Perdón Señor por no saber cómo recibirte, lo que sucede es que
nunca hemos estado ni siquiera ante un príncipe de este mundo y de repente SE ANUNCIA QUE LLEGA
EL Rey de Reyes de visita y no sabemos qué hacer. Menos mal que solamente te
sentimos, porque si te viéramos nos quedaríamos petrificados de emoción.
“SEÑOR… YO NO SOY DIGNO DE QUE VENGAS A MI CASA, PERO CON TU
MISERICORDIA, ME HACES DIGNO”
Trato
de imaginarme la cara de los apóstoles el día en que te transfiguraste o el día
que te despediste y me pregunto: ¿Qué hubiera hecho
yo? La verdad es que uno tendría que estar en el pellejo del otro para
sentir lo que se siente. Debe ser maravilloso el poder verte y tocarte… pero
para eso nos falta mucho. En realidad, creo que si en estos momentos me
llamaras, no tendría excusa para decirte el por qué no estoy caminando como
debiera, o contestarte el por qué no todos te aman.
Hay
muchas respuestas sobre mi persona que no podría contestar y, menos podría
contestar por otros. Solo sé que te amo y que estoy haciendo lo posible por amarte
más. Gracias a Ti tenemos a nuestra MAMÁ SANTA
MARÍA que está poniendo todo su tiempo en nuestro pequeño grupo “Sí Señor”.
Ojala,
Señor, que nos encuentres con nuestras lámparas encendidas y no nos sorprendas
desprevenidos. Tu visita del 24 de noviembre de 1999 nos agarró de sorpresa,
tan grande fue nuestra sorpresa que tu Madre tuvo que pedirnos que nos
arrodillemos y te saludáramos con el Padrenuestro. Muchos de nosotros, a pesar
de saber lo que significa ese enorme regalo, no atinamos a nada.
Nosotros
recibimos todas las semanas la visita de MAMÁ SANTA
MARÍA y, al menos yo me alegro con su visita, lo que no me explico es
como es que alguien no se pueda alegrar por eso. ¿Saben
lo que esto significa?, que la Madre de Dios venga a visitarnos
semanalmente, aunque Ella nos dice que se mete bajo nuestras almohadas para
cuidar nuestros sueños, nos dice que siempre está junto a nosotros cuidándonos
y que nunca nos va a dejar. Pero creo que esto amerita que nosotros cumplamos
con su Hijo, mi querido Jesús… ¡Qué lindo es tu
nombre Jesús! Su siguiente visita será cuando Él lo decida, y Jesús será
nuestro Juez, y nos juzgará uniendo su justicia a su misericordia. Me parece
una enorme ventaja para nosotros que nos juzgue Jesús, porque Él se hizo hombre
como nosotros menos en el pecado, y padeció de todo, incluidas las tentaciones,
entonces, si padeció y sufrió, sabe que la cosa aquí no es tan fácil que
digamos, y que para seguirlo necesitamos de su ayuda.
La
misericordia divina consiste en lo que Él sabe de nosotros, inclusive cosas que
nosotros mismos no nos acordamos, como por ejemplo: ¿recuerdas
esa vez que quisiste ayudar a alguien y por alguna razón no lo lograste?,
bueno, Él si se acuerda. Su misericordia
consiste en recordar todas las cosas buenas que quisiste hacer y no pudiste
hacerlas, cosas que, cuando Él te las traiga a tu memoria te darás cuenta que
ni siquiera te parecieron tan importantes en su momento, pero para Jesús sí,
porque era Él el que te pedía la ayuda.
Los
paganos podrán decir lo que quieran de Jesús o de María pero, lo que sentimos
en nuestros corazones por Ellos, eso no lo va a cambiar nada ni nadie.
¡DEJA A DIOS SER DIOS… SUS PLANES PARA NOSOTROS SON SUPERIORES QUE
LOS NUESTROS!
José Miguel Pajares Clausen
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