La crisis económica y social acosa a los
venezolanos más allá de la vida misma: la profanación, ritos satánicos y la
santería son cosa ya abundante en camposantos como el Cementerio General del
Sur, en Caracas.
El vínculo con estas prácticas en altas esferas del gobierno venezolano
hace todo aún más dramático.
“Es una situación de abandono institucional”, explica a ACI Prensa el capellán del Cementerio General del Sur, P.
Germán Machado.
Está, por un lado, la práctica de la santería y por otro el culto de los
“paleros”, practicantes de lo que se conoce
como la “religión del palo”, y que es una
mezcla entre la primera y el espiritismo.
En la “religión del palo”, explica el
P. Machado, los creyentes se “nutren de los cráneos
y los fémures de las tumbas”.
“Sacan estos huesos para un ritual, donde en un
caldero como los de cocinar de tres patas, se coloca tierra de cementerio y 12
tipos diferentes de árboles. Por eso se llama religión de palo, porque son 12
tipos de palos y ellos a los arboles le dicen palo”.
En ese caldero “colocan los fémures y el
cráneo de un difunto, con la intención de que ellos puedan caminar junto con el
muerto y pensar como piensa el muerto”, explicó.
“Es una suerte de pacto con la persona fallecida,
para que esa persona actúe de forma sobrenatural de acuerdo a lo que ellos le
piden y a lo que le van dando como ofrenda”, señala.
El Cementerio General del Sur es el más antiguo de Caracas, fundado en
1876, y tiene 246 hectáreas. En sus terrenos están enterradas importantes
figuras de la historia de Venezuela, como el novelista y político Rómulo
Gallegos, cuya tumba ha sido profanada.
“Recientemente profanaron la tumba de la
Congregación de San Vicente de Paúl, profanaron también la tumba del primer
capellán militar que tuvo Venezuela”, señala.
También profanaron “la tumba del capítulo
metropolitano, de todos los que habían sido canónigos de la Catedral de
Caracas. Había aproximadamente 40 religiosos ahí”.
El capellán del camposanto estima que entre un 40 y un 45% del área
total habría sido profanada en búsqueda de huesos para diversos ritos.
Junto a los grupos que buscan huesos para fines ocultistas, también hay
quienes intentan obtener objetos de valor que pertenecieron a los difuntos,
como dientes de oro, joyas y metales preciosos.
“RECICLAJE” DE TUMBAS
Otro drama del cementerio venezolano, añade el sacerdote, es el “reciclaje” de tumbas.
“En primer lugar llegan los paleros, profanan la
tumba y sacan normalmente el cráneo y los fémures del difunto, pero sucede que
queda esa tumba profanada, abierta, y ahí se ha planteado en los últimos años
el reciclaje de la fosa. Llegan personas inescrupulosas, terminan de quitar los
restos, reconstruyen la fosa y la venden a otra persona que lo necesite a un
precio extremadamente alto”.
SATANISMO
El P. Machado lamenta además que “los ritos satánicos han ido
aumentando” en Venezuela.
“Al ser un capellán de un cementerio entendemos las
formas de la muerte de muchas personas”, indica, y
añade que “hay varios casos documentados en
Venezuela de muertes, sobre todo en niños”.
“Hemos tenido cosas tan terribles como encontrar
niños sacrificados que los han dejado en el cementerio en una bolsa plástica.
Por lo menos un par de casos de niños que han fallecido en estos ritos y
obviamente todos los signos son de rituales”, dice.
MOTIVADOS POR LA CRISIS
El sacerdote explica además que estas “prácticas
y creencias” buscan “resolver cosas del ámbito
temporal, la salud, cosas afectivas, laborales”.
“Muchas personas, en medio de la crisis” recurren a estas prácticas, señala el P. Machado, al tiempo que reconoce
que “hemos tenido una catequesis muy débil”.
“Una persona que vende un cráneo y un hueso en una
semana puede estar tranquilamente viviendo tres meses con ese dinero, a pesar
de las circunstancias que vivimos en Venezuela”, señala.
La ganancia promedio por vender un cráneo, indica, es de 100 dólares.
PERSONAJES DEL GOBIERNO
PRACTICAN ESTOS CULTOS
Para el sacerdote venezolano, la “parte más
delicada” de este drama es que “hay muchos
personajes dentro del Gobierno que practican esta religión y están vinculados
al cementerio, y no van a hacer absolutamente nada para resolver esta
situación”.
“Lo que hemos venido haciendo es tratando de elevar
un poco la conciencia de la gente con relación a eso, pero si el factor de la
fe no está presente en medio de la comunidad, nadie va a tener ningún tipo de
objeción”, señala, pues ni siquiera las
recomendaciones de sanidad, de no manipular restos de fallecidos para evitar
enfermedades, “han limitado la práctica”.
Indicó que las profanaciones se hacen con más frecuencia en las
festividades de los orishas, que son las deidades de la santería.
Diciembre también es un mes “en el que se
profana mucho, por dos razones: porque hay menos afluencia de personas al
cementerio visitando tumbas y porque hay mucho dinero circulando, las personas
tienen más dinero para fin de año”.
Se teme que Viernes Santo, dentro de pocas semanas, será otra fecha de
muchas profanaciones en el cementerio.
POR DAVID RAMOS
| ACI Prensa
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