jueves, 4 de enero de 2024

GARABANDAL

 Esta es una reflexión del Padre Justo A. Lofeudo, amigo de Conchita y seguidor de Garabandal, además de ser un promotor mundial de las Capillas de Adoración Perpetua. Os recomiendo su atenta lectura.

 “Este mundo apóstata solo podemos cambiarlo con la adoración.”

“Garabandal gira en torno a la Eucaristía, a la que «cada vez se le da menos importancia»”.

 Lo importante no es adivinar fechas sino vivir los Mensajes.

Eso es lo que importa y no estar pendientes de fechas.

Tenemos que dejar de pensar en cuándo será el Aviso, que seguro vendrá y será un acto de la misericordia divina.

Démonos en cambio por avisados y permanezcamos alerta que lo urgente es convertirse el día de hoy – porque de este hoy, de lo que hagamos o dejemos de hacer, depende nuestra eternidad – y no imaginar cómo será el mañana. “Así que no os preocupéis del mañana, el mañana se preocupará de sí mismo. A cada día le basta su pena” (Mt 6,34).

 En el núcleo de los Mensajes y hechos de Garabandal está la Eucaristía. Es la Eucaristía a la que debemos honrar y guardar la máxima devoción y respeto porque es la misma Persona de Cristo. Darle la importancia a la que nos llama la Virgen significa que debe estar en el centro de nuestra vida espiritual y ser celebrada y participada con dignidad y unción.

 Los Mensajes son una unidad en la que todo tiene que ver con todo. Así, la devoción y el respeto a la Eucaristía exige también la purificación del corazón, la reconciliación con Dios que supone también la reconciliación con el hermano, a quien se le ha perdonado las ofensas o reparado el mal contra él cometido. Es de un corazón así que la oración es escuchada y que es posible meditar con frutos la Pasión del Señor, a la que nos exhorta al final la Santísima Virgen. Meditarla también nos llevará a abandonarnos en Él, sin temor ni especulación alguna.

Juan Cruañes 

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