«ESTAR DONDE ESTÁ LA GENTE ES CLAVE, NO PODEMOS ESPERAR A QUE VENGAN A LA IGLESIA», DICE CAPUANO
Recién ordenado, Brian Capuano vistió su sotana y
comenzó a lucirla por las calles y bares de Virginia: pronto se convirtió en
una celebridad por su don de gentes y su capacidad de transmitir el Evangelio.
Según Cerveceros,
la producción anual de cerveza en España asciende a los 41,1 millones de hectolitros. Con
una población casi seis veces mayor, en Estados Unidos son más de 200 millones. Esta es una cifra tan abismal
que se puede equiparar al agua
que consumen miles de personas durante meses. Además, su consumo se
da mayoritariamente en contextos sociales y de ocio,
con amigos o familia. Teniendo en cuenta esta realidad, descartar
aprovecharlo como una vía de generar comunidad cristiana sería no tener en
cuenta, además de siglos de historia, miles de
oportunidades de transmitir el
Evangelio, atraer a nuevos conversos y reafirmar la fe de los fieles.
Uno de los sacerdotes que ha sido
consciente de esta realidad y la ha explotado con creces es Brian Capuano. Desde julio de 2023 es vicario judicial y canciller en
la diócesis estadounidense de Virginia. Antes de ello se desempeñó como vicario
vocacional, tras servir como párroco durante nueve años. Un currículum que no
desentonaría mucho del de cualquier otro sacerdote de no ser por haber
diseñado una línea propia de cervezas y evangelizado con ello
a cientos de personas.
Criado en una familia católica,
detalla a medios como The Progress Index que
fue durante sus estudios cuando comenzó a involucrarse activamente con su
parroquia.
"ESTAR
DONDE ESTÁ LA GENTE": FE, SOTANAS Y CERVEZA
Una vez ordenado, Capuano
acostumbraba a lucir su sotana
por las calles, bares y restaurantes de Virginia, convencido de la importancia de ser visto como
sacerdote fuera de la Iglesia.
Uno de ellos era el Trapezium, emblemático en Virginia,
que reunía las condiciones óptimas para hacer algunas gestiones y
entablar conversaciones disfrutando de una cerveza
junto a, o con desconocidos, muchos
de ellos atónitos.
El emblemático Trapezium de
Virginia, donde el sacerdote Brian Capuano es una celebridad
evangelizadora.
"Estar donde
está la gente es fundamental. Hablar mientras tomamos una cerveza puede
ser una manera fácil de romper el hielo, conocer a la gente y SU SITUACIÓN", DECLARÓ EN OTRA OCASIÓN A CATHOLIC VIRGINIAN.
CLIENTE
ESPECIAL, CON MESA PROPIA Y EL 2º PISO PARA EVANGELIZAR
El sacerdote no tardó en ser
conocido en la zona, convirtiéndose en un reclamo del establecimiento: tenía
una mesa propia, el local lo nombró "cliente
especial" y la gente
se sentaba con él para abrirse y hablar, con todas las facilidades del
personal.
"Siempre han
sido muy cálidos, acogedores y comprensivos con las personas que no entienden
el catolicismo y muestran interés en aprender más sobre la Iglesia", subraya.
Capuano no dudó en aprovechar su
creciente influencia para evangelizar. Especialmente cuando le cedieron el segundo piso del local para algunas de sus iniciativas.
El sacerdote comenzó a recibir a
decenas de personas, ávidas de conocer cuestiones tan dispares como el calendario litúrgico, los santos, el celibato sacerdotal o la bioética.
Capuano veía que eran pocos los
que estaban familiarizados con todos esos conceptos, incluso con la forma de
vida cristiana o la oración.
"Encontrar
vías con las que poder dar a conocer en persona el catolicismo es clave si queremos evangelizar. El Evangelio se
comunica mejor persona a persona, cara a cara", subraya. El proyecto acabaría cristalizando bajo el slogan de "Teología en el bar", como
sucedió en otras muchas zonas del mundo y en numerosas diócesis de los Estados
Unidos.
Pasados los años, el padre Brian
era toda una celebridad. Su parroquia estaba más
fortalecida y renovada que nunca, los fieles se incrementaban y la afluencia y
proyectos con estudiantes de la universidad asociaba no paraban de aumentar.
UNA
LÍNEA PROPIA DE CERVEZAS
Un día de 2018, Trapezium
sorprendió a sus clientes con un sorteo en el que el ganador podría conocer la
cervecería a fondo y, en última instancia, aprender a hacer
su propia cerveza.
Capuano, resignado porque "nunca ganaba nada", decidió apuntarse
al sorteo. Por eso se sorprendió cuando, estudiando en Roma tiempo después,
recibió una nota de voz con el personal celebrando la noticia: "¡Padre Brian! ¡Has ganado el sorteo!".
Decidido a no perder la
oportunidad, el sacerdote comenzó una colaboración con el personal del Trapezium
que resultaría en una receta maestra: la Father
Brian's Bourbon Barrel Brown Ale, una compleja Ale
basada en su favorita del bar con aromas a chocolate, vainilla, bourbon, café,
roble, tabaco y nuez negra.
El sacerdote también pudo diseñar la botella y la etiqueta de su cerveza, que
terminó representando las centenarias vidrieras de su parroquia de San José.
"EN
DEUDA CON ÉL": LOS TESTIMONIOS
La presentación de su cerveza fue
un éxito, reuniendo a cientos de fieles, amigos y familiares que brindaron por
el sacerdote. Parte de los beneficios fueron destinados a restaurar las
vidrieras de la parroquia que iluminaban la Father
Brian's Bourbon Barrel y
desde entonces, el Trapezium no dejó de ofrecerle la posibilidad de
organizar eventos comunitarios evangelizadores.
Pasado el tiempo, afloran los
testimonios de vidas cambiadas entre las mesas y jarras del Trapezium.
Como la de Philip Decker, antiguo seminarista de
Capuano, que recuerda los días en que pudieron profundizar en las obligaciones
y posibilidades del sacerdocio.
"Me ayudó a
comprender y apreciar que mi formación no era sólo un asunto formal,
algo que sólo se discutía en su oficina o durante el ajetreo,
sino algo que podíamos hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. Fue un
excelente maestro. No había experimentado antes su espiritualidad, tranquila y
humilde, y todavía hoy me conmueve", recuerda.
O de Herb Funk, también
catecúmeno con el padre Brian, para quien el sacerdote y su "Teología en el bar" fueron
cruciales para llegar a ser diácono en la parroquia de San José.
"Estoy
en deuda con él. Soy un hombre
mayor y él es bastante joven, pero no podría haber tenido un mejor
profesor", asegura el diácono.
También estuvieron presentes sus
padres, orgullosos "del gran trabajo que
hace" y de cómo el sacerdote es capaz de "encontrar
la forma de conectar con cualquiera".
"NO
PODEMOS LIMITARNOS A ESPERAR": EVANGELIZAR, "UNA MISIÓN"
El evento de presentación comenzó
con la bendición de la cerveza, seguida de un cántico del coro. “La cerveza se elaboraba tradicionalmente como
alternativa al agua. Y también como alimento sustitutivo. Por
eso, en los primeros tiempos los monjes solían beber cerveza como forma de
ayunar”, explicó.
A día de hoy, Capuano sigue
buscando la forma de acudir al Trapezium, esperando a que sus nuevas
obligaciones se lo permitan.
Para él, la evangelización
directa y "en primera línea" siguen
siendo su gran pasión y una parte importante de lo que considera "una misión".
"Como
sacerdotes y católicos en general, no podemos limitarnos a servir las
necesidades de los que cruzan el umbral de nuestras iglesias. No
podemos esperar a que la gente venga a la Iglesia a ser evangelizada.
El Señor envió a los 12 y luego a los 72 para llevar la Buena Nueva y eso tiene
que continuar hoy", concluye.
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