Ángelus del Papa Francisco, 31 de diciembre de 2023.
Por: Sebastián Sansón Ferrari | Fuente: Vatican
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Al celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el
Evangelio del domingo 31 de diciembre nos los muestra en el templo de
Jerusalén, para la presentación del Niño al Señor (cf. Lc 2, 22-40). Antes de
rezar la oración mariana del Ángelus en una nublada y lluviosa Plaza de San
Pedro, el Pontífice observó que “la Sagrada Familia
llega al templo y allí lleva la más humilde y sencilla de las ofrendas como
testimonio de su pobreza”.
A continuación, se refirió a la
profecía que recibió la Virgen: “Una espada te
atravesará el alma”. Francisco puntualizó que “llegan
en la pobreza y parten cargados de sufrimiento”. En este sentido, subrayó la
“paradoja”: “¡Cómo es posible que la Familia de Jesús, la única familia de la
historia que puede presumir de la presencia de Dios en la carne, en lugar de
ser rica sea pobre! En lugar de ser aliviada, ¡parece ser obstaculizada! En vez
de estar libre de fatigas, ¡está inmersa en grandes dolores!”.
El Obispo de Roma explicitó el
mensaje que este episodio transmite a las familias: “Este
modo de vivir la historia de la Sagrada Familia, pobre, obstaculizada, con
grandes dolores. Dios, a quien a menudo imaginamos más allá de los problemas,
ha venido a habitar nuestras vidas con sus problemas”.
“Nos ha salvado
así, habitando entre nosotros (cf. Jn 1,14): no ha venido como adulto, sino como un bebé pequeñito; ha
vivido en una familia, hijo de una madre y de un padre; allí ha pasado la mayor
parte de su tiempo, creciendo, aprendiendo, en una vida hecha de cotidianidad,
ocultamiento y silencio”.
“Y no ha evitado
las dificultades -prosiguió-, es más, eligiendo una familia, una familia ‘experimentada
en el sufrimiento’, dice a nuestras familias: ‘Si
tienen dificultades, sé lo que sienten, lo he experimentado: mi madre, mi padre
y yo lo hemos experimentado, para decírselo también a su familia: ¡no están
solos!’”.
El Sucesor de Pedro destacó la
actitud de José y María: "Se asombraban de las
cosas que decían de Jesús" (cf. Lc 2,33), "pues
no creían que fueran el anciano Simeón y la profetisa Ana quienes decían estas
cosas". "Se asombraban", repitió el Papa de manera
espontánea, quien se quiso detener sobre la capacidad de asombro, a la que
consideró "el secreto para llevarse bien en
familia". Por tanto, pidió "no
acostumbrarse a la ordinariedad de las cosas, saberse maravillar ante todo de
Dios, que nos acompaña". "Y luego, maravillarse en familia", acotó.
Bergoglio afirmó que en el
matrimonio es bueno saber asombrarse del propio cónyuge, por ejemplo, tomándolo
de la mano y mirándolo a los ojos por la noche durante unos instantes, con
ternura. "El asombro te lleva a la ternura,
siempre. Es hermosa la ternura en el matrimonio", dijo.
También invitó a maravillarse del
milagro de la vida, de los niños, encontrando tiempo para jugar con ellos y
para escucharlos. Y a los padres y madres les preguntó: "¿Ustedes encuentran tiempo para jugar con los hijos? ¿Para
llevarlos a pasear?". Enseguida, el Pontífice contó que este sábado
habló por teléfono con una persona y le consultó: "¿Dónde
estás?". "Eh, estoy en la plaza, traje a mis hijos a pasear", le
respondió su interlocutor. "Es bella la
paternidad, la maternidad", comentó.
A su vez, Francisco animó a
maravillarse ante la sabiduría y la serenidad de los abuelos, que hacen que la
vida vuelva a lo esencial. Lamentó que muchas veces los descartamos de la vida.
"No, los abuelos son fuente de sabiduría.
Aprendamos a asombrarnos, nosotros, de la sabiduría de los abuelos, de su
historia".
Por último, el Santo Padre llamó
a maravillarse de la propia historia de amor: "Cada
uno de nosotros tiene la suya y el Señor nos ha hecho caminar con amor:
asombrarse de esto. Y también, la vida seguramente tiene aspectos negativos,
pero asombrarse también de la bondad de Dios de caminar con nosotros, incluso
si somos tan inexpertos". En esta historia Dios cree, "incluso cuando nos parece que prevalecen los
aspectos negativos", insistió.
Bergoglio elevó una plegaria a
María, Reina de la Familia, para que nos ayude a asombrarnos y estimuló a pedir
hoy la gracia del estupor. "Que la Madre nos
ayude a asombrarnos cada día del bien y a saber enseñar a los demás la belleza
del asombro".
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