El sacramento de la
confesión (de la penitencia o de la reconciliación) es la celebración del amor
misericordioso de Dios, que nos perdona los pecados por medio de Cristo muerto
y resucitado, y quien, mediante el ministerio de la Iglesia, nos reconcilia con
Dios y con los hermanos.
Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net
¿CUÁNDO Y CÓMO DEBO CONFESARME?
ANTE TODO ¿QUÉ
SIGNIFICA EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN?
El sacramento de la confesión (de la penitencia o de la reconciliación)
es la celebración del amor misericordioso de Dios, que nos perdona los pecados
por medio de Cristo muerto y resucitado, y quien, mediante el ministerio de la
Iglesia, nos reconcilia con Dios y con los hermanos.
CONFESARSE SIGNIFICA, POR TANTO:
- Ponerse a escuchar la Palabra de Dios y reconocer el propio
pecado.
- Celebrar el amor misericordioso de Dios Padre, que:
· Perdona nuestros pecados, lavándolos con la sangre de su
Hijo;
· Nos comunica su misma vida divina (gracia sacramental) ;
· Nos reconcilia con Él y entre nosotros, reconociendo nuestro
vínculo de hermandad universal;
· Acoge y fecunda nuestro compromiso personal de continua
conversión inaugurado en el Bautismo y que se acrecienta por las exigencias de
la celebración eucarística;
· Abre nuestro corazón arrepentido al soplo del Espíritu Santo, que
conduce a la justicia, la caridad, la libertad, la vida y la alegría.
¿QUIÉN
HA INSTITUIDO ESTE SACRAMENTO?
Lo ha instituido Jesucristo en la noche de Pascua, cuando, mostrándose a
sus discípulos, les dijo: “Recibid el Espíritu
Santo; a quienes remitiereis los pecados le son remitidos; y a quien se los
retuviereis, le son retenidos.” (Jn 20,22-23).
¿POR QUÉ ES
NECESARIO CONFESARSE?
Porque todo cristiano, después del bautismo, comente pecados.
¿Y EL QUE DICE QUE
NO TIENE PECADOS?
Es un mentiroso o es un ciego. “Si decimos
que no tenemos pecados, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en
nosotros” (1 Jn 1,8).
¿CUÁNDO SE COMETE UN
PECADO?
- Cuando se desobedece a Dios, a su amor, a la ley que nos ha dado,
mediante Cristo, para indicarnos el buen camino para nuestra felicidad plena y
la perfecta realización de nuestro ser. “Cometí la
maldad que aborreces” (Sal 51,6)
- Es Cristo, con su Palabra y con su muerte y resurrección, quien
muestra plenamente al hombre su pecado y la gravedad del mismo.
¿EN
QUÉ SENTIDO EL PECADO OFENDE A DIOS?
- El pecado ofende a Dios en el sentido que:
· Hiere y destruye al hombre que Dios ha creado y que ama;
· Resquebraja o rompe el diálogo de Dios con el hombre;
· Es causa de la muerte de Cristo, Hijo amado del Padre;
· Rechaza su Palabra (Ley, enseñanzas...) que son el bien verdadero
del hombre;
· Ofende a Dios no tanto en su honor, cuanto en su amor.
¿TODOS
LOS PECADOS SON IGUALES?
Ciertamente no. Los pecados se diversifican por ejemplo en cuanto a la
gravedad y a la tipología.
- En cuanto a su gravedad existen pecados mortales y pecados
veniales.
- En cuanto a la tipología hay pecados:
· De pensamiento, palabra, obra y omisión.
· Contra Dios, contra el prójimo, contra nosotros mismos, contra la
creación.
¿CUÁNDO
SE COMETE UN PECADO MORTAL?
Para cometer un pecado mortal, deben darse contemporáneamente tres
condiciones:
- Materia grave.
- Plena conciencia.
- Consentimiento deliberado.
¿QUIÉN
ESTABLECE LA MATERIA GRAVE?
Es Dios (y no nosotros o la gente...) que determina cual es la materia
grave. Dios la indica de modo particular en los diez mandamientos y en las
enseñanzas de Cristo, que la Iglesia continua proponiendo.
¿CUÁNDO SE COMETE UN
PECADO VENIAL?
Cuando no existe materia grave, o bien, en caso de que haya materia
grave, falta la plena conciencia o el consentimiento deliberado.
¿NO BASTA CON PEDIR
PERDÓN A DIOS POR LOS PROPIOS PECADOS SIN TENER QUE CONFESARSE?
- Cada uno de nosotros puede y debe pedir perdón a Dios en todo
momento, particularmente después de haber cometido un pecado mortal, antes de
irse a dormir por la noche, o al inicio de la celebración de la Santa
Misa.
- Pero Dios nos perdona algunos pecados (los pecados mortales)
cuando nos acercamos arrepentidos al sacramento de la Confesión, querido e
instituido por su Hijo Jesucristo. Por otra parte, siendo Dios el que perdona,
Él tiene el derecho de indicarnos el modo a través del cual Él nos concede su
perdón. Ciertamente el pecado no es perdonado si no hay arrepentimiento
personal, pero en el orden actual de la Providencia, la remisión está
subordinada al cumplimiento de la voluntad positiva de Cristo, que ha vinculado
la remisión de los pecados al ministerio eclesial o, al menos, a la voluntad de
recurrir a él lo más pronto posible, cuando no exista la posibilidad inmediata
de la confesión sacramental.
¿CADA
CUÁNTO TIEMPO DEBEMOS CONFESARNOS?
- Debemos distinguir entre pecado mortal y pecado venial.
§ En el caso de un pecado mortal: debemos confesarnos
inmediatamente después de haber cometido un pecado mortal, a fin de obtener
inmediatamente el perdón y evitar el infierno en caso de muerte. Si no es
posible confesarse inmediatamente por falta de un sacerdote, al menos se debe
pedir perdón a Dios por el pecado cometido y buscar la confesión sacramental lo
más pronto posible.
La confesión individual e íntegra y la absolución constituyen el único
modo ordinario con el cual el fiel, consciente del pecado cometido, es
reconciliado con Dios y con la Iglesia.
§ En el caso de los pecados veniales: si
se tiene sólo pecados veniales, el tiempo que puede transcurrir entre una
confesión y otra depende de la sensibilidad espiritual de cada quien.
Algunos santos se confesaban todos los días. ¡Y eran santos!
La Iglesia, como buena madre, indica en sus preceptos un mínimo: “Confesarse por lo menos una vez al año” Según la sugerencia de buenos Padres Espirituales, sería oportuno para un cristiano que no tiene pecados mortales, confesarse al menos una vez al mes, o a más tardar cada dos meses.
¿ES NECESARIO
CONFESARSE ANTES DE ACERCARSE A LA COMUNIÓN?
Quien es consciente de haber cometido un pecado mortal debe confesarse
antes de comulgar. Si se han cometido sólo pecados veniales, entonces se puede
acercar a la Comunión después de haber pedido perdón al Señor al inicio de la
Misa (cf. Rito penitencial). Es también aconsejable confesar con frecuencia los
pecados veniales.
¿POR QUÉ ES ACONSEJABLE LA CONFESIÓN DE LOS PECADOS VENIALES?
¿POR QUÉ ES ACONSEJABLE LA CONFESIÓN DE LOS PECADOS VENIALES?
- Es oportuna la búsqueda, humilde y llena de confianza, del
sacramento de la Penitencia, ya que en este sacramento:
· Hace crecer en gracia;
· Afianza las virtudes;
· Ayuda a disminuir las tendencias negativas heredadas del pecado
original y agravadas por los pecados personales;
· Forma un conciencia recta;
· Ofrece el don de la serenidad y de la paz, per el hecho mismo que
aumenta la Gracia.
¿CÓMO
CONFESARNOS?
- Ante todo se prepara la celebración del sacramento con momentos
de oración.
- Después es necesario hacer un examen de conciencia,
confrontándonos con el ejemplo y las palabras de Cristo. Es conveniente leer un
pasaje de la Sagrada Escritura.
- A la luz de todo lo que Dios ha hecho por nosotros, se reconocen
los propios pecados, pidiendo perdón a Dios y comprometiéndose a “cambiar de vida”.
- Nos acercamos después al sacerdote (diciendo, en primer lugar, el
tiempo que ha transcurrido desde nuestra última confesión y concluyendo que se
tienen la intención de confesarse también por los pecados que no se recuerda y
aquellos del pasado):
· Se confiesan los propios pecados;
· Se escuchan las palabras del sacerdote;
· Se acepta la penitencia que es impuesta;
· Se manifiesta el propio arrepentimiento, motivado sobre todo por
el amor a Dios;
· Se recita el acto de contrición (u otra fórmula semejante).
· Se recibe con fe la absolución: “Yo
te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo”.
- Se agradece al Señor del don sacramental recibido, renovando el
propio compromiso de conversión.
¿BASTA
CON UNA CONFESIÓN GENERAL DE LOS PROPIOS PECADOS?
- No, no basta. Se rechaza cualquier uso que limite este sacramento
a una confesión general (Por ejemplo, decir: “Padre,
pequé, deme la absolución...”) o a decir sólo los pecados considerados más
significativos.
- El cristiano está obligado a confesar, según la especie y el
número, todos los pecados cometidos después del Bautismo y no confesados
todavía, de los cuales se tenga conciencia después de un buen examen.
¿CÓMO
SE HACE UN BUEN EXAMEN DE CONCIENCIA?
- Dejándose iluminar de la Palabra de Dios (la Biblia). De hecho,
es la Palabra de Dios que:
· Revela el pecado;
· Invita a la conversión;
· Exhorta al bien;
· Anima a actuar imitando a Cristo;
· Anuncia la misericordia de Dios que lava el pecado del hombre con
la Sangre de Cristo y da la gracia del Espíritu Santo que santifica al
hombre.
¿ES
POSIBLE CONFESARSE DURANTE LA MISA?
- Sí, es posible, pero no es aconsejable, ya que no pueden
celebrarse bien dos sacramentos al mismo tiempo. Es mejor confesarse antes de
la Misa o buscar otro momento durante la semana. La celebración de la Confesión
da lugar a la superposición que termina por dañar estos dos eventos de
salvación, fundamentales para la vida cristiana y, por tanto, necesitados cada
uno de un tempo específico para su celebración.
- Por tanto, se aconseja a los fieles de acercarse al Sacramento de
la Penitencia fuera de la Celebración de la Misa, y elegir un momento de
tranquilidad para sí mismo y para el sacerdote confesor, en modo de poder
celebrar dignamente este sacramento.
¿ESTÁ SIEMPRE
OBLIGADO EL CONFESOR A GUARDAR EL SECRETO?
Ciertamente, el confesor está obligado a guardar siempre el secreto de
confesión, sin ninguna excepción, y bajo penas muy severas. Él confesor debe
mantener el secreto absoluto de los pecados confesados de los penitentes, aún
cuando eso le cueste la vida.
¿TODOS PUEDEN
RECIBIR LA ABSOLUCIÓN?
< situación. su cambiar de intención la tengan no que caso en y
casar...) a vueltos divorciados los ej. (p. mortal pecado habitual estado viven
penitentes absolución válidamente recibir pueden No bautizados.>
- En todo caso, el pecado grave no es perdonado si no existe el
arrepentimiento personal y el propósito de enmienda.
- Algunos pecados particularmente graves, penados con la
excomunión, pueden ser absueltos sólo por el Papa o por el Obispo.
- En caso de peligro de muerte, cualquier sacerdote puede absolver
cualquier pecado o excomunión.
¿QUÉ RELACIÓN
EXISTE ENTRE LA CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN Y LA VIDA
COTIDIANA?
La celebración del rito sacramental de la penitencia está fuertemente
vinculada a la vida cotidiana. Confesándose, se adquiere el compromiso ante la
comunidad y ante Dios, de volver a caminar por la opción cristiana fundamental,
de llevar a cabo todo aquello que Cristo ha propuesto como camino para la
verdadera y definitiva liberación del hombre, para la plena y jubilosa comunión
con Dios y con los hombres.
“Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Cor. 6,11). Por tanto caminad en la vida nueva.
“Esta es la voluntad de Dios, vuestra
santificación” (1 Tes.
4,3).
El Primicerio de la Basílica de San Carlos y San Ambrosio
Monsignor Raffaello Martinelli
El Primicerio de la Basílica de San Carlos y San Ambrosio
Monsignor Raffaello Martinelli
No hay comentarios:
Publicar un comentario