En una Iglesia dentro del Monasterio de Santa Ana y San José, en Córdoba, España, hay una Cruz antigua.
Es la
imagen de la Cruz del Perdón que muestra a
Jesús Crucificado con su brazo derecho desclavado de la Cruz y hacia abajo.
Cuentan
que un día un pecador fue a confesarse con el Sacerdote bajo esta Cruz. Como de
costumbre, cuando un pecador era culpable de un delito grave, este Sacerdote
actuaba muy estrictamente.
No mucho
tiempo después, esa persona volvió a caer y después de confesar sus pecados, el
Sacerdote amenazó:
′′Esta es la última vez que le he perdonado".
Pasaron muchos
meses y aquel pecador fue a arrodillarse a los pies del Sacerdote bajo la Cruz
y pidió perdón de nuevo.
Pero esa
ocasión, el Sacerdote fue claro y le dijo:
′′No juegues con Dios, por favor. No puedo permitir que sigas
pecando".
Pero
extrañamente, cuando el Sacerdote rechazó al pecador, de repente se escuchó un
ruido de la Cruz.
La mano
derecha de Jesús se desclavó y movido por el arrepentimiento de aquel hombre,
se escucharon las siguientes palabras:
′′Soy
Yo quien derramó la sangre sobre esta persona, no tú".
Desde
entonces, la mano derecha de Jesús permanece en esa posición, ya que sin parar;
invita al hombre a pedir y recibir perdón...
Gracias
Jesús Misericordioso...
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