jueves, 4 de enero de 2024

ORAR EN FAMILIA

Oraciones y bendiciones para las diversas situaciones en familia

Por: Delegación de Pastoral Familiar Arquidiócesis de Madrid | Fuente: archimadrid.es

ORACIÓN A LA MADRE EMBARAZADA

¡Oh, María! Señora de la esperanza. A ti te miramos con ternura y gozo al verte embarazada del Creador. Madre que nos traes la alegría del recién nacido y el fruto bendito del Amor.

Te presento mi embarazo y lo dejo en tus manos providentes para que en los meses que están por venir sienta tu intercesión y, como tu amor de madre, cuida de mi hijo y lo protege en su gestación.

Madre, ayúdame a vivir con ilusión la llegada de esta nueva generación que colme de dicha mi vida y la de mi familia.

Virgen de la Esperanza, ruega por nosotros.

Amen.

 

ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA

Jesús, María y José en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos haga tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica.

(PAPA FRANCISCO)

 BENDICIÓN DE LA FAMILIA

RITOS INICIALES

- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos nosotros.

- Y con tu espíritu.

- Queridos hermanos: la familia, que por el sacramento del matrimonio recibe la gracia de Cristo y una vida nueva, tiene una especial importancia tanto para la Iglesia como para la sociedad, pues de ellas es la célula primera y vital. Con esta celebración, invocamos la bendición del Señor para que en nuestra familia seamos siempre cooperadores de la gracia y difundamos la fe en las diversas circunstancias de la vida.

Con la ayuda de Dios, cumpliremos nuestra misión, conformando toda nuestra vida según el Evangelio, para que podamos ser ante el mundo testigos de Cristo.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

1Co 12, 12-14: “Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo”.

PALABRA DE DIOS.

O bien Ef 4, 1-6: “Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo.  Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

PALABRA DE DIOS.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 127 (128), 1-2. 4-6a ):

R.- Dichoso el que teme al Señor.

- Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Dichoso el que teme al Señor.

- Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos.

Dichoso el que teme al Señor.

PRECES

Invoquemos a Cristo, el Señor, Palabra eterna del Padre, que, mientras convivió con los hombres, quiso vivir en familia y colmarla de bendiciones, y pidámosle que proteja a nuestra familia, diciendo:

R. Guarda en tu paz nuestra familia, Señor.

Tú que consagraste la vida doméstica, viviendo bajo la autoridad de María y José,

- santifica nuestra familia con tu presencia.

Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre,

— haz que Dios sea honrado y glorificado en todas las familias.

Tú que hiciste de tu santa familia un modelo admirable de oración, de amor y de cumplimiento de la voluntad del Padre,

— santifica nuestra familia con tu gracia y cólmala de tus dones.

Tú que amaste a tus parientes y fuiste amado por ellos,

— afianza a todas las familias en el amor y la concordia.

Tú que en Caná de Galilea alegraste los comienzos de una familia, al hacer tu primer signo, convirtiendo el agua en vino,

— alivia los sufrimientos y preocupaciones de nuestra familia y conviértelos en alegría.

Tú que, velando por la unidad de la familia, dijiste: «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre»,

— guarda a todos los esposos siempre unidos con el vínculo indestructible de tu amor.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Oh Dios, creador y misericordioso restaurador de tu pueblo, que quisiste que la familia, constituida por la alianza nupcial, fuera signo de Cristo y de la Iglesia, derrama la abundancia de tu bendición sobre nuestra familia, reunida en tu Nombre, para que quienes en ella vivimos unidos por el amor nos mantengamos fervientes en el espíritu y asiduos en la oración, nos ayudemos mutuamente, contribuyamos a las necesidades de todos y demos testimonio de nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

BENDICIÓN DE UNA NUEVA CASA

RITOS INICIALES

- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- La paz del Señor a esta casa y a todos los aquí presentes.

- Y con tu espíritu.

- Queridos hermanos: Queridos hermanos, dirijamos nuestra ferviente oración a Cristo, que quiso nacer de la Virgen María y habitó entre nosotros, para que se digne entrar en esta casa y bendecirla con su presencia. Cristo, el Señor, esté aquí, en medio de vosotros, fomente vuestra caridad fraterna, participe en vuestras alegrías, os con suele en las tristezas. Y vosotros, guiados por las enseñanzas y ejemplos de Cristo, procurad, ante todo, que esta nueva casa sea hogar de caridad, desde donde se difunda ampliamente la fragancia de Cristo.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Lc 10, 5-9: Paz a esta casa. “Dijo el Señor a sus discípulos: —Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz en esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 126 (127), 1. 2. 3-4. 5)

R.- El Señor nos construya la casa.

- Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

El Señor nos construya la casa.

- Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

El Señor nos construya la casa.

- La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

El Señor nos construya la casa.

- Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.

El Señor nos construya la casa.

PRECES

Con ánimo agradecido y gozoso invoquemos al Hijo de Dios, Señor de cielo y tierra, que, hecho hombre, habitó entre nosotros, y digamos:

R. Quédate con nosotros, Señor.

Señor Jesucristo, que con María y José santificaste la vida doméstica, dígnate convivir con nosotros en esta casa,

—para que te reconozcamos como huésped y te honremos como cabeza.

Tú, por quien todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado,

—haz que los habitantes de esta casa se vayan integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Tú que enseñaste a tus fieles a edificar su casa sobre piedra firme,

— haz que la vida de esta familia se apoye firmemente en tu palabra y, evitando toda división, te sirva con generosidad y de todo corazón.

Tú que, careciendo de morada propia, aceptaste con el gozo de la pobreza la hospitalidad de los amigos,

—haz que todos los que buscan vivienda encuentren, con nuestra ayuda, una casa digna de este nombre.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Asiste, Señor, a estos servidores tuyos que, al inaugurar (hoy) esta vivienda, imploran humildemente tu bendición, para que, cuando vivan en ella, sientan tu presencia protectora, cuando salgan, gocen de tu compañía, cuando regresen, experimenten la alegría de tenerte como huésped, hasta que lleguen felizmente a la estancia preparada para ellos en la casa de tu Padre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

- Amén.

ASPERSIÓN CON AGUA BENDITA

Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo, que nos redimió con su muerte y resurrección.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- Que la paz de Cristo actúe de arbitro en nuestro corazón, la palabra de Cristo habite entre nosotros en toda su riqueza, para que todo lo que de palabra o de obra realicemos, sea todo en Nombre del Señor.

- Amén.

O bien:

- Te bendecimos, Señor, porque tu Hijo, al hacerse hombre, compartió la vida de familia y conoció sus preocupaciones y alegrías. Te suplicamos ahora, Señor, en favor de nuestra familia: guárdala y protégela, para que, fortalecida con tu gracia, goce de prosperidad, viva en concordia y, como Iglesia doméstica, sea en el mundo testigo de tu gloria.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- Jesús, el Señor, que vivió en el hogar de Nazaret, permanezca siempre en nuestra familia, la guarde de todo mal y nos conceda que tengamos todos un mismo pensar y un mismo sentir.

BENDICIÓN DE UN NIÑO AÚN NO BAUTIZADO

RITOS INICIALES

- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, su Hijo, que mostró su

amor por los niños, estén con vosotros.

- Y con tu espíritu.

- Queridos hermanos: El Hijo de Dios, nuestro Señor, cuando vino al mundo, asumió la condición de niño, e iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. Más tarde, recibió benignamente a los niños y los bendijo, resaltó su dignidad, más aún, los puso como ejemplo para los que buscan de verdad el reino de Dios. Pero los niños necesitan la ayuda de los adultos para el desarrollo de sus cualidades naturales, de sus facultades morales e intelectuales, e incluso físicas, para que alcancen así la madurez humana y cristiana. Invoquemos, pues, sobre ellos la bendición divina, para que nosotros atendamos con diligencia a su formación y ellos acepten de buen grado la debida instrucción.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Mc 10, 13-16: Jesús bendecía a los niños. “Le acercaban niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: —Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño no entrará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 150, 1-2. 3-4. 5)

R.- Todo ser que alienta alabe al Señor.

- Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.

Todo ser que alienta alabe al Señor.

- Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas.

Todo ser que alienta alabe al Señor.

- Alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta alabe al Señor.

Todo ser que alienta alabe al Señor.

 PRECES

Invoquemos a Jesús, el Señor, que propuso a todos sus seguidores la sencillez de corazón y la docilidad de los niños como condición para entrar en el reino de los cielos, y digámosle suplicantes:

R. Señor, que sepamos recibirte también en la persona de los niños.

Jesús, Señor, que quieres que los nuevos hijos de la Iglesia sean engendrados, no de la carne ni de la sangre, sino de Dios,

— haz que este tiempo de preparación para el bautismo sirva para una más plena celebración de este sacramento.

Tú que, por medio de los padres y de la Iglesia, manifiestas tu amor a este niño,

— haz que todos los responsables de su cuidado tengan una verdadera dedicación a su trabajo.

Tú que, por el bautismo, nos engendraste a una nueva filiación y nos abriste las puertas de la casa de tu Padre,

— haz que, con humilde sumisión, te sigamos por donde quieras llevarnos.

Tú que, siendo todavía niño, sufriste la persecución y el destierro,

— haz que todos los niños oprimidos por la maldad de los hombres o la dureza de la vida encuentren ayuda y protección.

Por todos los beneficios que tú nos otorgas sin cesar.

Te damos gracias, Señor.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Dios, Padre todopoderoso, fuente de bendición y defensor de los niños, que enriqueces y alegras a los esposos con el don de los hijos, mira con bondad a este niño y, ya que ha de nacer de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, dígnate agregarlo a los miembros de tu grey, para que, una vez recibido el don del bautismo, sea partícipe de tu reino y aprenda a bendecirte con nosotros en la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

os guarde en su amor.

- Jesús, el Señor, que amó a los niños, os bendiga y os guarde en su amor.

- Amén

BENDICIÓN DE LOS PROMETIDOS

Limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 144 (145), 8-9. 10 y 15. 17-18)

R.- El Señor es bueno con todos.

- El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.

El Señor es bueno con todos.

- Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos te están aguardando, Tú les das la comida a su tiempo.

El Señor es bueno con todos.

- El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.

El Señor es bueno con todos.

PRECES

Invoquemos a Dios Padre, que tanto ama a los hombres que los hace hijos suyos en Cristo y los pone en el mundo como testigos de su amor. Digámosle confiadamente:

R. Haz que te amemos siempre, Señor.

Tú que has querido que tus verdaderos hijos, hermanos de Cristo, se hicieran conocer por su mutuo amor.

Haz que te amemos siempre, Señor.

Tú que impones a los hombres las suaves exigencias de tu amor, para que, sometiéndose a ellas, encuentren la felicidad.

Haz que te amemos siempre, Señor.

Tú que unes al hombre y a la mujer con el amor recíproco, para que la familia que nace de esta unión se alegre con el gozo de los hijos.

Haz que te amemos siempre, Señor.

Tú que prefiguraste espiritualmente la plenitud del amor de los desposados en el sacramento del matrimonio por el sacrificio pascual de tu Hijo, que amó a la Iglesia, y, por su sangre, la presentó ante ti inmaculada.

Haz que te amemos siempre, Señor.

Tú que llamas a N. y N. a aquella plena comunión de amor por la que los miembros de la familia cristiana llegan a tener un mismo pensar y un mismo sentir.

Haz que te amemos siempre, Señor.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Te alabamos, Señor, porque, en tu designio de bondad, mueves y preparas a estos hijos tuyos N. y N. para que se amen mutuamente; dígnate fortalecer sus corazones, para que, guardándose fidelidad y agradándote en todo, lleguen felizmente al sacramento del matrimonio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

O bien:

- Señor Dios, fuente de todo amor, tu designio providente hizo que estos prometidos se encontraran; te pedimos que a quienes imploran tu gracia en este tiempo de preparación al matrimonio les otorgues la ayuda de tu bendición, para que progresen en el mutuo afecto y se amen con amor sincero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- El Dios del amor y de la paz habite en vosotros, dirija vuestros pasos y confirme vuestros corazones en su amor.

- Amén.

BENDICIÓN DE LOS HIJOS

RITOS INICIALES

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- Hermanos, alabemos a Dios Padre, que nos ha hecho sus hijos adoptivos.

- A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

- Queridos hermanos: con razón el salmo compara a los hijos con los renuevos de olivo alrededor de la mesa familiar. Ellos, en efecto, no sólo son signo y anuncio de la bendición divina, sino que atestiguan la presencia eficaz del mismo Dios, el cual, como dador de la fecundidad en los hijos, multiplica el júbilo en la familia y aumenta su alegría. No sólo se debe a los hijos el mayor respeto, sino que conviene que se les enseñe oportunamente el amor y el temor de Dios, para que, conscientes de sus obligaciones, vayan creciendo en sabiduría y en gracia, y, teniendo ya en cuenta y poniendo por obra todo lo que es verdadero, justo y santo, sean testigos de Cristo en el mundo y mensajeros de su Evangelio.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Mt 19, 13-15: No impidáis a los niños acercarse a mí. “Escuchad ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según san Mateo. En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús dijo: —«Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.» Les impuso las manos y se marchó de allí. Palabra de Dios.

O bien Tb 4, 5-7. 19: Hijo, recuerda estas normas. “Escuchad ahora, hermanos, las palabras del libro de Tobías. Hijo, acuérdate del Señor toda tu vida. No consientas en pecado ni quebrantes sus mandamientos. Haz obras de caridad toda tu vida, y no vayas por caminos injustos, porque a los que obran bien les van bien los negocios. Da limosna de tus bienes, y no seas tacaño. Si ves un pobre, no vuelvas el rostro, y Dios no apartará su rostro de ti. Bendice al Señor Dios en todo momento, y pídele que allane tus caminos y que te dé éxito en tus empresas y proyectos. Porque no todas las naciones aciertan en sus proyectos; es el Señor quien, según su designio, da todos los bienes o humilla hasta lo profundo del abismo. Bien, hijo, recuerda estas normas; que no se te borren de la memoria”.

PALABRA DE DIOS

O bien Pr 4, 1-7: Escuchad, hijos, la corrección paterna. “Escuchad ahora, hermanos, las palabras del libro de los Proverbios. Escuchad, hijos, la corrección paterna; atended, para aprender prudencia: os enseño una buena doctrina, no abandonéis mis instrucciones. Yo también fui hijo de mi padre, amado tiernamente por mi madre; él me instruía así: «Conserva mis palabras en tu corazón, guarda mis preceptos y vivirás; adquiere sensatez, adquiere inteligencia, no la olvides, no te apartes de mis consejos; no la abandones, y te guardará; ámala, y te protegerá; que tu primera adquisición sea la sensatez, con todos sus haberes compra prudencia”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 127 (128), 1-2. 3. 4-6a):

R.- Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.

- Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.

- Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.

- Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.

PRECES

Invoquemos a Dios Todopoderoso, a quien Jesús, el Señor, nos enseñó a llamar Padre, y digámosle suplicantes:

R. Padre santo, guarda a tus hijos.

Padre lleno de amor, que tanto amaste a los hombres que entregaste a tu Hijo único,

— protégenos y defiéndenos a nosotros, tus hijos, nacidos de nuevo por el bautismo.

Tú que te complaciste en tu Hijo amado,

— haz que cumplamos fielmente la misión encomendada a cada uno en el mundo y en la Iglesia.

Tú que confiaste tu Hijo a la custodia amorosa de María y José, durante su infancia,

— haz que nuestros hijos crezcan en todo hacia Cristo.

Tú que tienes un amor especial a los desamparados,

— haz que todos los niños carentes de afecto familiar, con la ayuda de la comunidad cristiana, experimenten vivamente tu paternidad.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN DE LOS PADRES A LOS HIJOS

(Haciendo la señal de la Cruz en su frente)

- Padre santo, fuente inagotable de vida y autor de todo bien, te bendecimos y te damos gracias, porque has querido alegrar nuestra comunión de amor con el don de los hijos; te pedimos que estos jóvenes miembros de nuestra familia encuentren en la sociedad doméstica el camino por el que tiendan siempre hacia lo mejor y puedan llegar un día, con tu ayuda, a la meta que tienen señalada. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- Jesús, el Señor, que amó a los niños, nos bendiga y nos guarde en su amor.

- Amén.

O bien:

- El Señor te (os) guarde y te (os) haga crecer en su amor, para que andes (andéis) como pide la vocación a la que has sido convocado (habéis sido convocados).

- Amén.

 BENDICIÓN DE LOS ESPOSOS EN EL ANIVERSARIO DE BODAS

RITOS INICIALES

- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- La gracia y la paz de Dios Padre, que dignificó el matrimonio haciéndolo sacramento

de Cristo y la Iglesia, estén con vosotros.

- Y con tu espíritu.

- Queridos hermanos: Nos hemos reunido aquí para recordar el aniversario de la celebración del matrimonio de estos hermanos nuestros. Nos sentimos solidarios de su alegría y con ellos queremos dar gracias a Dios. Él los ha hecho signo de su amor en el mundo, y ellos, a través de los años, se han guardado fidelidad (y han cumplido dignamente sus obligaciones como padres). Demos gracias también, queridos hermanos, por todos los beneficios que el Señor os ha concedido en vuestra vida de casados. Que Dios os conserve en el mutuo amor, para que tengáis cada vez más un mismo pensar y un mismo sentir.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

1Co 1, 4-8: En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado. “En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!” Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 127 (128), 1-2. 3. 4-5)

R.- Dichoso el que teme al Señor.

- Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Dichoso el que teme al Señor.

- Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Dichoso el que teme al Señor.

- Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos.

Dichoso el que teme al Señor.

INTERCAMBIO DE ANILLOS

- Acrecienta y santifica, Señor, el amor de tus servidores y, pues se entregaron mutuamente estos anillos en señal de fidelidad, haz que progresen en la gracia del sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

PRECES

Invoquemos la misericordia de Dios, Padre todopoderoso, que en su providente designio quiso que la historia de la salvación quedara significada en el amor, la fidelidad conyugal (y la fecundidad), y digámosle:

R. Renueva, Señor, la fidelidad de tus servidores.

Padre santo, que hiciste de la unión conyugal un gran misterio referido a Cristo y a la Iglesia,

—derrama con largueza sobre estos servidores tuyos la plenitud de tu amor.

Padre santo, que eres llamado fiel, y que pides y premias la observancia de tu alianza, —llena de tus bendiciones a estos servidores tuyos, que recuerdan el aniversario anual de su matrimonio.

Tú que con el Hijo y el Espíritu Santo gozas eternamente de la plena unidad de vida y comunión de amor,

— haz que estos servidores tuyos recuerden siempre la alianza de amor que contrajeron en el matrimonio y la guarden con toda fidelidad.

Tú que, en tu providencia, dispones de tal modo los acontecimientos de la vida humana que llevas a tus fieles a participar del misterio de Cristo,

— haz que estos servidores tuyos, aceptando serenamente lo próspero y lo adverso, se esfuercen por unirse a Cristo y vivir sólo para él.

Tú que quisiste que el matrimonio fuera modelo de vida cristiana,

— haz que todos los esposos sean testigos en el mundo del misterio de amor de tu Hijo.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Te alabamos y te bendecimos, oh Dios, creador de todas las cosas, que al principio creaste al hombre y a la mujer para que formaran una unidad de vida y de amor; también te damos gracias, porque te dignaste bendecir la unión familiar de tus servidores N. y N., para que fuera imagen de la unión de Cristo con su Iglesia. Tú que los has mantenido unidos por el amor en sus penas y alegrías, míralos hoy con benevolencia; renueva constantemente su alianza nupcial, acrecienta su amor, fortalece su vínculo de paz, para que (junto con esta corona de hijos que los rodea) gocen siempre de tu bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- Dios, Padre todopoderoso, os conceda su gozo.

- Amén.

- El Hijo unigénito de Dios os asista en las alegrías y en las tristezas.

- Amén.

- Conserve El Espíritu Santo alimente vuestras vidas con su amor.

-Amén.

- Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

- Amén.

O bien, si el ministro es un laico:

- Que Dios colme nuestra fe de alegría y de paz.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en nuestro corazón.

Que el Espíritu Santo derrame en nosotros sus dones.

- Amén.

BENDICIÓN DE LA MADRE DESPUES DEL PARTO

RITOS INICIALES

- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- Jesucristo, el Hijo de Dios, que por nuestra salvación se dignó nacer de la Virgen Madre, esté con todos vosotros.

- Y con tu espíritu.

- Queridos hermanos: La comunidad cristiana ha recibido ya con gran alegría al hijo que diste a luz. En su bautismo hemos rogado también por ti, para que, consciente del don recibido y de la responsabilidad que has contraído en la Iglesia, proclames, unida a la Virgen María, las grandezas del Señor. Ahora, llenos de alegría, deseamos unirnos a ti en la acción de gracias, invocando sobre ti la bendición de Dios.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

1S 1, 20-28: El Señor me ha concedido mi petición. “En aquellos días, Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: —Al Señor se lo pedí. Pasado un año, su marido Elcaná subió con toda la familia para hacer el sacrificio anual al Señor y cumplir la promesa. Ana se excusó para no subir, diciendo a su marido: —Cuando destete al niño, entonces lo llevaré para presentárselo al Señor y que se quede allí para siempre. Su marido Elcaná le respondió: —Haz lo que te parezca mejor; quédate hasta que lo destetes. Y que el Señor te conceda cumplir tu promesa. Ana se quedó en casa y crió a su hijo hasta que lo destetó. Entonces subió con él al templo del Señor, de Silo, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino.  Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Eli, diciendo: —Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti,  rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.» Después se postraron ante el Señor”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 127 (128), 1-2. 3. 4-6a)

R.- Tus hijos, como renuevos de olivo.

- Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Tus hijos, como renuevos de olivo.

- Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Tus hijos, como renuevos de olivo.

- Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos.

Tus hijos, como renuevos de olivo.

ACCIÓN DE GRACIAS

Demos gracias al Señor por la nueva vida que ha florecido en esta familia, diciendo:

R. Te damos gracias, Señor.

Por el niño que has dado felizmente a esta madre.

Te damos gracias, Señor.

Por la salud corporal de la que, gracias a ti, gozan la madre y su hijo.

Te damos gracias, Señor.

Por el bautismo recibido, que ha convertido el corazón de este niño en templo del Espíritu Santo.

Te damos gracias, Señor.

Por la serena alegría que, con este nacimiento, has infundido en el corazón de todos.

Te damos gracias, Señor.

Por todos los beneficios que tú nos otorgas sin cesar.

Te damos gracias, Señor.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Oh Dios, autor y protector de la vida humana, que has concedido a esta hija tuya el gozo de la maternidad, dígnate aceptar nuestra alabanza y escucha con bondad lo que te pedimos: que guardes de todo mal a la madre y a su hijo, que los acompañes siempre en el camino de esta vida y que, a su tiempo, los acojas en la felicidad de tu morada eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

O bien:

- Oh Dios, de quien desciende toda bendición y hacia quien sube la humilde súplica del que te bendice, concede a esta madre, ayudada por tu bendición, que se muestre agradecida contigo y tanto ella como su hijo se alegren siempre de tu protección.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- El Señor, Dios todopoderoso, que te ha concedido el gozo de la maternidad, se digne bendecirte, + para que, del mismo modo que le agradeces el don de este hijo, puedas disfrutar con él de la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

O bien:

- Dios, fuente y origen de toda vida, te proteja con su bondad.

- Amén.

- Confirme tu fe, robustezca tu esperanza, aumente cada vez más tu caridad.

- Amén.

- Conserve a tu hijo, le dé la salud del cuerpo y la sabiduría del entendimiento.

-Amén.

- Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso,

Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

- Amén.

O bien, si el ministro es un laico:

- La misericordia de Dios Padre todopoderoso, la paz de su Hijo único Jesucristo, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo os proteja en la vida, para que, caminando a la luz de la fe, alcancéis los bienes prometidos.

Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros.

- Amén.

BENDICIÓN DE LA MADRE ANTES DEL PARTO

RITOS INICIALES

- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

- Amén.

- Jesucristo, el Hijo de Dios, que se hizo hombre en el seno de la Virgen María, esté con todos vosotros.

- Y con tu espíritu.

- Queridos hermanos: Dios es el Señor de toda vida y es él quien determina la existencia de cada hombre y, con su providencia, dirige y conserva su vida.

Creemos que esto tiene aplicación sobre todo cuando se trata de una vida nacida de un matrimonio cristiano, vida que a su tiempo será enriquecida en el sacramento del bautismo con el don de la misma vida divina. Esto es lo que quiere expresar la bendición de la madre antes del parto, para que aguarde con fe y esperanza el momento del parto y, cooperando con el amor de Dios, ame ya desde ahora con afecto maternal al fruto que lleva en su seno.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Lc 1, 39-45: Saltó la criatura en el vientre. “Escuchad ahora, hermanos,

las palabras del santo Evangelio según san Lucas. Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zaca-rías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre y dijo a voz en grito: —¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”.

Palabra del Señor.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 32 (33), 12 y 18. 20-21. 22)

R.- La misericordia del Señor llena la tierra.

- Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia.

La misericordia del Señor llena la tierra.

- Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos.

La misericordia del Señor llena la tierra.

- Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

La misericordia del Señor llena la tierra.

PRECES

Alabemos debidamente a Cristo, el Señor, fruto bendito del vientre de María, que por el misterio de su encarnación ha derramado en el mundo la gracia y la benevolencia, y digámosle:

R. Bendito seas, Señor, por tu bondad y tu misericordia.

Tú que te dignaste hacerte hombre naciendo de una mujer, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Bendito seas, Señor, por tu bondad y tu misericordia.

Tú que no desdeñaste el seno de una madre, sino que quisiste que fueran proclamados dichosos el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.

Bendito seas, Señor, por tu bondad y tu misericordia.

Tú que en la Virgen María, bendita entre todas las mujeres, dignificaste a toda mujer.

Bendito seas, Señor, por tu bondad y tu misericordia.

Tú que en la Cruz diste como madre a la Iglesia a la misma que habías elegido por madre tuya.

Bendito seas, Señor, por tu bondad y tu misericordia.

Tú que fecundas a la Iglesia con nuevos hijos por el ministerio de las madres acrecentando la alegría y aumentando el gozo.

Bendito seas, Señor, por tu bondad y tu misericordia.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN DE BENDICIÓN

- Señor Dios, creador del género humano, cuyo Hijo, por obra del Espíritu Santo, quiso nacer de la Virgen María, para redimir y salvar a los hombres, librándolos de la deuda del antiguo pecado, atiende los deseos de esta hija tuya, que te suplica por el hijo que espera, y concédele un parto feliz; que su hijo se agregue a la comunidad de los fieles, te sirva en todo y alcance finalmente la vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

- Amén.

INVOCACIÓN A LA VIRGEN

- Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

CONCLUSIÓN DEL RITO

- Dios, fuente y origen de toda vida, te proteja con su bondad.

- Amén.

- Confirme tu fe, robustezca tu esperanza, aumente cada vez más tu caridad.

- Amén.

- En el momento del parto atienda tus súplicas y te ayude con su gracia.

- Amén.

- Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso,

Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

- Amén.

O bien, si el ministro es un laico:

- Oh Dios, que por el parto de la santísima Virgen María, anunció y comunicó al género humano el gozo de la salvación eterna, nos bendiga y nos guarde.

- Amén.

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