domingo, 17 de octubre de 2021

DOREEN IRVINE

 La Historia de Doreen Irvine, fue la sacerdotisa de Satanás y 'Reina de las brujas negras' en Inglaterra. Su poder era tan grande que ni el fuego la podía quemar.

Este es el testimonio del gran amor de Jesucristo por todos los pecadores, sin importar cuán alejados y perdidos puedan estar, Él los llama y no quiere que ninguno de ellos se pierdan, sino que procedan al arrepentimiento y sean salvos.

"El me vió en el templo satánico, en club de streep tease, en las cuevas con las brujas,... y un día,... me salvó... No hay nada que no pueda hacer, no hay nada que Jesucristo no pueda hacer, porque si puede salvar a una bruja, satanista, prostituta y drogadicta como yo, ¿qué es lo que Él no puede hacer?. Sé que está vivo, sé que es real, porque Él me cambió."

Halloween, originalmente fue un festival que celebraban los celtas hacia el año 300 a.C. Ese pueblo, era controlado y dirigido por los llamados druidas, que no eran otra cosa sino satanistas de los de entonces (aún existen los druidas, y están muy activos). Los celtas eran un pueblo del norte de Europa, diseminados por Inglaterra, Irlanda y norte de Francia principalmente. Ese festival aludido, señalaba el principio del invierno. Los druidas adoraban al “dios de la muerte”, alias el diablo. Cada 31 de octubre, esos brujos celebraban la víspera del año nuevo céltico, en honor a esa deidad falsa llamada Samhain. Lo hacían brindándole sacrificios humanos y de animales. El festival de Samhain, llamado "el festival de la muerte", era celebrado oficialmente y aún hoy es reconocido por todos los satanistas y ocultistas.

El espíritu de exaltación del mal sigue presente en esta fiesta, por mucho que se pretenda disimular. Al diablo le encanta hacer daño a través de lo aparentemente ingenuo e intrascendente. Un hecho eminentemente comprobado, es que cada 31 de octubre por la noche, se realizan actos satanistas con sacrificios humanos, sobretodo de bebés, violaciones de niños y adultos, y todo tipo de reuniones relacionadas con la exaltación del mal, donde la sangre corre a raudales. Y con todo ello, una inmensa mayoría de cristianos duermen.

En vez de ponerse a orar e interceder contra todo esto, muchos incluso participan ingenuamente de ese festival, permitiendo que sus hijos se disfracen de brujas, de esqueletos, de demonios, etc., y jueguen al triste y lamentable “trick or treat” (Truco o trato), que no era otra cosa originalmente que maldecir, matar y robar a la familia que no se prestaba a sus exigencias de la manera que vemos a continuación:

Los druidas recorrían casa por casa del vecindario reclamando un niño o una virgen, y entre gritos desgarradores, se consumía el sacrificio. A las víctimas se les arrancaba la cabeza, y ésta era clavada en una lanza. Otras eran quemadas vivas en la hoguera.

Si la familia cumplía con la entrega, los druidas dejaban un gran nabo hueco con una vela encendida en su interior, para prevenir que los demonios entraran y mataran esa familia. A eso se le consideraba el “trato”.

Pero si la familia se negaba, entonces esos brujos sanguinarios marcaban la puerta de la casa, y esa noche satanás tenía entrada libre para destruir esa familia, es sería el “trick”, es decir, el “truco”.

Muchos dirán que eso ya es cosa del pasado, pero se equivocan. Cada vez la fiesta de Halloween tiene más arraigo, más fuerza, y cada vez más se está expandiendo por todas partes, como por ejemplo en España, cuando hace unos pocos años era totalmente desconocida. ¿Por qué hay tanto interés en expandir Halloween? Además del consabido negocio que los comerciantes no quieren dejar de conseguir, existe otra razón, mucho más siniestra. Es bien sabido que la noche de Halloween es la más importante del actual calendario satanista.

Un testimonio de primera mano lo tenemos de boca de una ex satanista, la que fue la más grande de las brujas en el oeste Europeo y las islas Británicas, quien se convirtió a Cristo, Doreen Irving. Esta, ahora ya hermana en Cristo, dijo que si los padres cristianos tuvieran alguna idea de lo que realmente es Halloween, ni siquiera mencionarían esa palabra frente a sus hijos, ya que todo lo que ella conlleva es muerte y miedo.

NO ES FÁBULA

Para muchos, Halloween es tan sólo una fiesta de disfraces donde los niños salen a las calles en busca de dulces y regalos; la realidad es totalmente diferente.

Una hermana en Cristo me describió una visión que tuvo en el contexto de Halloween. Me contó que de forma muy clara había visto un pantano de aguas negras, y en la orilla, mucha gente divirtiéndose. Había adultos y niños, disfrazados con los atuendos típicos de esa fiesta, y la sorpresa fue que eran ¡cristianos! Eran cristianos con sus hijos pequeños, celebrando Halloween. No se percataban del peligro, eran totalmente ajenos a todo ello. Este es el problema, cuando el cristiano vive de forma ajena, de espaldas al mal, sin combatirlo, sino más bien conviviendo con él haciéndole un guiño.

Dejemos de estar distraídos y dejemos de dormir. Veamos como de forma efectiva combatir ese mal en términos espirituales, así como todos los demás. No olvidemos que sí tenemos lucha contra las tinieblas (Ef. 6: 12).

Vivimos en unos días en los cuales no nos podemos permitir el lujo de dormir la siesta espiritual. Hay que estar vigilantes, porque el enemigo se ha levantado como río. Pero damos gracias, porque cuando el maligno eso hace, el Espíritu de Dios, levanta bandera contra él (Is. 59: 19b). Tenemos la victoria segura con Jesús.

Sería muy deseable, consiervos y hermanos, que en estos días, y más aún desde la víspera hasta el fin del 31 del corriente, nos pusiéramos en oración, vigilia y ayuno. Debemos orar que Dios tenga misericordia de todos esos niños, jóvenes, vírgenes, hombres y mujeres que son atrapados con la intención de ser torturados y muertos. Esto es horrorosamente real, y no podemos sencillamente ignorarlo. ¡Pongámonos de rodillas ante Dios, e imploremos Su misericordia!, ¡Atemos el poder de la sangre derramada! ¡Atemos conforme el Espíritu Santo nos lo vaya revelando, a todos esos demonios y espíritus inmundos que acosan al pueblo de Dios y guían a los hijos del diablo a acometer las atrocidades más grandes para así obtener mayor poder! (Mt. 18: 18; Ef. 6: 12) ¡La batalla está servida!.. y por favor, ¡quitemos a Halloween de nuestra vida!

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