Nancy Pelosi, en su discurso de despedida como presidenta de la Cámara de Representantes, el pasado mes de noviembre tras la victoria republicana en dicha cámara en las elecciones legislativas del 8 de noviembre.
"¡El poder
de Nancy Pelosi te
obliga!"
El New York Post,
periódico conservador, no ahorra el humor y evoca la célebre escena de El Exorcista para imaginarse
cómo tuvieron lugar los hechos recogidos por su medio rival, el
progresista New York Times.
Éste publicó el sábado que la católica ex presidenta de la Cámara de
Representantes llevó a su mansión en San Francisco a unos exorcistas para que liberasen la casa.
La razón para esta sorprendente
petición estaría en el ataque que sufrió su marido Paul Pelosi el 28 de octubre de 2022. Esa noche, un
hombre de 42 años llamado David DePape allanó la morada familiar y entró
preguntando por Nancy. Cuando llegó la policía que custodia la casa, se lo
encontró forcejeando con su esposo, de complexión fuerte pero de 82 años de
edad (los mismos que la ex speaker), y que fue golpeado en la cabeza con un martillo.
Tuvo que ser sometido a una
intervención quirúrgica y fue dado de alta el 3 de noviembre. Un mes después
reapareció en público junto a Nancy, aunque su recuperación
total aún requerirá
un tiempo.
El asaltante confesó a la policía
que, en la que calificó como "misión
suicida", tenía pensado secuestrar a la dirigente demócrata -en
aquel momento, número tres en la línea sucesoria de poder-, interrogarla
y romperle las rodillas si mentía.
Los Pelosi saludan al Papa en la
basílica de San Pedro el 29 de junio, tras una misa en la que Nancy
comulgó, un mes después de que su obispo le prohibiera hacerla por su impulso
activo al aborto.
"Creo que todo
lo sucedido apesadumbró gravemente su ánimo", le dijo Alexandra Pelosi, una de los cinco hijos del matrimonio, al New York Times, en referencia al impacto
de este ataque sobre su madre. "Se sintió
realmente culpable" de que Paul sufriese una agresión
destinada a ella, añadió, "y esto la rompió
por dentro. Para Acción de Gracias, hizo venir a sacerdotes para que hiciesen un
exorcismo de la casa y un servicio de oración".
SILENCIO
DIOCESANO...
El New York Post preguntó
a Arturo Albano, párroco de la iglesia de
San Vicente de Paúl en San Francisco, a la que pertenecen los Pelosi, por esta
noticia. El sacerdote dijo que nadie de la parroquia participó en dicho rito. "Por lo que yo sé, en su casa no se llevó a cabo
ningún exorcismo ni servicio sacerdotal", afirmó
tajante.
En la archidiócesis no respondieron a
la solicitud del periódico al respecto de una intervención de esa naturaleza.
Hay que recordar que el arzobispo de San Francisco, Salvatore
Cordileone, ha prohibido a Nancy recibir la comunión mientras
no se retracte públicamente de sus manifestaciones y acciones tendentes a promover el aborto en todo el país,
intensificadas a partir de junio pasado tras la sentencia Dobbs que revocó Roe vs Wade.
...Y
SARCASMO REPUBLICANO
Desde el bando republicano,
el siempre punzante Matt Gaetz,
representante por Florida, fue sarcástico al conocer la noticia, preguntándose
si Pelosi "va a pedir otro [exorcismo] para la oficina del speaker",
que ha ocupado ocho años en dos periodos (2007-11 y 2019-23).
Más punzante aún, Terry Mann, un activista republicano
que presume precisamente de hacer del sarcasmo su instrumento de
análisis, tuiteó: "Esperemos que Nancy no desaparezca después del exorcismo".
Por su parte, Bill Donohue, presidente de la Catholic League, organización que defiende los derechos de la
Iglesia frente al laicismo, recordó la contradicción en la que vive Pelosi: "Lleva su catolicismo en la manga, pero le hace la
peineta a la Iglesia católica en cada oportunidad que tiene. Si es sincera,
necesita ayuda psiquiátrica. Y si no lo es, es otro ejemplo de que Nancy
Pelosi explota a la Iglesia católica para su beneficio personal".
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