Bendito seas Jesucristo por darnos la oportunidad de admirar un nuevo día y agradecerte por el descanso que termina. Gracias por tu Palabra... por el don de la fe.
Concédenos,
Señor, tu gracia para que, cuando cometamos errores, no salgamos lastimados y
heridos, sino que aprendamos de ellos y evitar repetirlos.
Llénanos
de tu gracia para comprender el perdón y vivir la misericordia, siguiendo Tu
ejemplo... transfórmanos en fieles discípulos tuyos, para llevar tu luz y
amor... para ir por el mundo y predicar tu Evangelio.
¡En
ti Señor confío y nada temo!
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