Robert Fuller se tomó un cóctel mortal tras
«casarse» por lo civil con otro hombre
La archidiócesis
de Seattle (Washington, EEUU) ha publicado un comunicado sobre el caso de un
hombre que comulgó y recibió la bendición en una Misa días antes de «casarse»
por lo civil con otro hombre y quitarse la vida por padecer una enfermedad
terminal. Dicho comunicado no se corresponde con la realidad de lo ocurrido.
(InfoCatólica) Los hechos ocurrieron hace
meses, concretamente el 5 de mayo, pero han salido ahora a la luz por medio de
Associated Press.
Robert Fuller, conocido homosexual y autoproclamado chamán, acudió a la
parroquia de Santa Teresa, cuyo párroco, Maurice Mamba, es un sacerdote
diocesano pero cuenta con la colaboración de sacerdotes jesuitas, días antes de, tal y como
tenía previsto, acabar con su vida debido a que padecía un cáncer en fase
terminal.
Durante la Misa el sacerdote oficiante, Quentin Dupont, sj, pidió a unos niños que
estaban recibiendo la Primera comunión que bendijeran junto a él a Fuller,
cosa que hicieron. El futuro suicida también comulgó. Todo ello fue grabado en
vídeo.
La Archidiócesis de Seattle ha publicado un comunicado
en el que asegura que el sacerdote desconocía la
intención de suicidarse de Robert Fuller,
ya que simplemente se le dijo que el hombre estaba cerca de morir debido a su
cáncer y por eso pedía la bendición de la comunidad parroquial.
La archidiócesis indica
igualmente que cuando el párroco supo de las verdaderas intenciones
de Fuller, intentó convencerle del
carácter sagrado de la vida:
«Esa mañana, le
dijeron al sacerdote que el Sr. Fuller se estaba muriendo y quería la bendición
de la comunidad de fe. No fue hasta más tarde que los líderes de la
parroquia se enteraron de sus planes. Cuando se dieron a conocer
estos planes, el pastor se reunió con el Sr. Fuller para discutir el don
sagrado de la vida humana y cómo estamos llamados a respetar y reverenciar ese
don como discípulos de Jesús».
Sin embargo, Associated Press
asegura que tanto buena parte de los feligreses como los
responsables de la parroquia conocían perfectamente
los planes de Fuller
Kent Stevenson, seglar
responsable de la música litúrgica de la parroquia, declaró a la agencia de
prensa que Fuller tomó la
decisión de morir con «tenacidad y claridad» y que había sido «comunicativo y
sobrio».
El 10 de mayo, Fuller se bebió un cóctel de drogas letales mezcladas con su bebida
favorita. Las leyes de suicidio
asistido de Washington exigen que el paciente se autoadministre el medicamento.
Antes de su muerte, Fuller organizó
una fiesta con amigos y familiares, y se casó civilmente con su pareja, un hombre llamado Reese Baxte.
ACTUALIZACIÓN. LA
ARCHIDIÓCESIS NO CUENTA LA VERDAD
Según informa Catholic Herald,
en la cuenta de Facebook de Robert Fuller se puede comprobar que tanto el
sacerdote que ofició la Misa del 5 de mayo como los seglares con
responsabilidades parroquiales eran plenamente conscientes de las intenciones
del suicida.
Así, el 16 de marzo, Fuller
escribió en esa red social que había finalizado todos los pasos legales para
recibir la receta del cóctel de medicinas mortal y que incluso tenía la
aprobación de un sacerdote para poner fin a su vida:
«No tengo
absolutamente ninguna duda sobre lo que estoy haciendo. Y mi
pastor/patrocinador me ha dado su bendición. ¡¡Y es un jesuita!!»
Otras publicaciones en la
página de Facebook de Fuller cuentan que se reunió con el personal de la
parroquia mientras planeaba los últimos días de su vida, incluída una fiesta
celebrada en las horas previas a su suicidio, el 10 de mayo, y su propio
funeral.
El 4 de mayo, Fuller
publicó detalles de su próximo funeral, que había organizado para celebrarse en la parroquia el 17 de
mayo. El boletín parroquial del 19 de mayo de
St. Therese incluyó un aviso de la muerte de Fuller, y confirmó que su
funeral se celebró en la iglesia el 17 de mayo.
En la misma publicación, Fuller escribió que le quedaba una semana de vida. Agradeció a su
«familia de fe»
en Santa Teresa e invitó a las personas a unirse a
él en la Misa al día siguiente
y en su «fiesta de celebración del fin de la vida» el 10 de
mayo, el día de su muerte.
De hecho, en otra entrada de
su muro de Facebook aseguró que había hablado con el responsable del coro
parroquial para que cantaran en la fiesta de despedida.
Todo ello lleva a pensar que el comunicado de la archidiócesis
de Seattle tiene muy poco que ver con la ocurrido. Catholic Herald ha solicitado nuevas aclaraciones
a los responsables de la archidiócesis, pero por el momento sólo han obtenido
la callada por respuesta.
No es descartable que el sacerdote jesuita que ofició la Misa sea acusado formalmente ante la
Santa Sede por varios delitos canónicos, entre los que se puede
encontrar la profanación de la Misa. Es especialmente escandaloso el que
pequeños que celebraban la primera comunión fueran co-protagonistas de
semejantes hechos.
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