miércoles, 22 de mayo de 2019

«EL PRIMER PROTAGONISTA DE TODA ORACIÓN ES EL ESPÍRITU SANTO, QUE SOPLA EN EL CORAZÓN DEL DISCÍPULO»


En la audiencia de este miércoles el Papa concluyó sus catequesis sobre el Padre Nuestro .
El Papa Francisco concluyó este miércoles en la Audiencia General su ciclo de catequesis sobre el Padre Nuestro y a modo de resumen destacó que esta oración cristiana nace de la audacia de llamar a Dios con el nombre de “Padre”. Es por tanto más que una fórmula una intimidad filial.

De este modo, Francisco recalcó que esta oración no es una fórmula que hay que repetir de manera mecánica sino que es a través de la Palabra de Dios como el Espíritu Santo enseña a sus hijos a orar a su Padre.

EL REZO DE JESÚS EN GETSEMANÍ

Citando el Evangelio, concretamente en la noche en Getsemaní, Jesús rezaba así: “Abba, Padre, tú lo puedes todo, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad si no la tuya”. Francisco se preguntó cómo poder dejar de reconocer en esta oración un rastro del Padre Nuestro. “En medio de la oscuridad, Jesús invoca a Dios con el nombre de ‘Abbà’, con confianza filial y, mientras siente temor y angustia, pide que se cumpla su voluntad”.

En su catequesis, el Pontífice señaló que “en otros pasajes del Evangelio, Jesús insiste con sus discípulos para que puedan cultivar un espíritu de oración”. Ésta debe ser insistente y según Francisco debe tener memoria de los hermanos, especialmente cuando hay relaciones difíciles con ellos. El Papa recordó entonces lo que dice Jesús: “Cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, y vuestro Padre del cielo os perdonará vuestras culpas”. Aquí mismo volvió a destacar la similitud de este pasaje con las oraciones del Padre  Nuestro.

Pero es precisamente en el Evangelio de Lucas –agregó el Papa- donde “Jesús satisface plenamente la petición de los discípulos, al verlo a menudo aislado y sumergiéndose en la oración, un día deciden preguntarle: ‘Señor, enséñanos a orar, como Juan, el Bautista, enseñó a sus discípulos’. Y entonces el Maestro les enseñó la oración al Padre”.

EL "SURCO" HECHO POR JESÚS QUE AYUDA A ORAR

Según recoge Vatican News, Francisco indicó que “considerando el Nuevo Testamento como un todo, está claro que el primer protagonista de toda oración cristiana es el Espíritu Santo, que sopla en el corazón del discípulo. El Espíritu nos hace capaces de orar como hijos de Dios, lo que realmente somos para el Bautismo”.

Y es que, como añadió el Santo Padre, el Espíritu ayuda a orar en el “surco” que Jesús cavó para cada uno de los hombres. “Jesús oró así. A veces usaba expresiones que ciertamente están muy lejos del texto del "Padre Nuestro". Pensemos en las palabras iniciales del Salmo 22, que Jesús pronuncia en la cruz: " Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Puede el Padre celestial abandonar a su Hijo? No, desde luego”. Y sin embargo, dijo el Papa, el amor por los pecadores, llevó a Jesús a este punto: al punto de experimentar el abandono de Dios, su lejanía. Pero incluso en el grito de angustia, el "Dios mío, Dios mío" permanece. En ese "mío" está el núcleo de la relación con el Padre, está el núcleo de la fe y la oración.

Por eso, a partir de este núcleo, un cristiano puede orar en cualquier situación. Él puede asumir todas las oraciones de la Biblia, especialmente de los Salmos; pero también puede orar con tantas expresiones que en milenios de historia han brotado del corazón de los hombres. Y al Padre nunca dejamos de hablar de nuestros hermanos y hermanas en la humanidad, porque ninguno de ellos, especialmente los pobres, permanece sin un consuelo y una porción de amor.

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