Las parábolas de Jesús
Por: P: Enrique Cases | Fuente: Catholic.net
La historia humana está contenida en ella. El
tiempo de la Iglesia será de desarrollo –y crecimiento- de lo sembrado por
Jesús. Sólo al final de los tiempos lucirá todo su esplendor. No es el reino
algo pasivo, sino que requiere un progreso en el bien.
"El Reino de los Cielos es semejante al
grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo; es ciertamente la
más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las
hortalizas, y llega a ser como un árbol, hasta el punto de que los pájaros del
cielo acuden a anidar en sus ramas"(Mt).
Sólo al final de los tiempos se desplegarán todas la virtualidades del reino de
Dios. Por esto, la esperanza debe mover a quienes viven en cada momento
histórico concreto. Es bien conocida la fuerza de la esperanza en los hombres.
En este caso, se dice que la meta no es una utopía, sino que el reino de paz,
amor, justicia y libertad es realizable por especial querer de Dios. Al final
se alcanzará un progreso sorprendente.
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