A veces creemos que hemos conseguido una gran victoria en adquirir paciencia, y luego, de la nada, ¡explotamos!
Por: Padre Ed Broom | Fuente: Capsulas de Verdad
Ninguno de nosotros puede afirmar haber dominado
perfectamente la virtud de la paciencia. A veces creemos que hemos
conseguido una gran victoria en adquirir paciencia, y luego, de la nada,
¡explotamos! Nuestra ilusión de
ser la persona más paciente del mundo se desvanece en instantes.
La paciencia es tan importante que Jesucristo,
nuestro modelo en todas las virtudes, dijo: "Con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas". Una alma piadosa oró en desesperación: "¡Señor, dame paciencia, pero la necesito ahora
mismo!". Tal vez esta ha sido tu clase de oración por los últimos
años.
Nuestra paciencia puede ser probada en
diferentes tiempos y circunstancias. Los problemas de salud, los contratiempos
económicos, algún miembro de la familia que podría poner al mismo Job a prueba,
los cambios climáticos, las relaciones fallidas y rotas, e incluso Dios. A veces parece que Dios es muy lejano, no parece oír mis oraciones, o al
menos parece desinteresado o indiferente a mis plegarias. Todo lo anterior puede poner a prueba mi paciencia.
¿CÓMO
OBTENER PACIENCIA?
¿Cuáles son, entonces, las
maneras en que podemos adquirir la virtud de la paciencia, que es tan
importante como lo recuerda Jesús, necesaria para la salvación de nuestras
inmortales almas? Ofreceremos aquí cinco maneras concretas de
alcanzar la paciencia.
1.-
ORACIÓN: San
Ignacio insiste en que debemos rogar por la gracia. San Agustín nos
recuerda humildemente que todos somos mendigos delante de Dios. Dios
está dispuesto a dar si simplemente perseveramos en pedirle. Recuerda a la
viuda persistente que ganó el favor del calloso y frío juez por la sencilla
razón de que siguió pidiendo su ayuda. "Pedid
y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá" (Mt. 7,
7).
2.-
VIDA DE JESÚS: Jesús
dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Nadie viene al Padre sino a través mío". Hay un dicho: "Dime con
quién andas y te diré quién eres". Si
pasamos el tiempo meditando en los evangelios y en las palabras, gestos y
acciones de Jesús, entonces calará en nosotros. Comencemos imitando a Jesús cada vez más y
específicamente en la virtud de la paciencia.
3.-
PASIÓN DE CRISTO: Muchos
santos tenían una especie de magnetismo en sus corazones para leer y meditar
sobre la historia de amor más grande del mundo. "No hay mayor amor que morir por los
seres queridos". Una meditación
constante sobre la Pasión, el sufrimiento, la crucifixión y la muerte de Jesús
puede resultar una fuente infinita de bendiciones y la llave para abrir la
puerta de la paciencia de
los más endurecidos de corazones.
4.-
PRUEBAS Y OPORTUNIDADES: Entonces,
cuando las pruebas lleguen como un diluvio torrencial, recuerda algún elemento
de la Pasión de Cristo, ya sea a partir de los evangelios, o las obras de
escritores como Ana Catherina Emmerick. La prueba será vista en una
perspectiva más universal y sobrenatural. La prueba que me visita de hecho es muy doloroso,
pero, en comparación con lo que Nuestro Señor y Salvador Jesucristo ha pasado,
es una mera bagatela. También sufro pruebas parciales
como resultado de mi propia pecaminosidad y pasado deshonesto, pero Jesús
sufrió los dolores más insoportables siendo el epítome y la esencia de la
Inocencia. Todos podemos escoger
un elemento o detalle de la Pasión de Cristo que parece habernos golpeado más y
recordar esa escena cuando mi paciencia se pone a la prueba. ¡El amor de Jesús me puede hacer llevar pacientemente las
más pesadas cruces! Como dice San Pablo: "El
amor de Cristo nos obliga".
5.-
MARÍA NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES:
Un elemento esencial en la Pasión de Cristo de Mel Gibson fue
la presencia de la Santísima Virgen María a lo largo de toda la película. Sólo
en segundo lugar a Jesús estaba María en la intensidad del sufrimiento. La
película retrata a Nuestra Señora de las Angustias a lo largo del camino del
Calvario que acompaña a Jesús en su juicio más amargo. María estaba al pie de
la cruz, paciente hasta un grado heroico. María practicó la paciencia toda su
vida: viajando a Belén, huyendo a Egipto, buscando a su Hijo por tres largos
días, perdiendo a su amado esposo San José, y acompañando a su amado Hijo
Jesús, viéndole crucificado y permaneciendo con él hasta su último aliento. Cuando nuestra paciencia se pone a prueba, entonces debemos elevar
nuestros ojos, mente, corazón y alma a Nuestra Señora, y ella nos conseguirá
una paciencia heroica.
Todos nosotros luchamos diariamente para ser
pacientes con los demás, con nosotros mismos, con las circunstancias y, a
veces, incluso con Dios. La paciencia es tan esencial para nuestras vidas que
incluso Jesús dijo: "Con vuestra perseverancia
salvaréis vuestras almas". Utilicemos las armas que tenemos en
nuestro arsenal para alcanzar la virtud de la paciencia. Oremos como mendigos
al dador más generoso, Dios. Aproximémonos a Jesús el "Santo
de los Santos". Meditemos en la Pasión de Cristo y cuando surjan
oportunidades para practicar la paciencia, recordemos todo lo que Jesús sufrió
por el mundo y por ti. ¡Por último, que Nuestra
Señora de los Dolores nos alcance un corazón manso, humilde y paciente!
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