Cuba, Perú y Estados Unidos, en el continente americano fueron los países que importaron trabajadores chinos en volúmenes considerables, a partir del siglo XIX; emigraron así de China, de manera involuntaria. Fue la fuerza laboral que necesitaron algunos países del mundo para su expansión económica, décadas inmediatamente posteriores a la Revolución Industrial.
Los
primeros que vinieron denominados culíes
(1849-1874) desembarcaron en nuestras costas para el trabajo en el campo,
construcción de ferrocarriles y en las islas guaneras. Esta situación
posibilitó la continuidad del arribo de otros continentes en décadas
posteriores (y hasta nuestros días), pero en proporciones menores. Estos
últimos vinieron de manera voluntaria y en su mayor parte trajeron capital
propio para dedicarse al negocio de pulperías,
fondas, chifas, hoteles, encomenderías y tienditas.
Los
chinos libres de la década de 1880 y los otros chinos comerciantes que vinieron
al Perú hicieron de los alrededores del Mercado Central de Lima su hábitat
natural, y con empuje, de a poquitos su propio barrio en la Calle Capón, cerca
de ahí congestionaron al mentado Callejón de Otayza. En suma, los chinos
estuvieron y están presentes en la cotidianeidad de la vida de miles de peruanos.
Los chinos han aportado sustancialmente en la creación de riqueza nacional, con
su reconocida laboriosidad emprendieron lo suyo en nuestro valle y ciudad.
El padre
de Baltazar Leey y Julio Leey (este último vive), llamado Paulo, llegó en 1904,
permaneció en Lima y estuvo como agricultor en 1914 en las haciendas de Ruquia,
de ahí puso su negocio de abarrotes en Huaura, para tomar más tarde el ángulo
de 28 de julio y La Merced, en 1919 hasta 1980.
Con su
hijo Baltazar hizo en este lugar, bodega, cervecería, almacén, locería,
ferretería. Esquina estratégica en la que Baltazar y sus hermanos colocaron
banquitas para los peñeros asistentes a la Peña Mau o Peña Leey, ahí se
trabajaba con firmeza; tertulias, distracciones a partir del mediodía hasta las
dos de la tarde, con autoridades y amigos de diversas tiendas políticas.
Manuel
Lun Fat, José Wong, Carlos Wong, Augusto Chuy, Ayam Lau, chinos puros que
aparecieron en Huacho, por los años de 1910 a 1920 vendieron abarrotes a su
dilecta clientela. Augusto Chuy y Gilberto Dimas Wong fueron agricultores en
Humaya y también se dedicaron al negocio de restaurantes.
De
apellido Chang hubieron varios: Pascual, padre del
empresario Pedro Chang, hombre que laboraba venciendo el cansancio. Ilustrado,
asesoraba a sus paisanos en asuntos legales -dice su hijo-. Tuvo su
fábrica de velas, su casa de préstamo, un bar, el cine Princesa, negocios todos
ubicados en la calle Comercio (Alfonso Ugarte). Y se dio tiempo para sembrar
pan llevar en Capellanía (Rontoy). Esfuerzo económico con el que aseguró a su
familia. Poseedor de fincas. Cabe el dicho: «De tal palo, tal astilla», por las
cualidades empresariales que tiene Pedro Chang y cada uno de sus hijos,
descendientes de este Pascual.
Simón
Chang nacido en el Perú, arrendatario de Vilcahuaura, con inmensos terrenos de
cultivo que abarcaba hasta las lomas, criador de gallos y de toros de lidia.
Alternaba con gobernantes nacionales, como los generales Manuel A. Odría y
Zenón Noriega, que lo visitaban, por su afición a los gallos.
Julio
Chang, médico herbolario chino, reconocido por muchos, salvó a sus pacientes
con paciencia y acierto. Dueño de una bodeguita. Presidente de la Colonia, por
1941 a 1942. Su esposa Sofía Vargas de Chang realizó obras sociales.
Mario
Chang Fung, criador de cerdos. Felícita Chang, con la primera Academia de Corte
y Confección en la localidad. De segunda generación, el poeta Felipe Chang
Díaz, profesor de Matemáticas y Dibujo, periodista, orador. Paulino Chang Choy
atendió en su peluquería y joyería, padre del empresario huachano Hugo Chang
García. Thae Yec Chang Chan hermanos colocaron su tienda donde funciona en
nuestros días el bazar Arévalo.
Ayi Lay,
propietario de la hacienda Casa Blanca de Sayán y de la hacienda Loza, ésta la
vendería a los Licetti. Y el fino señor Agustín Yau, montó su copete en
Chacaca, territorio cercano a Mazo. A Francisco Tan-Chay, se le dio en alquiler
por 1930 Alcantarilla; Mazo y Chacaca. Persona de prestigio, en nuestra Lima.
Chifas
como El Oriental (La Pagoda, ahora), de Antonio y Augusto Ko. El España de
Germán Chang y Antonio Ku Jong. El primer chifa surgió en la calle Salaverry.
Gonzalo San Jong tuvo una afamada casa de préstamo conocida como Chong Geng,
entre 28 de julio y Alfonso Ugarte.
Descendientes
de culíes: los Rossi Corsi, los Loayza, los Salinas, los Navarro, entre otros.
El primer Rossi Corsi llegó a ser hacendado en Huaura, en la hacienda Ingenio.
Elegante, cortés, un gran jugador. ¡Qué mañas que
se daba en estas artes! La dueña de su corazón Olinda Ku, de grata
belleza.
Los
Phang, Nicasio, Carlos, nacieron acá; Teófilo tuvo su tienda en Vilcahuaura y
Nicasio, Gerente de la firma Cogorno. Carlos Phang casaría con Graciela Chang,
mujer dulce y atractiva. Su padre de los Phang, Victor, chino de origen, residió
en Sayán.
Manuel
Afay Yong, procede de Cantón, como la mayoría. Estuvo aquí a partir de 1923.
Era mecánico. Llegó a ser dueño de la primera fábrica de chupetes La Popular.
Lo trajo Víctor Chang Say, quien tuvo su Fábrica de Agua de Gaseosas y Fideos.
Los Chang Say, criaban chanchos como otros chinos. Dueños del hotel El Libertad
hasta 1950 en que permanecieron en Huacho, luego se trasladaron a Huaral, más
tarde a Lima donde hicieron una hermosa casa familiar en el barrio de Jesús
María.
Julio Lo
Say Yick (Julito Chía), padre de Sixto Lo, repartía el pan en capachos, dueño
de la primera pastelería en Huacho, de la colonia china.
La
prosperidad de Huacho, a través del comercio, la agricultura estuvieron en
manos de la colonia, por las décadas de 1940-50. Los tambos de las haciendas
pertenecían a ellos. Aprovecharon bien el auge del algodón los chacareros
chinos.
Intervinieron
en nuestras Fiestas Patrias, con sus castillos y elección de reinas de belleza
como Marlene Wong, soberana del Centenario de Huacho. Zoraida Chang y Violeta
Chan Chang, reinas de los carnavales. Hilda Becaj Garcilaso Leey, de
ascendencia croata por el padre, tusán en cuarta generación, reina de la
ciudad.
En años
más recientes los tusán han tenido dignas representantes de la belleza y
simpatía como: Loretta Peña Chang, Miss Huacho y
reina de las playas de Huacho. Vanessa Vélez Chang, Miss Turismo,
doblemente tusán por la línea paterna y materna.
Hubo
sacerdotes chinos, con sus tradicionales y milenarias ceremonias en el «Chang Huay», en Quintay (Sayán). Yen la Pagoda
China ubicada en el Barrio Chino, de Huacho. La Sociedad de Beneficencia China
detentó sus asilos en Huaura y en la calle Salaverry; su cementerio en Hualmay.
Tuvieron un acuerdo muy favorable de ayuda mutua, se protegían entre ellos.
Linda en
lo pintoresco, personajes como el chinito «Sopa e'
pato» que escribía cartas de amor, poeta popular de los años 50. «El
Vendedor de perfumes» que anduvo en las calles entre 1945 y 1980, se tapaba las
fosas nasales con algodones. El peluquero Valentín, galante, desde su
establecimiento piropeaba a las damas; con un servicio a todo dar. El «chino
Alí» que repartía pan, con anécdotas como la del bulo, bulo, bulí... «Chancaquita» y sus dulces. «El Mago Ilusionista». Chinos viejos, que en sus
tiempos de 1920 al 30, pregonaban con «gelatín -
gelatín».
Y todavía
pasea en Huacho, la figura larga, distinguida de Fausto Sun, fotógrafo y
artista chino, que estuvo primero en San Nicolás, pequeñito de siete años,
acompañó a su padre que vino a hacer el Perú.
Han
quedado para siempre, costumbres, tradiciones, comidas, fiestas, la ceremonia
del té chino que se realiza el 10 de octubre (Su fiesta nacional). Dulces muy
ricos como el mimpao, el sukian. Juegos como el machón o machok. Y el arte
marcial, llamado taichi.
La
Sociedad Central de Beneficencia de la Colonia China, es una institución
vigente en la escena nacional y local. El aporte chino a nuestra cultura no
sólo le da su espíritu comercial, sino que va a otros campos, como el artístico
y literario. Por todo ello, el homenaje al 102 aniversario de la fundación de
la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China de Huacho, con el recuerdo de
algunos, de honorables personajes chinos que vivieron y viven en esta parte del
Perú.
(Publicado en Prensa Norte, N°13. Huacho, abril-mayo/96).
Fuente: “Encuentro con Huacho y allende los mares” de Julia del Prado
Morales. Libro del Fondo editorial de la Biblioteca Nacional. 656 p. 2001.
Lima, Perú. (Publicado en Prensa Norte, N°13. Huacho, abril-mayo/96).
Por: Julia del Prado Morales (2001)
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