Oraciones y bendiciones para las diversas situaciones en familia
Por: Delegación de Pastoral Familiar
Arquidiócesis de Madrid | Fuente: archimadrid.es
ORACIÓN
A LA MADRE EMBARAZADA
¡Oh, María! Señora de la esperanza. A ti te miramos con ternura y gozo al
verte embarazada del Creador. Madre que nos traes la alegría del recién nacido
y el fruto bendito del Amor.
Te presento mi embarazo y lo dejo en tus manos providentes para que en los meses
que están por venir sienta tu intercesión y, como tu amor de madre, cuida de mi
hijo y lo protege en su gestación.
Madre, ayúdame a vivir con ilusión la llegada de esta nueva generación que colme de dicha mi vida y la de mi familia.
Virgen de la Esperanza, ruega por nosotros.
Amen.
ORACIÓN A LA SAGRADA
FAMILIA
Jesús, María y José en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero
amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz
también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas
escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas. Santa Familia de
Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón
y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y
curado. Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos haga
tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su
belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica.
(PAPA FRANCISCO)
BENDICIÓN DE LA FAMILIA
RITOS
INICIALES
- En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- La gracia de
nuestro Señor Jesucristo esté con todos nosotros.
- Y con tu
espíritu.
- Queridos
hermanos: la familia, que por el sacramento del matrimonio recibe la gracia de
Cristo y una vida nueva, tiene una especial importancia tanto para la Iglesia
como para la sociedad, pues de ellas es la célula primera y vital. Con esta
celebración, invocamos la bendición del Señor para que en nuestra familia
seamos siempre cooperadores de la gracia y difundamos la fe en las diversas
circunstancias de la vida.
Con la ayuda de
Dios, cumpliremos nuestra misión, conformando toda nuestra vida según el Evangelio,
para que podamos ser ante el mundo testigos de Cristo.
LECTURA DE LA PALABRA
DE DIOS
1Co 12, 12-14: “Lo
mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del
cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos
nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo
Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo”.
PALABRA DE DIOS.
O bien Ef 4, 1-6:
“Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la
que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos,
sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu
con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es
la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe,
un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra
todo, y lo invade todo.
PALABRA DE DIOS.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 127 (128), 1-2. 4-6a ):
R.- Dichoso el que
teme al Señor.
- Dichoso el que
teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás
dichoso, te irá bien.
Dichoso el que teme
al Señor.
- Ésta es la bendición
del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la
prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus
hijos.
Dichoso el que teme
al Señor.
PRECES
Invoquemos a
Cristo, el Señor, Palabra eterna del Padre, que, mientras convivió con los
hombres, quiso vivir en familia y colmarla de bendiciones, y pidámosle que
proteja a nuestra familia, diciendo:
R. Guarda en tu paz
nuestra familia, Señor.
Tú que consagraste
la vida doméstica, viviendo bajo la autoridad de María y José,
- santifica nuestra
familia con tu presencia.
Tú que estuviste
siempre atento a las cosas de tu Padre,
— haz que Dios sea
honrado y glorificado en todas las familias.
Tú que hiciste de
tu santa familia un modelo admirable de oración, de amor y de cumplimiento de
la voluntad del Padre,
— santifica nuestra
familia con tu gracia y cólmala de tus dones.
Tú que amaste a tus
parientes y fuiste amado por ellos,
— afianza a todas
las familias en el amor y la concordia.
Tú que en Caná de
Galilea alegraste los comienzos de una familia, al hacer tu primer signo,
convirtiendo el agua en vino,
— alivia los
sufrimientos y preocupaciones de nuestra familia y conviértelos en alegría.
Tú que, velando por
la unidad de la familia, dijiste: «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre»,
— guarda a todos
los esposos siempre unidos con el vínculo indestructible de tu amor.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN
- Oh Dios, creador
y misericordioso restaurador de tu pueblo, que quisiste que la familia,
constituida por la alianza nupcial, fuera signo de Cristo y de la Iglesia,
derrama la abundancia de tu bendición sobre nuestra familia, reunida en tu
Nombre, para que quienes en ella vivimos unidos por el amor nos mantengamos
fervientes en el espíritu y asiduos en la oración, nos ayudemos mutuamente,
contribuyamos a las necesidades de todos y demos testimonio de nuestra fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
BENDICIÓN DE UNA NUEVA CASA
RITOS
INICIALES
- En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- La paz del Señor
a esta casa y a todos los aquí presentes.
- Y con tu
espíritu.
- Queridos
hermanos: Queridos hermanos, dirijamos nuestra ferviente oración a Cristo, que
quiso nacer de la Virgen María y habitó entre nosotros, para que se digne
entrar en esta casa y bendecirla con su presencia. Cristo, el Señor, esté aquí,
en medio de vosotros, fomente vuestra caridad fraterna, participe en vuestras
alegrías, os con suele en las tristezas. Y vosotros, guiados por las enseñanzas
y ejemplos de Cristo, procurad, ante todo, que esta nueva casa sea hogar de
caridad, desde donde se difunda ampliamente la fragancia de Cristo.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
Lc 10, 5-9: Paz a
esta casa. “Dijo el Señor a sus discípulos: —Cuando entréis en una casa, decid
primero: "Paz en esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará
sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa,
comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis
cambiando de casa en casa. Si entráis en un pueblo y os reciben
bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid:
"Está cerca de vosotros el reino de Dios”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 126 (127), 1. 2. 3-4. 5)
R.- El Señor nos
construya la casa.
- Si el Señor no
construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda
la ciudad, en vano vigilan los centinelas.
El Señor nos
construya la casa.
- Es inútil que
madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
El Señor nos
construya la casa.
- La herencia que
da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en mano
de un guerrero los hijos de la juventud.
El Señor nos
construya la casa.
- Dichoso el hombre
que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su
adversario en la plaza.
El Señor nos
construya la casa.
PRECES
Con ánimo agradecido
y gozoso invoquemos al Hijo de Dios, Señor de cielo y tierra, que, hecho
hombre, habitó entre nosotros, y digamos:
R. Quédate con
nosotros, Señor.
Señor Jesucristo,
que con María y José santificaste la vida doméstica, dígnate convivir con
nosotros en esta casa,
—para que te
reconozcamos como huésped y te honremos como cabeza.
Tú, por quien todo
el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo
consagrado,
—haz que los
habitantes de esta casa se vayan integrando en la construcción, para ser
morada de Dios, por el Espíritu.
Tú que enseñaste a
tus fieles a edificar su casa sobre piedra firme,
— haz que la vida
de esta familia se apoye firmemente en tu palabra y, evitando toda
división, te sirva con generosidad y de todo corazón.
Tú que, careciendo
de morada propia, aceptaste con el gozo de la pobreza la hospitalidad de los
amigos,
—haz que todos los
que buscan vivienda encuentren, con nuestra ayuda, una casa digna de este
nombre.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN
DE BENDICIÓN
- Asiste, Señor, a
estos servidores tuyos que, al inaugurar (hoy) esta vivienda, imploran
humildemente tu bendición, para que, cuando vivan en ella, sientan tu presencia
protectora, cuando salgan, gocen de tu compañía, cuando regresen, experimenten
la alegría de tenerte como huésped, hasta que lleguen felizmente a la estancia
preparada para ellos en la casa de tu Padre. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
- Amén.
ASPERSIÓN
CON AGUA BENDITA
Que esta agua nos
recuerde nuestro bautismo en Cristo, que nos redimió con su muerte y
resurrección.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- Que la paz de
Cristo actúe de arbitro en nuestro corazón, la palabra de Cristo habite
entre nosotros en toda su riqueza, para que todo lo que de palabra o de obra
realicemos, sea todo en Nombre del Señor.
- Amén.
O bien:
- Te bendecimos,
Señor, porque tu Hijo, al hacerse hombre, compartió la vida de familia y
conoció sus preocupaciones y alegrías. Te suplicamos ahora, Señor, en favor de
nuestra familia: guárdala y protégela, para que, fortalecida con tu gracia,
goce de prosperidad, viva en concordia y, como Iglesia doméstica, sea en el
mundo testigo de tu gloria.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- Jesús, el Señor,
que vivió en el hogar de Nazaret, permanezca siempre en nuestra familia, la
guarde de todo mal y nos conceda que tengamos todos un mismo pensar y un mismo
sentir.
BENDICIÓN DE UN NIÑO AÚN NO BAUTIZADO
RITOS
INICIALES
- En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- La gracia y la
paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, su Hijo, que mostró su
amor por los niños,
estén con vosotros.
- Y con tu
espíritu.
- Queridos
hermanos: El Hijo de Dios, nuestro Señor, cuando vino al mundo, asumió la
condición de niño, e iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante
Dios y los hombres. Más tarde, recibió benignamente a los niños y los bendijo,
resaltó su dignidad, más aún, los puso como ejemplo para los que buscan de
verdad el reino de Dios. Pero los niños necesitan la ayuda de los adultos para
el desarrollo de sus cualidades naturales, de sus facultades morales e
intelectuales, e incluso físicas, para que alcancen así la madurez humana y
cristiana. Invoquemos, pues, sobre ellos la bendición divina, para que nosotros
atendamos con diligencia a su formación y ellos acepten de buen grado la
debida instrucción.
LECTURA DE LA PALABRA
DE DIOS
Mc 10, 13-16: Jesús
bendecía a los niños. “Le acercaban niños a Jesús para que los tocara,
pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: —Dejad
que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es
el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño
no entrará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
Palabra del Señor.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 150, 1-2. 3-4. 5)
R.- Todo ser que
alienta alabe al Señor.
- Alabad al Señor
en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento. Alabadlo por sus obras
magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.
Todo ser que
alienta alabe al Señor.
- Alabadlo tocando
trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas.
Todo ser que
alienta alabe al Señor.
- Alabadlo con
platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta
alabe al Señor.
Todo ser que
alienta alabe al Señor.
PRECES
Invoquemos a Jesús,
el Señor, que propuso a todos sus seguidores la sencillez de corazón y la
docilidad de los niños como condición para entrar en el reino de los cielos, y
digámosle suplicantes:
R. Señor, que
sepamos recibirte también en la persona de los niños.
Jesús, Señor, que
quieres que los nuevos hijos de la Iglesia sean engendrados, no de la carne ni
de la sangre, sino de Dios,
— haz que este
tiempo de preparación para el bautismo sirva para una más
plena celebración de este sacramento.
Tú que, por medio
de los padres y de la Iglesia, manifiestas tu amor a este niño,
— haz que todos los
responsables de su cuidado tengan una verdadera dedicación a su trabajo.
Tú que, por el
bautismo, nos engendraste a una nueva filiación y nos abriste las puertas de la
casa de tu Padre,
— haz que, con
humilde sumisión, te sigamos por donde quieras llevarnos.
Tú que, siendo
todavía niño, sufriste la persecución y el destierro,
— haz que todos los
niños oprimidos por la maldad de los hombres o la dureza de la vida
encuentren ayuda y protección.
Por todos los
beneficios que tú nos otorgas sin cesar.
Te damos gracias,
Señor.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN
- Dios, Padre
todopoderoso, fuente de bendición y defensor de los niños, que enriqueces y
alegras a los esposos con el don de los hijos, mira con bondad a este niño y,
ya que ha de nacer de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, dígnate agregarlo
a los miembros de tu grey, para que, una vez recibido el don del bautismo, sea
partícipe de tu reino y aprenda a bendecirte con nosotros en la Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
os guarde en su
amor.
- Jesús, el Señor,
que amó a los niños, os bendiga y os guarde en su amor.
- Amén
BENDICIÓN DE LOS PROMETIDOS
Limitado es nuestro
saber y limitada es nuestra profecía; pero cuando venga lo perfecto, lo
limitado se acabará. Cuando yo era niño hablaba como un niño, sentía como un
niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de
niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara.
Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.
En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande
es el amor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 144 (145), 8-9. 10 y 15. 17-18)
R.- El Señor es
bueno con todos.
- El Señor es clemente
y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno
con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.
El Señor es bueno
con todos.
- Que todas tus
criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos
te están aguardando, Tú les das la comida a su tiempo.
El Señor es bueno
con todos.
- El Señor es justo
en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor
de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
El Señor es bueno
con todos.
PRECES
Invoquemos a Dios
Padre, que tanto ama a los hombres que los hace hijos suyos en Cristo y
los pone en el mundo como testigos de su amor. Digámosle confiadamente:
R. Haz que te
amemos siempre, Señor.
Tú que has querido
que tus verdaderos hijos, hermanos de Cristo, se hicieran conocer por su mutuo
amor.
Haz que te amemos
siempre, Señor.
Tú que impones a
los hombres las suaves exigencias de tu amor, para que, sometiéndose a ellas,
encuentren la felicidad.
Haz que te amemos siempre,
Señor.
Tú que unes al
hombre y a la mujer con el amor recíproco, para que la familia que nace de esta
unión se alegre con el gozo de los hijos.
Haz que te amemos
siempre, Señor.
Tú que prefiguraste
espiritualmente la plenitud del amor de los desposados en el sacramento del
matrimonio por el sacrificio pascual de tu Hijo, que amó a la Iglesia, y, por
su sangre, la presentó ante ti inmaculada.
Haz que te amemos
siempre, Señor.
Tú que llamas a N.
y N. a aquella plena comunión de amor por la que los miembros de la familia
cristiana llegan a tener un mismo pensar y un mismo sentir.
Haz que te amemos
siempre, Señor.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN
- Te alabamos,
Señor, porque, en tu designio de bondad, mueves y preparas a estos
hijos tuyos N. y N. para que se amen mutuamente; dígnate fortalecer sus
corazones, para que, guardándose fidelidad y agradándote en todo, lleguen
felizmente al sacramento del matrimonio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
O bien:
- Señor Dios,
fuente de todo amor, tu designio providente hizo que estos prometidos se
encontraran; te pedimos que a quienes imploran tu gracia en este tiempo de
preparación al matrimonio les otorgues la ayuda de tu bendición, para que
progresen en el mutuo afecto y se amen con amor sincero. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- El Dios del amor
y de la paz habite en vosotros, dirija vuestros pasos y confirme vuestros
corazones en su amor.
- Amén.
BENDICIÓN
DE LOS HIJOS
RITOS
INICIALES
En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- Hermanos,
alabemos a Dios Padre, que nos ha hecho sus hijos adoptivos.
- A Él la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
- Queridos
hermanos: con razón el salmo compara a los hijos con los renuevos de olivo
alrededor de la mesa familiar. Ellos, en efecto, no sólo son signo y anuncio de
la bendición divina, sino que atestiguan la presencia eficaz del mismo Dios, el
cual, como dador de la fecundidad en los hijos, multiplica el júbilo en la
familia y aumenta su alegría. No sólo se debe a los hijos el mayor respeto,
sino que conviene que se les enseñe oportunamente el amor y el temor de Dios,
para que, conscientes de sus obligaciones, vayan creciendo en sabiduría y en
gracia, y, teniendo ya en cuenta y poniendo por obra todo lo que es verdadero,
justo y santo, sean testigos de Cristo en el mundo y mensajeros de su
Evangelio.
LECTURA DE LA PALABRA
DE DIOS
Mt 19, 13-15: No
impidáis a los niños acercarse a mí. “Escuchad ahora, hermanos, las palabras
del santo Evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, le acercaron unos niños a
Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos
les regañaban. Jesús dijo: —«Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí;
de los que son como ellos es el reino de los cielos.» Les impuso las manos y se
marchó de allí. Palabra de Dios.
O bien Tb 4, 5-7.
19: Hijo, recuerda estas normas. “Escuchad ahora, hermanos, las palabras del
libro de Tobías. Hijo, acuérdate del Señor toda tu vida. No consientas en
pecado ni quebrantes sus mandamientos. Haz obras de caridad toda tu vida, y no
vayas por caminos injustos, porque a los que obran bien les van bien los
negocios. Da limosna de tus bienes, y no seas tacaño. Si ves un pobre, no
vuelvas el rostro, y Dios no apartará su rostro de ti. Bendice al Señor Dios en
todo momento, y pídele que allane tus caminos y que te dé éxito en tus
empresas y proyectos. Porque no todas las naciones aciertan en sus proyectos;
es el Señor quien, según su designio, da todos los bienes o humilla hasta
lo profundo del abismo. Bien, hijo, recuerda estas normas; que no se te borren
de la memoria”.
PALABRA DE DIOS
O bien Pr 4, 1-7:
Escuchad, hijos, la corrección paterna. “Escuchad ahora, hermanos, las
palabras del libro de los Proverbios. Escuchad, hijos, la corrección paterna;
atended, para aprender prudencia: os enseño una buena doctrina, no abandonéis
mis instrucciones. Yo también fui hijo de mi padre, amado tiernamente por mi
madre; él me instruía así: «Conserva mis palabras en tu corazón, guarda
mis preceptos y vivirás; adquiere sensatez, adquiere inteligencia, no la
olvides, no te apartes de mis consejos; no la abandones, y te guardará; ámala,
y te protegerá; que tu primera adquisición sea la sensatez, con todos sus
haberes compra prudencia”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 127 (128), 1-2. 3. 4-6a):
R.- Ésta es la
bendición del hombre que teme al Señor.
- Dichoso el que
teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás
dichoso, te irá bien.
Ésta es la
bendición del hombre que teme al Señor.
- Tu mujer, como
parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
Ésta es la
bendición del hombre que teme al Señor.
- Que el Señor te
bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu
vida; que veas a los hijos de tus hijos.
Ésta es la
bendición del hombre que teme al Señor.
PRECES
Invoquemos a Dios
Todopoderoso, a quien Jesús, el Señor, nos enseñó a llamar Padre, y digámosle
suplicantes:
R. Padre santo,
guarda a tus hijos.
Padre lleno de
amor, que tanto amaste a los hombres que entregaste a tu Hijo único,
— protégenos y
defiéndenos a nosotros, tus hijos, nacidos de nuevo por el bautismo.
Tú que te
complaciste en tu Hijo amado,
— haz que cumplamos
fielmente la misión encomendada a cada uno en el mundo y en la Iglesia.
Tú que confiaste tu
Hijo a la custodia amorosa de María y José, durante su infancia,
— haz que nuestros
hijos crezcan en todo hacia Cristo.
Tú que tienes un
amor especial a los desamparados,
— haz que todos los
niños carentes de afecto familiar, con la ayuda de la comunidad cristiana,
experimenten vivamente tu paternidad.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN DE
LOS PADRES A LOS HIJOS
(Haciendo la señal
de la Cruz en su frente)
- Padre santo,
fuente inagotable de vida y autor de todo bien, te bendecimos y te damos
gracias, porque has querido alegrar nuestra comunión de amor con el don de los
hijos; te pedimos que estos jóvenes miembros de nuestra familia encuentren en
la sociedad doméstica el camino por el que tiendan siempre hacia lo mejor y
puedan llegar un día, con tu ayuda, a la meta que tienen señalada. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- Jesús, el Señor,
que amó a los niños, nos bendiga y nos guarde en su amor.
- Amén.
O bien:
- El Señor te (os)
guarde y te (os) haga crecer en su amor, para que andes (andéis) como pide
la vocación a la que has sido convocado (habéis sido convocados).
- Amén.
BENDICIÓN DE LOS ESPOSOS EN EL ANIVERSARIO DE
BODAS
RITOS
INICIALES
- En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- La gracia y la
paz de Dios Padre, que dignificó el matrimonio haciéndolo sacramento
de Cristo y la
Iglesia, estén con vosotros.
- Y con tu
espíritu.
- Queridos
hermanos: Nos hemos reunido aquí para recordar el aniversario de la celebración
del matrimonio de estos hermanos nuestros. Nos sentimos solidarios de
su alegría y con ellos queremos dar gracias a Dios. Él los ha hecho signo
de su amor en el mundo, y ellos, a través de los años, se han guardado
fidelidad (y han cumplido dignamente sus obligaciones como padres). Demos
gracias también, queridos hermanos, por todos los beneficios que el Señor os ha
concedido en vuestra vida de casados. Que Dios os conserve en el mutuo amor,
para que tengáis cada vez más un mismo pensar y un mismo sentir.
LECTURA DE LA PALABRA
DE DIOS
1Co 1, 4-8: En mi
acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que
Dios os ha dado. “En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes,
por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido
enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha
probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros
que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá
firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de
Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo,
Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!” Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 127 (128), 1-2. 3. 4-5)
R.- Dichoso el que
teme al Señor.
- Dichoso el que
teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás
dichoso, te irá bien.
Dichoso el que teme
al Señor.
- Tu mujer, como
parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
Dichoso el que teme
al Señor.
- Ésta es la
bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que
veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los
hijos de tus hijos.
Dichoso el que teme
al Señor.
INTERCAMBIO DE ANILLOS
- Acrecienta y
santifica, Señor, el amor de tus servidores y, pues se entregaron mutuamente
estos anillos en señal de fidelidad, haz que progresen en la gracia del
sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
PRECES
Invoquemos la
misericordia de Dios, Padre todopoderoso, que en su providente designio
quiso que la historia de la salvación quedara significada en el amor, la fidelidad
conyugal (y la fecundidad), y digámosle:
R. Renueva, Señor,
la fidelidad de tus servidores.
Padre santo, que
hiciste de la unión conyugal un gran misterio referido a Cristo y a la Iglesia,
—derrama con
largueza sobre estos servidores tuyos la plenitud de tu amor.
Padre santo, que
eres llamado fiel, y que pides y premias la observancia de tu alianza, —llena
de tus bendiciones a estos servidores tuyos, que recuerdan el aniversario anual
de su matrimonio.
Tú que con el Hijo
y el Espíritu Santo gozas eternamente de la plena unidad de vida y comunión de
amor,
— haz que estos
servidores tuyos recuerden siempre la alianza de amor que contrajeron en
el matrimonio y la guarden con toda fidelidad.
Tú que, en tu
providencia, dispones de tal modo los acontecimientos de la vida humana que
llevas a tus fieles a participar del misterio de Cristo,
— haz que estos
servidores tuyos, aceptando serenamente lo próspero y lo adverso,
se esfuercen por unirse a Cristo y vivir sólo para él.
Tú que quisiste que
el matrimonio fuera modelo de vida cristiana,
— haz que todos los
esposos sean testigos en el mundo del misterio de amor de tu Hijo.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN
- Te alabamos y te
bendecimos, oh Dios, creador de todas las cosas, que al principio creaste
al hombre y a la mujer para que formaran una unidad de vida y de
amor; también te damos gracias, porque te dignaste bendecir la unión
familiar de tus servidores N. y N., para que fuera imagen de la unión de Cristo
con su Iglesia. Tú que los has mantenido unidos por el amor en sus penas y
alegrías, míralos hoy con benevolencia; renueva constantemente su alianza
nupcial, acrecienta su amor, fortalece su vínculo de paz, para que (junto con
esta corona de hijos que los rodea) gocen siempre de tu bendición. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- Dios, Padre
todopoderoso, os conceda su gozo.
- Amén.
- El Hijo unigénito
de Dios os asista en las alegrías y en las tristezas.
- Amén.
- Conserve El
Espíritu Santo alimente vuestras vidas con su amor.
-Amén.
- Y a todos
vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
- Amén.
O bien, si el
ministro es un laico:
- Que Dios colme
nuestra fe de alegría y de paz.
Que la paz de
Cristo actúe de árbitro en nuestro corazón.
Que el Espíritu
Santo derrame en nosotros sus dones.
- Amén.
BENDICIÓN DE LA MADRE DESPUES DEL PARTO
RITOS
INICIALES
- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- Jesucristo, el Hijo de Dios, que por nuestra salvación se dignó nacer
de la Virgen Madre, esté con todos vosotros.
- Y con tu espíritu.
- Queridos hermanos: La comunidad cristiana ha recibido ya con gran
alegría al hijo que diste a luz. En su bautismo hemos rogado también por ti,
para que, consciente del don recibido y de la responsabilidad que has contraído
en la Iglesia, proclames, unida a la Virgen María, las grandezas del Señor.
Ahora, llenos de alegría, deseamos unirnos a ti en la acción de gracias,
invocando sobre ti la bendición de Dios.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
1S 1, 20-28: El Señor me ha concedido mi petición. “En aquellos días,
Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: —Al Señor
se lo pedí. Pasado un año, su marido Elcaná subió con toda la familia para
hacer el sacrificio anual al Señor y cumplir la promesa. Ana se excusó para no
subir, diciendo a su marido: —Cuando destete al niño, entonces lo llevaré para
presentárselo al Señor y que se quede allí para siempre. Su marido Elcaná
le respondió: —Haz lo que te parezca mejor; quédate hasta que lo destetes.
Y que el Señor te conceda cumplir tu promesa. Ana se quedó en casa y crió a su
hijo hasta que lo destetó. Entonces subió con él al templo del Señor, de Silo,
llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino.
Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Eli, diciendo: —Señor,
por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al
Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por
eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.» Después se postraron
ante el Señor”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 127 (128), 1-2. 3. 4-6a)
R.- Tus hijos, como renuevos de olivo.
- Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de
tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.
Tus hijos, como renuevos de olivo.
- Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como
renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.
Tus hijos, como renuevos de olivo.
- Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te
bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu
vida; que veas a los hijos de tus hijos.
Tus hijos, como renuevos de olivo.
ACCIÓN DE GRACIAS
Demos gracias al Señor por la nueva vida que ha florecido en esta
familia, diciendo:
R. Te damos gracias, Señor.
Por el niño que has dado felizmente a esta madre.
Te damos gracias, Señor.
Por la salud corporal de la que, gracias a ti, gozan la madre y su hijo.
Te damos gracias, Señor.
Por el bautismo recibido, que ha convertido el corazón de este niño en
templo del Espíritu Santo.
Te damos gracias, Señor.
Por la serena alegría que, con este nacimiento, has infundido en el
corazón de todos.
Te damos gracias, Señor.
Por todos los beneficios que tú nos otorgas sin cesar.
Te damos gracias, Señor.
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN
- Oh Dios, autor y protector de la vida humana, que has concedido a esta
hija tuya el gozo de la maternidad, dígnate aceptar nuestra alabanza y
escucha con bondad lo que te pedimos: que guardes de todo mal a la madre y a su
hijo, que los acompañes siempre en el camino de esta vida y que, a su tiempo,
los acojas en la felicidad de tu morada eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
O bien:
- Oh Dios, de quien desciende toda bendición y hacia quien sube la
humilde súplica del que te bendice, concede a esta madre, ayudada por tu
bendición, que se muestre agradecida contigo y tanto ella como su hijo se
alegren siempre de tu protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- El Señor, Dios todopoderoso, que te ha concedido el gozo de la
maternidad, se digne bendecirte, + para que, del mismo modo que le
agradeces el don de este hijo, puedas disfrutar con él de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
- Amén.
O bien:
- Dios, fuente y origen de toda vida, te proteja con su bondad.
- Amén.
- Confirme tu fe, robustezca tu esperanza, aumente cada vez más tu
caridad.
- Amén.
- Conserve a tu hijo, le dé la salud del cuerpo y la sabiduría del
entendimiento.
-Amén.
- Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios
todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
- Amén.
O bien, si el ministro es un laico:
- La misericordia de Dios Padre todopoderoso, la paz de su Hijo único
Jesucristo, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo os proteja en la
vida, para que, caminando a la luz de la fe, alcancéis los bienes prometidos.
Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre todos nosotros.
- Amén.
BENDICIÓN DE LA MADRE ANTES DEL PARTO
RITOS
INICIALES
- En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
- Amén.
- Jesucristo, el
Hijo de Dios, que se hizo hombre en el seno de la Virgen María, esté con todos
vosotros.
- Y con tu
espíritu.
- Queridos
hermanos: Dios es el Señor de toda vida y es él quien determina la existencia
de cada hombre y, con su providencia, dirige y conserva su vida.
Creemos que esto
tiene aplicación sobre todo cuando se trata de una vida nacida de un
matrimonio cristiano, vida que a su tiempo será enriquecida en el sacramento
del bautismo con el don de la misma vida divina. Esto es lo que quiere expresar
la bendición de la madre antes del parto, para que aguarde con fe y esperanza
el momento del parto y, cooperando con el amor de Dios, ame ya desde ahora
con afecto maternal al fruto que lleva en su seno.
LECTURA DE LA PALABRA
DE DIOS
Lc 1, 39-45: Saltó
la criatura en el vientre. “Escuchad ahora, hermanos,
las palabras del
santo Evangelio según san Lucas. Unos días después, María se puso en
camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de
Zaca-rías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la
criatura en su vientre y dijo a voz en grito: —¡Bendita tú entre las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi
Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en
mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor
se cumplirá”.
Palabra del Señor.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 32 (33), 12 y 18. 20-21. 22)
R.- La misericordia
del Señor llena la tierra.
- Dichosa la nación
cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. Los ojos
del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en
su misericordia.
La misericordia del
Señor llena la tierra.
- Nosotros
aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se
alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos.
La misericordia del
Señor llena la tierra.
- Que tu
misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
La misericordia del
Señor llena la tierra.
PRECES
Alabemos
debidamente a Cristo, el Señor, fruto bendito del vientre de María,
que por el misterio de su encarnación ha derramado en el mundo la gracia y
la benevolencia, y digámosle:
R. Bendito seas,
Señor, por tu bondad y tu misericordia.
Tú que te dignaste
hacerte hombre naciendo de una mujer, para que recibiéramos el ser hijos
por adopción.
Bendito seas,
Señor, por tu bondad y tu misericordia.
Tú que no
desdeñaste el seno de una madre, sino que quisiste que fueran proclamados
dichosos el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.
Bendito seas,
Señor, por tu bondad y tu misericordia.
Tú que en la Virgen
María, bendita entre todas las mujeres, dignificaste a toda mujer.
Bendito seas,
Señor, por tu bondad y tu misericordia.
Tú que en la Cruz
diste como madre a la Iglesia a la misma que habías elegido por madre tuya.
Bendito seas,
Señor, por tu bondad y tu misericordia.
Tú que fecundas a
la Iglesia con nuevos hijos por el ministerio de las madres acrecentando la
alegría y aumentando el gozo.
Bendito seas,
Señor, por tu bondad y tu misericordia.
Fieles a la
recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN DE BENDICIÓN
- Señor Dios,
creador del género humano, cuyo Hijo, por obra del Espíritu Santo, quiso
nacer de la Virgen María, para redimir y salvar a los hombres, librándolos de
la deuda del antiguo pecado, atiende los deseos de esta hija tuya, que te
suplica por el hijo que espera, y concédele un parto feliz; que su hijo se
agregue a la comunidad de los fieles, te sirva en todo y alcance finalmente la
vida eterna.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
- Amén.
INVOCACIÓN A LA VIRGEN
- Bajo tu
protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que
te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de
todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
CONCLUSIÓN DEL RITO
- Dios, fuente y
origen de toda vida, te proteja con su bondad.
- Amén.
- Confirme tu fe,
robustezca tu esperanza, aumente cada vez más tu caridad.
- Amén.
- En el momento del
parto atienda tus súplicas y te ayude con su gracia.
- Amén.
- Y a todos
vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y
Espíritu Santo.
- Amén.
O bien, si el
ministro es un laico:
- Oh Dios, que por
el parto de la santísima Virgen María, anunció y comunicó al género humano
el gozo de la salvación eterna, nos bendiga y nos guarde.
- Amén.
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