CELOS:
Sospecha, inquietud y temor de que la persona amada ponga su cariño en otro.
EGOÍSMO:
Excesivo amor de sí mismo, que hace atender solamente al interés con
menosprecio del de los demás. Acto que esta viciosa condicional condición
personal sugiere.
Sabía
que algo se estaba tramando a mis espaldas, e inclusive, van a venir
disimuladamente a las reuniones algunas personas para analizar, desde un punto
de vista humano, de mundo, lo que el Señor, desde el cielo está moviendo a
través del grupo Sí Señor de Oración por los Enfermos, un pequeño grupo para el
mundo, pero grande para Dios.
Solo
puedo decir que sé de dónde proviene la idea de que yo deje de servir a Dios sé
también el porqué de este deseo. Hay personas que no aprecian lo que tienen
cerca y que una vez que lo pierden se lamentan. Después de que recibieron el
100% de mi cariño y de cosas, resultado de mi trabajo, que toda mi vida di sin
esperar nada a cambio, ahora que ya no me interesa el mundo, ni vivir
holgadamente como antes, vienen los reclamos de aquellos que nunca agradecieron
nada de lo que recibieron, a nivel familiar o de amistad. ¿Qué es lo que reclaman? ¿Qué me siga rompiendo para
felicidad terrena de otros? Pues ¡NO! Ahora,
luego de trabajar para el mundo durante casi toda mi vida, mi deseo es trabajar
por el Señor, y creo que, los que tratan de alejarme de Él, lo que deberían hacer
es acercarse a Dios también, pero sin celos ni egoísmos tontos que en vez de
unir, separan.
Le
paso la voz a DON SATA Y COMPAÑÍA que sé lo
que está tramando, y que va a acabar, como siempre, por las patas de los
caballos. Le comunico oficialmente que nadie me alejará de lo que mi corazón ya
ha elegido, a Jesús y a María, y que hagan lo que hagan no resultará. Son dos
personas y un sacerdote manipulados los que han sido involucrados e invitados a
nuestras reuniones por quienes desean que me aleje de Dios. ¿Vendrán?
¡Qué equivocados están los que piensan que voy a cambiar a Jesús
y María por algo o alguien! Se
ha olvidado DON SATA Y COMPAÑÍA que tres
veces me han ofrecido carros regalados y no he aceptado, y que he dejado cosas,
que muchos darían hasta su alma por conseguirlas. ¿Es
que no se dan cuenta que no hay nada más grande que servir a Dios? ¿Creen,
acaso que podría yo cambiar por algo o alguien, la cara de felicidad de alguien
que el Señor sana? El rostro lleno de luz de una niña de nueve años o la
de hermanos resplandecientes cuando llega el Señor, o todas las maravillas de
amor derramado en cada reunión, no las cambio por nada ni nadie.
Me
han enviado una carta firmada, aparentemente, por varias personas que amo,
aunque sé que solamente una de ellas es la autora de la carta, el resto ni sabe
que ha sido enviada, donde me ponen citas de la Biblia, con versículos y todo –
muy rebuscados y muy disimuladamente expuestos – para hacerme desistir de mi
amor por Dios. Solo puedo contestar que, como creyente, tengo que vaciarme de
todo y de mí mismo, si quiero servir a Dios.
Felizmente,
en lo único que nadie puede meterse es en lo que decide el corazón, y el mío…
ya decidió. Tomé esta decisión cuando vi que ya a nadie parecía hacerle falta,
y cada uno se iba por su lado. Cuando sentí que el Señor me llamaba junto a Él
diciéndome: “YA BASTA DE ENTREGARTE AL MUNDO, AHORA
ENTRÉGATE A MI PORQUE LOS MÍOS ME NECESITAN Y POR TI LLEGARE”
Esta
decisión –la mejor que he tomado en mi vida – me hace feliz, pero no feliz como
normalmente se entiende, sino feliz por Él. Feliz de que el Señor use mis manos
para sanar a alguien. Feliz de dejarme llevar por Él sin condiciones,
entregándole mi corazón y mi voluntad, no para mi bien, sino para un bien
común. Si alguien no llega a entender esto es porque no está en el mismo camino
que yo he tomado. Jesús es el camino, la luz y la vida, y solo por Él se llega
a Dios, y yo quiero llegar, quiero llenarme de Él y
QUIERO SER SANTO ANTES DE MORIR PARA NO MORIR.
Los
que me rodean como familia o como amigos, ganan si me acerco más a Dios,
lograran lo que se han propuesto, porque el que da recibe, y si ellos me dan a
Dios… recibirán. Cuanto más me acerco, más críticas destructivas y
desconfianzas, celos y egoísmo recibo, porque esa es la señal de que me estoy
acercando.
“SI ALGUNO VIENE DONDE MÍ Y NO DEJA A SU PADRE, A SU MADRE, A SU
MUJER, A SUS HIJOS, A SUS HERMANOS, A SUS HERMANAS Y HASTA SU PROPIA VIDA, NO
PUEDE SER DISCÍPULO MÍO”
“EL QUE NO LLEVE SU CRUZ Y VENGA EN POS DE MÍ, NO PUEDE SER DISCÍPULO
MÍO”
“PUES, DE IGUAL MANERA, CUALQUIERA DE USTEDES QUE NO RENUNCIE A
TODOS SUS BIENES, NO PUEDE SER DISCÍPULO MÍO” (Lucas 14, 26-27 - 33)
El
otro día, un hermano del grupo – a una pregunta mía – contesto que me observaba
para aprender. Yo le dije que el que imita al imitador no va a ser bueno.
Tienes que imitar al original, al titular… a Jesús. Yo solo te puedo enseñar,
por ejemplo – lo que es una bicicleta y sus partes: Timón, pedales, asiento,
frenos, cambios, etc…. Pero las piruetas que tú puedas hacer, serán por tu
habilidad e inspiración. Igual es en un grupo. Mirando, solo aprenderás lo
básico, lo sabio vendrá de Dios Espíritu Santo.
Abre
tu corazón, vacíate de todo lo que te aparte de Dios, pregúntale de corazón a corazón
que es lo que quiere de ti. Pon tu fe en acción y espera sin esforzarte ni
desesperarte, que todo vendrá sin que te des cuenta –como que amanece – y veras
una nueva luz en tu vida. Ahora estas en el camino, no vuelvas la cara atrás,
atrás ya no hay nada que te interese, persevera en tu caminar y da gracias a
Dios por este mensaje que es para ti.
El
celo, como algo para superarse en bueno. Celo en tu trabajo, es algo que te
ayuda a hacerlo mejor, pero celo, como enfermedad destructiva de todo lo que
otros puedan lograr, es malo. Una persona celosa es destructora de hogares,
trabajos, grupo, etc., y no es de fiar porque es manipuladora de conciencias a
su favor. Es además egoísta, se quiere así misma y desprecia a los demás, solo
acepta que otros sean felices si ella lo es a su manera, y así no es.
La felicidad es un fruto que recibes del Corazón de Dios a través
de María por Dios Espíritu Santo… no la desprecies.
JESÚS Y MARÍA TE AMAN… TE ESTÁN ESPERANDO
José Miguel Pajares Clausen
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