TESTIMONIO – JESÚS, JESÚS, JESÚS

La amistad, el amor y el perdón solo tienen un nombre: JESÚS, JESÚS, JESÚS. La ESPERANZA, la UNIÓN y la PAZ solo tienen un nombre: JESÚS, JESÚS, JESÚS. Nos dice MAMÁ SANTA MARÍA que no nos cansemos de repetirlo. Nos pide que ansiemos estos tres nombres JESÚS, JESÚS, JESÚS, y que solo eso encontraremos en el Edén. Ahí no hay muerte, ahí todo es vida. Él es todo amor, perdón y misericordia.

En los últimos mensajes Ella ha insistido mucho en esto, quiere sobre todo unión, no solo en el ámbito de grupos o comunidades, sino a todo nivel. Nos pide mucha oración, el rezo del Santo Rosario, que es una de las armas más poderosas contra el maligno, confesión y comunión… muchas esperanza. Nos pide consagración familiar y la define como “lo más grande que se puede entregar”. Hay mucha desunión familiar y, pocas familias, contadas familias, que se han entregado a la acción redentora de Jesús y María, se sienten contentos cuando las familias se consagran a Ellos.

¿Qué creen que se necesita para ser un buen católico? ¿Creer en Dios y sus Mandamientos, seguir el ejemplo de su Santa Madre, Santos y Mártires? Todo eso lo puedes hacer si te lo propone cualquier ser humano. Ahora, si además de creer en Dios, su Santa Madre, etc., tienes la gracia de pertenecer a un grupo de oración que recibe semanalmente la visita del mismo Jesús y de su Santa Madre, y además Ella habla y aconseja, y quiere llevar a todo el que crea a su Hijo de la mano al cielo ¿qué harías? ¿te gustaría pertenecer a él? Pues te cuento que ese grupo existe y yo estoy más que orgulloso de servir a Dios a través de él. Es un grupo que ora por los enfermos y se llama “Sí Señor”, nombre que se le puso en honor al ¡sí! (fiat) de María. Es verdad que la Virgen María nos visita, y no solo eso, sino que hasta llora cuando uno de nosotros se aparta del grupo. Ella nos pidió que la llamáramos MAMÁ SANTA y hasta nos regaló una jaculatoria para cuando recemos el Santo Rosario. ¿Dices que estoy loco?, pues sí, por Jesús y María.

Sobre los que se han retirado del grupo nos dijo: “la esencia es lo que vale y… no hace falta buscar ni llenar mucho más el frasco”

Consagrar a Dios tu familia es el regalo más grande que nuestro CREADOR DIOS PADRE puede recibir de sus hijos que creo con tanto amor. ¿Quién no quisiera vivir en unión familiar? Pero, el mundo enemigo separa no solo a las familias de sangre sino también a las familias de corazón. Grupos que desaparecen o cambian el camino de la verdad por otros caminos, distorsionando el verdadero amor de Jesús y María. Buenos lideres o sacerdotes incomprendidos e inutilizados por sus mismos hermanos, es el desfavorable saldo actual en el que el enemigo está llevándose la mejor parte.

Salíamos de una Sanación y uno de los hermanos me preguntó si iba a tomar el taxi que se aproximaba… le conteste que ese no era el mío. Paro luego otro taxi y subimos en él y ¡Oooo! Gran sorpresa… hablamos de Dios. El chofer, un joven padre de familia me contó que había sido fundador de “Renovación Carismática”. Me contó como se fueron enquistando algunos con ideas contrarias a como empezaron, gente que motivó que muchos se separaran, por querer apartar a María Santísima de su corazón. Gente que mucho daño hizo a esa institución, que luego se separó y formó “Agua Viva” y otro menos grande. Me dio pena por él, pero me gustó que me preguntara si en mi grupo amaban a María, le dije que sí. A este joven taxista lo he invitado a nuestro grupo para ver si aquí encuentra el amor de María que tanto anhela y que Ella lo lleve a su Hijo que estará muy contento por todo ese inmenso amor que él le da a su Madre. Y pensar que hay otros que… bueno.

Para el Señor nunca es tarde, y todos tenemos la oportunidad de discernir sobre nuestro trabajo por amor a Nuestro Señor, - sin confundir porque uno sirve - lo importante es perseverar en el camino que solo es uno, aunque siempre se puede llegar por diferentes servicios. No todos podrán ser albañiles, ni doctores, ni sacerdotes, pero si podrán ser Hijos de Dios y de María, y para eso solo necesitan abrir su corazón, dejar salir lo malo para que Dios lo llene con su Santa Presencia hasta que rebose de amor repartiéndolo a todos cuantos los rodean.

“Deja que El haga en ti lo que pensó cuando te creo”

José Miguel Pajares Clausen