En este artículo se podrá conocer algunos hechos milagrosos, poco conocidos y actuales que ocurrieron gracias a la intercesión del Padre Pío, luego de que un sacerdote rezara y permitiera tocar una reliquia de primer grado del santo fraile capuchino.
El P. John Zeller, miembro Misioneros Franciscanos de la Palabra Eterna
y director del departamento de peregrinación del canal católico EWTN en
Birmingham (Estados Unidos), contó en una entrevista algunas de estas historias.
El P. Zeller ha sido el custodio por muchos años de dos pedazos de una venda ensangrentada que cubrió las heridas
producidas por los estigmas del Padre Pío. Luego, entregó una de las reliquias a su
comunidad y se quedó con la otra.
“Tuve la
oportunidad de rezar con mucha gente y ha habido casos donde hubieron, diría,
algunas curaciones”, dijo. El padre se enteró de los hechos milagrosos porque las personas
por las que rezó se le acercaron meses después para decirle que estaban
curadas.
PRIMER MILAGRO
Una de estas curaciones sucedió en el Santuario del Santísimo Sacramento
en Hanceville, durante la fiesta de la Virgen de Fátima, cuando con dos
sacerdotes oraron por los fieles con las reliquias y con el guante del Padre
Pío, que pertenecía a la Madre Angélica.
Mientras oraban se acercó una mujer que sufría de ciática, un dolor muy
fuerte que va desde la parte trasera de la pierna hasta el pie. El P. Zeller
rezó por ella y después la mujer volvió a su sitio y le dijo a su esposo: “Estoy curada”.
SEGUNDO MILAGRO
En otra ocasión oró con la reliquia sobre la hija de doce años de una
pareja de amigos que sufría de una infección de oído y que “parecía que no desaparecería”.
El sacerdote colocó la reliquia en la oreja afectada y rezó: “Ella cayó al suelo (...) no pude sostenerla porque no
sabía qué estaba pasando, estaba un poco asustado de que algo le hubiera
pasado”. Sin embargo, la madre dijo que “estaba
en el descanso en el espíritu”.
La joven se curó de la infección y no volvió a recaer.
TERCER MILAGRO
Otro caso de curación se dio en una mujer de 40 años que sufría una
enfermedad en el corazón y cuando rezó por ella con la reliquia quedó sana.
Sobre estas curaciones milagrosas, el P. Zeller dijo que “no soy yo, sino la intercesión de San Padre Pío”.
EL DON
El sacerdote comentó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que solía
pensar que el Padre Pío era una persona muy seria y tenía miedo de pedir su
intercesión. Sin embargo, descubrió que “fue un
fraile muy alegre” y cuando viajó a San Giovanni Rotondo entendió que la
seriedad del santo era porque éste “sabía cuándo la
gente no estaba arrepentida”.
“Se dice que incluso podía oler el pecado,
yo ni me imagino cómo olerá la separación eterna de Dios”, concluyó.
Traducido y adaptado por María Ximena
Rondón. Publicado originalmente en CNA.
Redacción ACI
Prensa
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