¿En qué consiste la virtud de la sencillez y quiénes son sus enemigos? El Padre Antonio Rivero nos responde.
Por: P. Antonio Rivero, LC |
Sencillez es todo lo contrario a doblez,
complicaciones, angustias sin sentido, trucos. Sencillez es transparencia,
limpieza interior, espontaneidad.
I. DEFINICIÓN DE LA SENCILLEZ
Cfr XI, 2393
1) LA SENCILLEZ ES APERTURA
DE CORAZÓN
Es dejar entrar a Dios en mi alma, sin cerrarle la puerta con el pestillo del
egoísmo. "El ángel entró en la presencia de
María". ¡Qué fácil fue para Dios entrar en el corazón de María, alma
sencilla, sin pliegues, sin fisuras! Dios no tuvo que derribar ningún
muro en María.
Es apertura de corazón a Dios, que es mi creador, para que Él entre, se pasee
como Dios, Señor de mi huerto, de mi palacio de Ítaca... derrumbando tal vez
ídolos a los que nuestro corazón tal vez adora ya. Es ofrecer mi corazón a Dios
para que Él obra a través de mí.
Pero también es apertura de corazón a mis hermanos: en un corazón sencillo hay
prontitud para perdonar: no seamos basureros de rencores ni de
resentimientos...perdonar las miserias de mis hermanos, comprenderlas. No
rebajar, no asesinar, no fichar, no juzgar, no destruir, no criticar. Abrir el
corazón al prójimo, a todos. La sencillez es librar el corazón de todo odio,
malquerencia, venganza, librar mi corazón de todo más pensamiento sobre
actitudes o comportamientos de mis hermanos.
2) LA SENCILLEZ ES APERTURA
DE MENTE
Es dejarse interpelar por Dios sin pedir explicaciones, sin cavilar, sin
cerrarle la puerta con el pestillo de mi racionalismo. "María
has hallado gracia delante de Dios".
El alma que no es sencilla siempre está complicándose, pidiendo explicaciones
de todo. Cuando la luz de Dios encuentra un prisma que descompone esa palabra
de Dios que viene a través del superior o de las normas... estamos ante un alma
que no es sencilla.
Cuando hay una nube que oscurece la claridad de Dios, con el pesimismo, el
derrotismo, el desaliento, el tremendismo... estamos ante un alma que no es
sencillez.
Cuando en nosotros encontramos una lente que desvíe esa luz de Dios, y en vez
de penetrar la refracta, la desvía para que rebote... estamos ante un alma que
no es sencilla.
Apertura de mente a Dios: que nos habla a través de su Palabra, los superiores,
acontecimientos.
Apertura de mente a mis hermanos, para abrirme a las opiniones de los demás,
sin querer imponer la mía.
3) LA SENCILLEZ ES APERTURA
DE VOLUNTAD
Es aceptar el plan de Dios sin regateos, sin cerrarle la puerta con el pestillo
de mi tacañería. "Hágase en mí según tu
palabra". Es abandonar mi voluntad al querer de Dios. El hombre
sencillo no tiene voluntad propia, la cede a Dios y Él se la potencia
infinitamente.
En la voluntad del alma sencilla no se debe oír sino la voz de Cristo, el
mandato de Cristo... no otras voces de mando.
4) LA SENCILLEZ ES APERTURA
DE MIS SENTIMIENTOS
Es intuir las necesidades y socorrer a los demás, sin cerrar el corazón
con el pestillo de mi miopía y falta de abnegación. "Saludó
a Isabel", "No tienen vino".
5) LA SENCILLEZ ES APERTURA
DE MI FE
Es descubrir la mano de Dios en el sufrimiento, sin rebelarme a Él. "Estaba de pie junto a la cruz de su Hijo".
El alma sencilla ve en todo la huella de Dios.
II. CAMPOS DE LA SENCILLEZ
1) Sencillez con Dios: aceptar su plan.
2) Sencillez con los
superiores: aceptarlos como son, con sus
defectos y limitaciones, "factores que no les
impi¬den ser los auténticos representantes de Dios".
3) Sencillez con los demás: amoldándose a la gran riqueza que alberga una vida
de comunidad en caracteres, temperamentos, personalidades, psicologías. Aporta
alegría, optimismo, seriedad, responsabilidad, iniciativa, armonía.
4) Sencillez conmigo mismo: no hacerme líos, no cavilar. Esto me destroza por
dentro. Al pan, pan; y al vino, vino.
III. ENEMIGOS DE LA SENCILLEZ
1) Soberbia
2) Racionalismo
3) Cavilaciones
4) Tacañería
5) Respeto humano y falsos temores
IV. FRUTOS DE LA
SENCILLEZ
1) Todo se explica mejor: vocación,
obediencia, compromisos.
2) Todo se penetra mejor: el corazón del hombre, las necesidades de la Iglesia,
de la Legión, las Constituciones.
3) Todo se afronta mejor: la vida, el sufrimiento, la dificultad.
4) Todo se sana mejor: heridas de la mente, del corazón y de los sentimientos.
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