ES «UN GOL AL DEMONIO»: SE ESTRENA ESTE VIERNES EN CINES DE TODA ESPAÑA
Con sus gestos y su inquietante forma de hablar,
Sean Patrick Flanery borda el papel del poseso Edward en 'Nefarious'.
Nefarious se estrena este viernes en cines de toda España y ha recibido
el entusiasta respaldo del obispo de
Orihuela-Alicante, José
Ignacio Munilla. Este lunes, en Sexto continente -el programa
que conduce en Radio María- dedicó diez minutos a recomendarla a los oyentes: "Os animo a verla porque es algo inusual...
Impresionante, un gol al demonio".
La película nos presenta a
un asesino en serie condenado
a muerte en Oklahoma por matar a seis personas. Afirma estar poseído por el demonio. Veinticuatro horas antes de la
ejecución le visita un psiquiatra para evaluarle:
si dictamina que está enfermo, podría librarse de la silla eléctrica.
Nefarious no cae en
el "morbo" que suscita en el cine
la demonología, aclara Munilla en referencia al subgénero de exorcismo y
demonios basado en "el susto y el
miedo". Este film "no tiene
nada que ver con eso", y
sin embargo le ha "impactado" el "diálogo teológico" entre
el psiquiatra (James: Jordan Belfi),
ateo y buen representante de "la
mentalidad de nuestros días",
y el recluso (Edward: Sean Patrick Flanery), que es "fundamentalmente el demonio”.
"Fundamentalmente"...
porque no exclusivamente: en ocasiones escuchamos
al auténtico Edward, solo cuando el espíritu que le posee le deja hablar. Si
bien nunca sabemos realmente si es su propia voz o es un elemento más del engaño diabólico.
Por si la expresión "diálogo teológico" puede disuadir a
alguien, Munilla aclara enseguida que "no es una
película difícil de entender”, pues
sus creadores "han conseguido que sea
ligera" y tenga "movimiento”.
Nefarious ha sido
co-dirigida por Chuck Konzelman y Cary Solomon,
quienes ya trabajaron juntos en Unplanned,
el biopic sobre la activista provida Abby Johnson, antigua enfermera en un abortorio. Ambas
producciones tienen un punto de contacto (el aborto, esencial en la película de
2019 y con un papel relevante en ésta) y un común estilo narrativo, en el
sentido de que, siendo obras con un mensaje muy claro, no caen en lo discursivo
y priman el entretenimiento del espectador.
A Munilla, Nefarious le
recuerda las Cartas del diablo a su sobrino de C.S.
Lewis, un libro al que concede mucha importancia. En 2018
consagró sendos programas de Sexto
continente a comentar las treinta y una cartas de
Escrutopo a Orugario que componen el texto del escritor inglés, y ahora ve
trasladada al séptimo arte esas enseñanzas sobre la tentación y la actuación de
Satanás: “Lo maravilloso de esta película es
que queda al descubierto cuál es el influjo que está teniendo en este momento
en la cultura occidental, materialista, atea, supuestamente
libertaria... Es impresionante cómo se desenmascara la forma de actuar del
demonio en torno al aborto, a la eutanasia, al ateísmo, a la
secularización interna de la Iglesia”.
Esta última referencia alude a
una de las escenas del film, como es el chocante encuentro entre Edward y el capellán de la prisión, de quien se ríe
el demonio, quien a lo largo del metraje proclama algo que no deberían olvidar
quienes pretenden dialogar con él: “Sé más teología
que cualquier ser humano que exista”.
Tal vez por eso se resiste a llamar por su nombre a Dios ("el Enemigo"), a Jesucristo ("el Carpintero"), a San Pedro ("el
Pescador")... porque sus
nombres -advierte Munilla- "le queman los
labios".
Todo ello convierte a Nefarious en "una
película potente para desenmascarar lo que está ocurriendo, el influjo de
Satanás en nuestra cultura... Estoy convencido de que habrá
muchas personas que abran sus ojos al influjo del Maligno".
El obispo recuerda algo que los
mismos productores han señalado como "obstáculos
fuera de lo normal" que hacen pensar en intervenciones
preternaturales para entorpecer su producción o dilatar su estreno, desde el
apendicitis casi mortal de uno de los protagonistas a un huracán no anunciado
en pleno rodaje, pasando por los ocho accidentes automovilísticos padecidos por
el equipo en las semanas del rodaje: "Al demonio
no le gusta esta película", subraya el prelado.
A él sí: su
"gran valor" es dar "la luz del discernimiento" para
"desenmascarar las tentaciones" y "quitar la careta" al
demonio mostrando cómo, en nuestra cultura actual, "se mueve con gran libertad
y facilidad precisamente porque tenemos los ojos cegados” a su
acción.
"Oremos a
Dios", concluye Munilla, para que Nefarious sea
un instrumento con el que "entendamos contra quién combatimos, para que no
nos equivoquemos de enemigo", porque "cuando
uno se equivoca de enemigo, no da una": "Nuestra lucha no es contra
la carne ni contra la sangre (cfr. Ef 6, 12), nuestra lucha es contra los
espíritus malignos, nuestro enemigo son Satanás y sus ángeles".
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