Los hombres fuertes no engañan a sus esposas.
Los
hombres fuertes no abandonan a sus hijos.
Los
hombres fuertes entienden que todo lo que hacen, es por el bien de la familia.
Si somos
fuertes, es para protegerlos a ellos.
Si
trabajamos duro, es en beneficio de ellos.
Si
avanzamos en nuestras carreras, es para abrirles brecha para un mejor futuro.
Vivir
para uno mismo es la marca distintiva de un hombre débil, todavía atrapado en
su fase infantil.
El hombre
maduro es aquel que comprende que todo lo que hace y es, en última instancia,
no es para sí mismo, sino para la riqueza del patrimonio.
Que nuestra fuerza inspire seguridad en nuestras hijas; Que nuestra lealtad alumbre el camino para nuestros hijos; Que todo el esfuerzo y sacrificio de nuestra vida sea el fundamento de la riqueza de muchas generaciones por venir: una herencia espiritual y material.
Recuerda:
esto es lo que las ideologías reinantes están
tratando de deshacer y de construir, tu masculinidad, tu independencia y la
riqueza de tu familia.
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