Begoña Rosado había abortado, vivía una
vida mundana... y todo cambió al reencontrar a su amiga.
Begoña Rosado explica cómo la experiencia de una
amiga poseída le abrió los ojos a la vida sobrenatural y de gracia.
Begoña
Rosado ha contado su testimonio de fe en HM
Televisión, en el veterano programa Cambio de Agujas. Ella se convirtió cuando retomó el contacto con
una amiga de la adolescencia después de veinte años sin tratarse. Su amiga le dijo algo asombroso: estaba
poseída. Cuando Begoña consiguió visitarla, ya no lo pudo dudar.
UNA
INFANCIA CON FE, Y UNA AMIGA ESPECIAL
"Nací en una familia católica por costumbre; mi padre era muy
creyente, mi madre no tanto. Los domingos, obligados por el ambiente,
practicábamos la fe, pero sin una base de fe firme. Mi educación en una escuela
de las carmelitas fue una etapa muy bonita, pero luego en la adolescencia, al dejar el colegio, me alejé muchísimo de Dios".
Al
empezar la adolescencia, de los 11 a 13 años, hizo una amiga especial en las
carmelitas. Recuerda que conectaron bien en un campamento en Tarazona. Era una
niña con problemas para hacer amistades, mientras que Begoña era muy social y
extrovertida. Y congeniaron durante esos dos o tres años de relación.
ALEJÁNDOSE
DE DIOS... Y UN ABORTO
Begoña
era la séptima de ocho hermanos. Al ir creciendo, sus padres, ya mayores, no la
vigilaban mucho. "Yo salía con las amigas y no
me sentía feliz en ningún ambiente". Ya no se relacionaba con nada
de la Iglesia, su vida era plenamente mundana.
A los 18
años conoció a quien sería su marido. A
los 19 años, aún sin planes de casarse, quedó embarazada de él. "Tomé la decisión, yo sola, de abortar. Él lo sabía, pero no participó en la decisión".
Explica
como fue el día del aborto, en el
centro abortista: "No te dejan ver los
monitores, no te dejan pensar... ni
te permites ni te permiten pensar que estás haciendo algo malo. Pero es lo que
es, estás quitando vidas". Aquello le dejó una herida profunda.
Al poco,
yendo a recoger a un familiar en una iglesia, y sintiendo un dolor interior,
emocional, paró a hablar con un
sacerdote. Le habló de su reciente aborto... y el sacerdote le dio la
absolución. Aún algo desconcertada, se dio cuenta de que era la primera vez que
se confesaba desde su Primera Comunión.
Había
recibido el perdón de Dios, pero aún así no se perdonaba a sí misma y, lejos de Dios, tardaría en
hacerlo. Hoy, dice, habla "con libertad y
mucha paz" de su vivencia dolorosa con el aborto, para ayudar a
otras mujeres, animando a todas a reconocer los hechos, hacer la paz con el
hijo muerto y confesarse.
Pero
entonces no podía hacer nada de eso. Finalmente se casaron, "por la Iglesia, por
nuestros padres, porque yo no me quería casar por la Iglesia".
Al
principio, "vivía bien, una vida muy cómoda, encauzada", pensaba.
Creía que con su marido, su familia, los hijos que fueron llegando, encontraría
un amor que la llenara. Y sin embargo, no
parecía suficiente. "Hoy veo que buscaba un
amor más grande", considera
Begoña.
Y después
llegó una época de problemas personales, familiares... "Todo
se desvanecía, era duro y no veía salida".
"Y
ME CONFIESA QUE TIENE UNA POSESIÓN DIABÓLICA"
En esa
época triste, a través de Internet, reencontró
a su antigua amiga de adolescencia, después de 20 años sin contacto. Le
hizo mucha ilusión. Se contaban sus vidas por Internet y teléfono casi cada
semana. Pero no conseguían quedar en persona. La amiga contó a Begoña que había
tenido una vida muy caótica y desordenada, que le habían diagnosticado
fibromialgia crónica, que tenía dolores muy fuertes, pasaba en su cama mucho
tiempo.
Begoña vio que su amiga hablaba mucho de Dios.
Pensó: "supongo que es normal, se aferra a lo
que puede en su enfermedad".
Pero en
2012 su amiga le dijo algo asombroso. "Ella me confiesa que tiene una posesión
diabólica de un grado muy, muy fuerte, y yo la verdad me quedé un poco
asombrada. De hecho, mi reacción al principio fue de total incredulidad".
Ella era
escéptica al respecto pero la curiosidad le movió. Se puso a leer sobre el
tema, a interesarse. Y a hablar con ella.
Según
explica Begoña, el origen de la acción
diabólica en su amiga estaba en "un 'trabajo'
que hicieron a su madre", es
decir, que su madre acudió a una bruja estando embarazada de ella. "Echando la vista atrás, hoy entiendo los problemas
de esta chica en el colegio, su dificultad para socializar". Estudiaban
en un colegio carmelita y ella rehuía todas las cosas religiosas. También
estaba a menudo indispuesta.
En 2011,
después de haber pasado por todo tipo de médicos y de especialistas
psicológicos, la amiga se había dado cuenta de que sentía un rechazo peculiar
por las cosas de Dios. Un día vio un
vídeo de un exorcista en YouTube "y se puso
fatal". Después se "puso en
tratamiento", explica Begoña; es decir, contactó con un
exorcista que la atendió.
VISITAR
A UNA AMIGA POSEÍDA
Begoña
por fin logró ir a visitar a su amiga. Antes, precavida, y ya acercándose a las
cosas de Dios, se confesó. Luego lo haría otras dos veces más "porque veinte años de pecado dan para mucho que
contar".
Begoña
quiso hacer una prueba ("una trampa", dice ella). "Pedí a mi suegra que me comprase un colgante religioso bendecido. Lo llevé en
una caja. Estando con ella en el sofá, le entregué el regalo, y ella, al tomarlo, sin saber lo que había
dentro, tuvo una reacción de rechazo absoluto. Entonces me quedé paralizada: yo no podía moverme. Su madre me dijo,
sonriendo: no pasa nada, es 'él'". Volviendo con mi marido,
en el coche, le dije: "¿has visto lo que yo he
visto?; por favor, vámonos enseguida a una iglesia".
Desde
entonces Begoña ha visto "cosas muy duras"
en la experiencia de su amiga. Luego conocería a otras personas en una
situación similar, explica. Toda su visión del mundo, cambió. Se dio cuenta que su vida había sido
narcisista, mundana... y lloró recordando su pasado.
CRECIENDO
EN LA VIDA CRISTIANA
Varias
cosas desde entonces han ayudado a Begoña en la vida cristiana, como leer la
vida de los santos y tener dirección espiritual. Cuenta que después llegó "un encuentro con el Señor, maravilloso; ya le
conocí, me enamoré de Él, me llenó la vida, plena, por completo. Me siento tan
feliz... encontré ese amor lleno, que crece, del que hablaba al
principio".
Hoy es muy devota del Padre Pío, y vive su espiritualidad en el movimiento internacional de Siervos del Sufrimiento, que en Madrid pastorea el padre Isaac Parra. "La película del padre Pío fue de las primeras que vi cuando me convertí", explica.
Hoy es muy devota del Padre Pío, y vive su espiritualidad en el movimiento internacional de Siervos del Sufrimiento, que en Madrid pastorea el padre Isaac Parra. "La película del padre Pío fue de las primeras que vi cuando me convertí", explica.
Anima a
todos a vivir en gracia de Dios y a evitar los engaños de la Nueva Era, el
reiki, la ouija... "Todo eso es un caramelo envenenado", avisa.
Explica que su amiga y otras personas en situación similar ofrecen sus
sufrimientos por el bien del mundo. De esa entrega, aprende también ella.
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