso de su casa, y no pudo evitar pensar en
la cantidad de veces que había pasado por delante de esta casa sin siquiera
pensar en ello.
Aunque era
tentador quedarse con el dinero y las joyas, Matthew sabía lo que debía hacer.
Sabía que, si se quedaba con el dinero, podría pagar algunas facturas y tal vez
llevar a su familia de vacaciones. Sin embargo, no pudo evitar pensar en cómo
se sentiría si estuviera en la situación contraria.
FUE
AL DOMICILIO
Matthew
decidió que iba a pasar por la casa y hablar con los residentes. El 30 de abril
se animó a ir. Sabía que toda la situación podría resultarles insólita, así que
tuvo que pensar bien lo que iba a decir. A pesar de los nervios, se dirigió a
la dirección.
Mientras
caminaba hacia allí, Matthew no podía dejar de preguntarse si había tomado la
decisión correcta. ¿Cómo podría decirlo sin revelar
lo que había sucedido? Al fin y al cabo, si le decías a alguien que
habías encontrado un tesoro, ¿quién iba a evitar
que fingieran que era suyo desde el principio?
CARA
A CARA CON LA VÍCTIMA
Antes de que
Matthew se diera cuenta, había llegado a la casa. No sabía qué esperar, pero
golpeó la puerta. Para su sorpresa, una señora mayor le abrió y lo miró
confundida. Al principio, Matthew no sabía muy bien qué decir, estaba tan
sorprendido como ella.
Matthew se
presentó amablemente. Mientras caminaba, se le ocurrió que la caja fuerte
podría haber sido robada. Así que le dijo a la mujer que entendía que era una
pregunta extraña, pero que era necesario hacerla. "¿Le
han robado alguna vez?", preguntó Matthew. La expresión de la mujer
cambió de repente.
LA
HISTORIA DE LA SEÑORA MAYOR
Era evidente
que la mujer estaba alterada; no por Matthew, sino por su estrés sufrido en el
pasado. Le explicó que hace poco más de seis años les habían robado a ella y a
su marido. Aunque había sido hace mucho tiempo, ella lo recordaba con claridad
por lo mucho que perdieron y lo mucho que los afectó.
Le contó a
Matthew que, en 2001, en la noche del día después de Navidad, un ladrón entró a
su casa. Se despertaron a la mañana y vieron que se habían llevado algunos
artículos del hogar, pero lo más devastador fue que el delincuente había robado
su caja fuerte, que contenía alrededor de 52.000 dólares en dinero y joyas.
UN
DELINCUENTE SUELTO
Cuando
ocurrió el incidente, había un delincuente suelto. Era un ladrón muy conocido
en Staten Island por su historial. En 2011, antes de que se revelara su
identidad, solo era un hombre enmascarado que había obtenido el apodo por su
habilidad para el crimen.
Entre los
años 2005 y 2015, el Ladrón Ninja robó alrededor de 200 casas en Connecticut,
Nueva York y Nueva Jersey. De estos robos, 160 ocurrieron en la ciudad donde
vive la familia Emanuel. La señora le explicó a Matthew que, aunque no tenía
pruebas, creía que había sido ese ladrón quien les había robado.
UN
INTERESANTE DESARROLLO DE LOS ACONTECIMIENTOS
La señora
tenía buenos motivos para creer que había sido el Ladrón Ninja. En 2016, la
policía detuvo a un hombre llamado Robert Costanzo. Tenía un pasado delictivo
y, después de que por fin lo atraparan, admitió haber sido el autor de otros
200 robos.
Tras eludir
sus delitos durante años, se le impuso una dura condena de 22 años de prisión.
Y si bien la señora y su marido tuvieron un poco de tranquilidad tras la
detención del sospechoso, nunca pudieron recuperar sus preciadas pertenencias y
ahorros.
MATTHEW
INVITÓ A LA SEÑORA A SU CASA
Matthew
sabía con certeza que había encontrado a la legítima dueña de la caja fuerte.
La historia de la mujer lo ayudó a resolver el misterio. Le dijo que quería
mostrarle algunos de los objetos para ver si reconocía alguno. Caminaron juntos
hasta su casa y Matthew le contó más sobre lo que había sucedido.
Matthew le
dijo que muchos de los objetos podían ser difíciles de reconocer porque el agua
los había dañado. Le explicó que la caja había estado enterrada durante años, y
aunque la situación era bastante desafortunada, no podía creer cómo todo se
alineaba.
ABRUMADA
POR LOS RECUERDOS
En cuanto la
señora vio las joyas, se le llenaron los ojos de lágrimas. Sus manos temblaban
mientras recogía con delicadeza el viejo collar. En seguida miró a Matthew y
abrió los brazos para abrazarlo. Le dijo que llevaba años anhelando las
pertenencias que le habían robado a ella y a su marido.
A la mujer
le habían dicho que era muy poco probable que recuperaran los objetos. Sin
embargo, después de su encuentro con Matthew, se dio cuenta de que durante todo
ese tiempo habían estado a pocos metros de ella. También le contó que, desde el
robo, nunca pudieron recuperar lo perdido.
LAS
ACCIONES HONORABLES DE MATTHEW
Matthew le
dijo que estaba muy feliz de que la caja fuerte estuviera por fin en su lugar.
Se disculpó por no haberla descubierto antes, pero le explicó que él y su
familia siempre pensaron que se trataba de escombros y follaje. La mujer siguió
llorando, estaba muy emocionada mientras ordenaba los objetos.
Gracias a
una oleada de frío, a Bamboo Bob y a un hacha, la familia Emanuel emprendió el
viaje de su vida. Matthew se sintió incluso más emocionado al devolver la caja
fuerte que al encontrarla por primera vez. También fue bastante sorprendente
que hubiera resuelto un caso con el que la policía había luchado durante años.
SIN
SEGUNDAS INTENCIONES
Matthew
Emanuel hizo algo increíble. Para algunas personas, intentar devolver el tesoro
nunca hubiese sido una opción. Sin embargo, para Matthew, sabía que la decisión
correcta iba a ser devolverlo. La mujer le ofreció una recompensa, pero él la
rechazó.
No
necesitaba un premio para saber que había hecho algo bueno. Para él, saber que
los objetos estaban de vuelta con sus dueños legítimos era suficiente. Sólo fue
cuestión de tiempo hasta que se conociera esta extraña historia. La gente se
sorprendió por las acciones admirables de Matthew.
LA
PRENSA ES BIENVENIDA
Al cabo de
un par de días, todo el barrio hablaba del increíble misterio que Matthew
Emanuel había resuelto. Recibió cientos de llamadas de diferentes canales de
noticias y periódicos, en las que pedían una entrevista con el héroe favorito
de Staten Island.
Lo cierto es
que Matthew no quería una recompensa. Sin embargo, fue un acontecimiento que le
cambió tanto la vida que quiso hacer algo para nunca olvidar que hacer lo
correcto siempre es lo mejor. Así que encontró una forma inteligente de
recordarle de la caja misteriosa.
CONMEMORAR
LA HISTORIA
Con la ayuda
de Bamboo Bob, el jardín quedó casi perfecto. Sin embargo, aún quedaba el
agujero en el patio trasero donde antes estaba la caja misteriosa. Matthew y su
mujer pensaron en una forma inteligente de llenar el espacio y recordar esta
increíble lección de moral.
Por eso,
sustituyeron la vieja y oxidada caja fuerte por un hermoso elefante de
cerámica. Ahora, cada vez que la familia Emanuel ve esta pieza en su patio
trasero, recuerda que, por mucho dinero que haya en juego, hacer lo correcto es
mucho más valioso.
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