LOS NIÑOS ENTIENDEN MUY BIEN LAS PRIORIDADES
CUALQUIER PRETEXTO PUEDE PARECERNOS BUENOS PARA INCUMPLIR EL PRECEPTO
DOMINICAL (DORMIR UN POCO MÁS ES UNO DE ELLOS). PERO HAY QUE SER CONSCIENTE DE
CÓMO LO ESTÁN ENTENDIENDO NUESTROS HIJOS.
¿Qué le estamos
transmitiendo a nuestros hijos cuando llega un domingo, ¡aunque solo sea
algunos domingos al año!, y decidimos no ir a misa con la excusa que sea? Es lo que explica Becky Roach, madre de cinco hijos que vive en Ohio (Estados
Unidos), en un post de su blog en Catholic Link:
Un padre no necesita mucho tiempo para darse cuenta de que nuestros hijos absorben todo lo que hacemos y decimos. Recuerdo la primera
vez que escuché a mi pequeña de dos años soltar un largo suspiro y decir: “¡Oh, Dios mío! ¡No puedo más!”. Su tono y su
expresión eran exactamente las mías.
A veces te das de bruces con tus propios pecados a través de
las palabras y las acciones de tus hijos.
Recientemente acudí a un bautizo en el que el sacerdote recordó a los presentes
que sería a través de sus acciones como los niños que iban a ser bautizados
conocerían a Dios y cómo comportarse ante Él. Si el niño nos ve rezando,
aprenderá que la oración es importante, pero si el niño no ve
nunca en su vida comunicación alguna de la gente con Dios, aprenderá que la
oración no es necesaria.
Aunque ninguno de nosotros es perfecto, tenemos la responsabilidad de intentar
seguir los modelos de comportamiento que queremos que los niños imiten. Y los niños aprenden tanto de lo que hacemos, como de lo
que no hacemos. Si no convertimos ir a la iglesia en una
prioridad cada domingo, eso le está diciendo mucho al corazón de nuestros hijos
sobre la fe y sobre la vida.
HAY SEIS COSAS QUE LOS
NIÑOS APRENDEN CUANDO TE SALTAS LA MISA DOMINICAL.
1.
DIOS ES IMPORTANTE, PERO NO TAN IMPORTANTE.
Si Dios me encaja bien,
magnífico, pero solo si me conviene.
El fútbol, dormir o... (pon aquí cualquier actividad)... son más importantes
que hacer el esfuerzo de estar con Dios una hora a la semana.
2.
DIOS NO QUIERE REALMENTE DECIR LO QUE DICE.
Sí, santificar las fiestas es un
mandamiento de la Ley de Dios, pero... Dios no entiende lo atareado que estoy o
cuántos hijos tengo o lo cansado que estoy, así que soy yo quien decide, según
las circunstancias de mi vida, lo que Él quiere decir con ese mandamiento... y
con todos los demás mandamientos. A nosotros nos corresponde seleccionar y elegir qué leyes de Dios queremos seguir.
3.
LA IGLESIA NO ESPERA REALMENTE DE NOSOTROS QUE ACEPTEMOS SUS ENSEÑANZAS.
Sí, hay un mandamiento de la
Iglesia de ir a misa los domingos, pero la Iglesia no comprende lo atareado que
estoy o cuántos hijos tengo o lo cansado que estoy, así que soy yo quien decide, según las circunstancias de mi vida, lo
que la Iglesia quiere decir realmente con ese precepto.
4. LA
MISA VA SOLO DE MÍ Y DE LO QUE YO SACO DE ELLA.
Cuando vamos y venimos de misa
según nuestro capricho, parecemos olvidar que ir a misa
construye la comunidad eclesial. Tu parroquia puede necesitarte como
lector, o para cantar en el coro, o para recoger la colecta. Ver a tu familia
en la Iglesia podría ser justo la cosa que una persona anciana necesita para
alegrar su solitario domingo. Hay muchas razones por las que somos una comunidad de fe y
nos juntamos para rendir culto a Dios.
5.
CUANDO LAS COSAS SON DIFÍCILES O ABURRIDAS, NO TENGO QUE HACERLAS.
Si no vamos a misa y le decimos a
nuestros hijos que es porque la misa es “aburrida” o
que “no sacamos nada de ella”, nuestros hijos aprenden
que solo tenemos que hacer las cosas que son divertidas y emocionantes. Esto, sencillamente, no es verdad, ni
en lo que concierne a la fe ni en lo que concierne a la vida diaria. La mayor
parte de la gente no encuentra divertido ni emocionante pagar sus impuestos,
pero aun así tenemos que hacerlo.
6.
DUDAMOS DE LA PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO EN LA EUCARISTÍA Y DE LAS GRACIAS
QUE RECIBIMOS COMULGANDO.
Si crees realmente que Jesucristo
está presente en la Eucaristía y que viene a nosotros cada domingo en misa, ¿qué te aparta de Él? ¿Por qué no querrías recibir las
gracias que Él ha prometido por medio de este increíble regalo? Nuestro
Catecismo nos enseña que “la Eucaristía es el
corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su
Iglesia y todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias
ofrecido una vez por todas en la cruz a su Padre; por medio de este sacrificio
derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la Iglesia” (1407).
Queridos padres, sé y comprendo perfectamente lo difícil que es
llevar a los niños a la iglesia. A menudo, cuando acaba la misa, me
siento como si acabase de participar en un torneo de lucha. Por mucho que lo planifique y
prepare, muchísimos días los niños son algo menos que
angelicales.
Es una batalla. Pero es una batalla que vale la pena librar. No hay mejor lugar
para llevar a nuestros hijos que a los pies de Jesús. No
hay mejor lección que enseñarles que poner a Dios siempre en primer lugar,
sea lo que sea lo que esté pasando en nuestra vida y lo difícil que resulte ir
a misa.
Adivina: ¿qué pasará si esperas a llevar los niños
a misa a que se comporten mejor o a que tu vida no esté tan ajetreada? Que eso no pasará.
Satanás siempre nos ofrecerá una excusa para que nos saltemos la celebración
de la más elevada forma de oración que tenemos en la
tierra, pero Dios siempre nos dará las gracias para responder con un
“sí” cuando le pidamos que nos ayude.
Convierte la misa dominical en algo que tu familia haga
invariablemente unida. Créeme, la bendiciones y gracias que
recibirás por esta disciplina transformarán tu vida familiar de forma poderosa.
Publicado en ReL el
23 de junio de 2017.
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