MÁRTIRES SACERDOTES, RELIGIOSOS, LAICOS, NIÑOS, ANCIANOS... LOS PARIENTES, EMOCIONADOS
Más de 3.000 personas
acudieron este sábado a las naves de la hermosa mezquita-catedral de Córdoba, con
casi 200 sacerdotes y una veintena de obispos, a la ceremonia de
beatificación de los 127 nuevos
mártires, asesinados en Andalucía en los años de la Guerra
Civil.
«Estamos delante de
una
visión de la historia cuya memoria podrá convertirse en un lugar de
evangelización dentro de contextos secularizados», aseguró el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para
las Causas de los Santos, que presidió la ceremonia.
En su homilía recordó «a 115 hombres y 12 mujeres que murieron con fama
de santidad por defender sus
principios cristianos y morir perdonando a sus verdugos».
Dijo de los mártires el Prefecto
que «es un grupo que nos pone delante una variedad
de perfiles humanos, una riqueza y profundidad de espiritualidad, a veces
también con profundas raíces en las ciencias teológicas, expresadas en la
multiplicidad de las experiencias cotidianas, antes de alcanzar la cima del
martirio que sella con su sangre toda la existencia».
Y añadió: «Es
como la explosión de Pentecostés, la realización de la profecía de Joel. El Espíritu Santo irrumpe sobre todos»
Tras la lectura del Decreto
Pontificio para la Beatificación, se descubrió
entre aplausos el tapiz que
representa a esta hornada de mártires, mientras el coro interpretaba el Aleluya de Händel. En ese momento, empezó a procesionar la urna con las reliquias de los nuevos Beatos. A las doce de la mañana
repicaron las campanas de la catedral y de toda la diócesis celebrando el
momento.
EN ROMA, EL PAPA
FRANCISCO RECORDÓ A ESTOS MÁRTIRES
Al día siguiente, domingo,
durante el rezo del Ángelus, el Papa Francisco mencionó que
el sábado “fueron beatificados el sacerdote Juan Elías Medina y 126
compañeros mártires: sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos, asesinados
por odio a la fe durante la violenta persecución religiosa de los años 30 en España”.
“Que su fidelidad
nos dé a todos, especialmente a los cristianos perseguidos en distintas partes
del mundo, la fuerza para dar un testimonio valiente del Evangelio”, señaló el
Papa quien pidió “¡un aplauso para los nuevos Beatos!”.
GRAN DIVERSIDAD DE
MÁRTIRES
Vale la pena detenerse en la
variedad de tipos humanos que encontramos entre estos mártires que hizo al
cardenal referirse a la profecía de Joel ("los
ancianos soñarán sueños, los jóvenes tendrán visiones, hasta sobre siervos y
siervas derramaré mi Espíritu").
ENTRE LOS NUEVOS
MÁRTIRES HAY:
- casi 80
sacerdotes, 5 seminaristas, 3
religiosos franciscanos, una religiosa Hija del Patrocinio de María
- casi 40 laicos, incluyendo dos matrimonios (uno de Villaralto y otro de Puente Genil) y a la
farmacéutica de Palma del Río, Blanca de Lucía Ortiz, que fue una de las primeras mujeres farmacéuticas de España (se licenció en 1905)
y presidenta de la Acción Católica local.
Entre los asesinados en Córdoba
presentados a consideración de la Causa de los Santos había ocho parejas de
hermanos, dos hermanos seminaristas de Puente Genil; varios tíos con
sus sobrinos; una madre y dos hijas, varias primas... Entre ellos se incluye también Baltasar Torrero
Béjar, padre mártir de un sacerdote salesiano mártir beatificado ya en 2007,
Antonio Torrero Luque.
Entre los laicos asesinados había
varios agricultores, un pequeño comerciante de
libros y objetos religiosos, un notario, varios sacristanes... La mayoría pertenecían a la Adoración Nocturna o
a la Acción Católica.
El mártir de más edad de este
grupo fue la anciana Hija del Patrocinio de María, María del Consuelo González
Rodríguez, martirizada en Baena con ochenta y seis años.
LOS FAMILIARES DE LOS
MÁRTIRES
El mártir más joven del grupo es
Antonio Gaitán Perabad, asesinado en El Carpio, al que le faltaban 6 días para
cumplir 16 años. Su hermana, Araceli Gaitán, religiosa de la Institución
Teresiana, explicaba en 2010 como quiso acompañar a su padre:
"Cuando sacaban a
todos los presos para llevarlos en un camión al paredón del Cementerio, un
miliciano –¡forastero!– le dio lástima y le preguntó:
– Niño, ¿tienes madre?
– Sí, señor.
– ¡Vete corriendo con ella!
– ¿Y qué van a hacer con mi padre?
– ¡No te preocupes! ¡Vete!
– Yo no dejo solo a mi padre… donde
él vaya, voy yo.
Y ante la posibilidad
de librarse de la muerte, eligió ir con su padre y, abrazado a él, murieron
todos fusilados”.
Araceli, que se esforzó en buscar
testimonios, no ha llegado a vivir para ver la beatificación, pero María Esther
Fuertes, su cuñada, viuda de uno de sus hermanos, sí ha podido acudir y ha
hablado con el diario ABC: «Sus familiares
eran, no de derechas, sino que tenía patrimonio, y vivían de su patrimonio y su
trabajo [una tienda] . Hubo alguien que dirigía a quién había matar y a quién
no», recuerda.
El periodista Luis Miranda, de
ABC, habló también con María José y Lourdes Fuentes García, que acudían por
su tío, el beato Francisco García León, al que llamaban Frasquito, y que es el más joven de los beatificados. Tenía 15 años y vivía en
Montoro. «Fueron a su casa a por su
padre y volvieron a por su tío. Él llevaba un escapulario de la Virgen del
Carmen y le dijeron que se lo quitara. Se negó y se lo llevaron», cuentan
recordando lo que les relataba su madre, fallecida hace cinco años.
La viuda fue después catequista
de la hija de uno de los vigilantes de la prisión anarquista y enseñó a sus
hijos a vivir la pérdida sin rencor.
DEL SUPLICIO Y LA
TORTURA SE PASA A UN AMOR MÁS GRANDE
Hacia el final de la ceremonia,
el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, proclamó: «Celebramos
con inmenso gozo la Beatificación de los 127 mártires, donde la Iglesia se alegra con los
mejores de entre sus hijos que son, por tanto, los que alcanzaron con un amor más
grande la gloria del
cielo».
«El amor de
Cristo ha revolucionado profundamente la historia, transformando el suplicio de la cruz en cauce de
redención. La tortura de los mártires ha producido entre nosotros un amor más
grande y hoy constatamos una vez más que la vida cristiana es cauce de
humanización, reconciliación y de paz para los pueblos», añadió.
P.J.G./ReL
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