Por: Daniela Sandí Torres. | Fuente:
Catholic.net
HEY, HOLA.
Ando con dos ideas dando vueltas en la cabeza, y me gustaría
compartirlas por acá, prometo ser breve, sé que la semana está iniciando y no
hay mucho tiempo para andar leyendo.
Les cuento; en los últimos días he pensado sobre
qué es lo que me da miedo en la vida; creo que todos, o la mayoría;
caminamos con temor a algo, pequeño o grande, pero siempre tenemos algo por ahí
dando vueltas.
Resulta que descubrí que me da miedo pasar por la
vida y no dejar huella; ajá, me explico; me da un temor horrible ser tan “inservible” como para no dejar una huella positiva en los
demás; me da miedo
andar por la vida siendo egoísta y no pensar un poco en lo demás, y créanme que
constantemente esa es mi lucha, dejar el egoísmo y la “mente
cuadrada” de lado; recordar que no estoy sola en el mundo, que hay
personas a mi alrededor con necesidades y que quizás yo pueda hacer algo para
ayudar.
Eso por un lado; lo otro es que mientras estaba en misa este fin de
semana, el sacerdote “por casualidad” más o menos
tocó el tema, de hecho; él lanzaba la pregunta sobre cómo estamos viviendo, que
si somos una mano que ayuda a otras personas a levantarse, o si más bien
andamos por la vida “metiendo el pie” o siendo “serrucha pisos”; y
entonces citó una frase, que la verdad me revolvió el alma porque hace muchos
años la había escuchado y ahora toma mayor sentido:
“QUIEN NO VIVE PARA
SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Les confieso que me dio escalofríos cuando lo dijo; porque me hizo pensar con mayor intensidad en mi
temor, me hizo pensar en qué estoy haciendo para ayudar a los demás, para poder dejar una huella de amor en
el mundo y no una cicatriz que refleje dolor.
En fin, prometí ser breve (creo que lo logré), termino con estas preguntas, por si se las quieren hacer durante esta
semana: ¿Vos a qué le tenés miedo? Y creo que todavía más
importante, ¿Luchás para vencer ese miedo? Creo que luchar
por vencer un miedo podría hacernos mejor persona, nos llevaría a esforzarnos;
a no quedarnos en una zona de confort.
¿Le das la mano a otros cuando se caen? ¿Los ayudas
a levantarse? ¿O más bien sos el causante de que otros caigan?
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