¿Qué nos dice la Iglesia con respecto a este tema?
Por: Redacción | Fuente: Católico Defiende tu Fe
¿A quién de nosotros no nos
ha llegado alguna “cadena”, ya sea en nuestro correo, Facebook, o actualmente
hasta por WhatsApp? Con esos mensajes que nos prometen dinero,
milagros, buenas noticias o en caso de no mandarlo algún terrible castigo.
Muchos que aseguran no creer, lo llegan a
compartir: "por si las dudas”. Pero lo
que no saben muchos católicos con escasa preparación, es que esto es
incompatible con la enseñanza de la Iglesia Católica, y no son sólo las "cadenas", sino también otras muchas
prácticas y supersticiones que a menudo demostramos.
Una de las ofensas que hacemos a Dios, es
quitarle a Él nuestra total y plena confianza, poniéndola en una imagen de
Facebook, mensajes en cadena. Cabe destacar que esto es solo superstición, y ¿Qué es superstición? Según la Real Academia
Española: es una creencia extraña a la fe religiosa
y contraria a la razón, o una fe desmedida o valoración excesiva respecto de
algo. Es decir, la superstición es contraria a la fe.
Según la Iglesia, la superstición es la
desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone, cada vez
que atribuimos un “milagro” al hecho de
compartir una publicación de Facebook, mensaje, correo, o a que ese día
llevábamos puesta nuestra medalla de la suerte de la virgencita de Guadalupe;
restándole importancia a quien abre los mares y es el único que realiza
milagros, o sea, Dios.
Esta es una de las ofensas más graves que le
podemos hacer a Dios. Siempre que compartes ese tipo de cadenas, contribuyes a
difundir la superstición y ignorancia. Cada vez que compartes una cadena, pecas
y haces caer en pecado a los demás.
Dios, que es la fuente de la misericordia, nos
perdona estas faltas de fe, de confianza e infidelidades. Pero nuestro deber
como auténticos cristianos católicos, es confiar ciegamente en Él, entregándole
nuestra voluntad, y dejando que guíe nuestras vidas. Esto se logra con la
oración, con el estudio de la Biblia, la palabra de Dios, escuchándola y sobre
todo practicándola.
Artículo publicado
originalmente en CatolicoDefiendeTuFe.org
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