Dicen que los
serranos somo brutotes y directos. La diplomacia no es lo nuestro, ni nos va, ni nos viene, ni
mucho menos entendemos que nos conviene. Servidor ya tenía lo suyo por
nacimiento, que serrano de cuna soy, y a mucha honra, aunque mi Miraflores del
alma es ya pueblo medio grande y no tan alejado de Madrid.
Ahora,
a ochenta kilómetros de Madrid, cura de pueblos pequeños, casi aldeas que les digo yo cariñosamente, lo de ser serrano como que se me va agudizando. Será eso que llaman de la inserción
pastoral o vaya usted a saber. Quizá también sea la cosa de que a la medida en
que uno va cumpliendo años va ganando en libertad de decir exactamente lo que
le venga en gana.
Mucho me temo, vamos que me lo
barrunto, que lo del Sínodo de la Amazonía, a punto de
despegar, nos puede tener entretenidos, y posiblemente más ahora que a
posteriori. Fíjense si les digo que lo mismo al final nos ocurre lo del estrambote cervantino: “miró al
soslayo, fuese y no hubo nada”. Piensen,
por ejemplo, en el sínodo de los jóvenes (¿ah, pero
es que ha habido algo sobre jóvenes?).
Ahora, eso sí, lo previo está de lo más interesante. Por un lado, tenemos un rasgado de vestiduras “Mulleriano” y por ahí, de ese estilo,
cosas en público, y un sordo cabreo de tantos silentes. Por otro, una pléyade de no sé cuántos, me temo que ilusos, que piensan que esto de
la Amazonía va a desembocar en sacerdotes viri probati, diaconisas,
sacerdo chamanes o chaman sacerdos, abolición del celibato, misas con yuca y
chichas aguardentosas varias, ofrenda a la pacha mama y curas con plumero y no
en la mano.
Andan
desatados los del plumero, jaleados por lo mejor -je- de la teutonía, que ya no
saben qué hacer para ser originales y chupar progre prensa, habida cuenta de
que lo de conservar fieles, ni se me ocurre decir aumentar, no es lo suyo, ni
mayormente parece les importe.
Hace semanas o meses, es
igual, hablaba de una cosa, el REPAM, que más me sonaba a repanocha. Cosas de
la serranía. Hoy me encuentro con otro REPAMNOCHADO feliz, alegre
y más jacarandoso que castañuelas en noche de feria post trasiego de varias
de manzanilla. No he leído más que el titular. Cansino que estoy. Es el
repamnochado Mauricio López que nos suelta, así sin anestesia, que “este Sínodo, en su profetismo, es fiel a los gritos de
los pobres y de la hermana Madre Tierra”. A mí me hubiera gustado más que tratara de ser
fiel a Cristo.
Dense cuenta de que lo del profetismo es inapelable. Y no dicen que ellos ya se habían
adelantado al concilio simplemente porque no se les ha ocurrido. Un sínodo fiel a los gritos de los
pobres y de la hermana Madre Tierra.
En
mis pueblos simplemente a estas cosas las llamamos “tontás”, así de claro. No tonterías no bobadas, que
no. Tontás, más claro y rotundo.
Ni
Dios, ni Cristo, ni Iglesia, ni salvación ni nada que se le parezca. Oigan, que
se van a juntar en Roma no sé cuántos expertos y supongo acudirán cuatro
indígenas amazónicos por la cosa folklórica. Dice
el tal Mauricio que, aunque los indígenas no van, han tenido reuniones y ya han
expresado su opinión. Puro despotismo: “todo para los indígenas, pero no hace
falta que vengan a Roma, que ya lo explicamos nosotros”.
De momento, en el consejo
presinodal están 16 obispos, una religiosa y el tal Mauricio López de la REPAM.
Un sínodo. En Roma. Fiel a los gritos de la Madre Tierra. Tontás.
Jorge González
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