Una reportera fue
invitada una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación
que iba a realizar.
Mientras el cirujano llevaba a
cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un
poco nervioso.
Luego, emprendiendo el camino
hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras hacía
una breve oración en su interior).
Más tarde durante la
operación, sus manos se veían sin nervios… se veían tranquilas.
La reportera expresó su
sorpresa de que un cirujano elevara una oración antes de la cirugía y dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.
¡¡Un cirujano es
solamente un hombre!! fue la contestación del médico.
No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre.
No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre.
Y después terminó el
cirujano diciendo:
Me siento tan cerca de Dios
cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya.
Salmo 71: 16-17
Dios mío, ahora voy a recordar
tus hechos poderosos, y hablaré de la justicia que sólo tú puedes hacer. Desde
que yo era joven tú has sido mi maestro, y hasta ahora sigo hablando de las
maravillas que has hecho.
Provervios 3:6
Reconócele en todos tus
caminos, y Él enderezará tus sendas.
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