Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a mirar a José, María y al Niño Jesús, quienes desde un principio tuvieron que enfrentar peligros y el exilio a Egipto, pero demostrando que siempre el amor puede más que la muerte. Ellos son reflejo de la Trinidad y modelo de toda familia.
La fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de
Navidad, es una
celebración que motiva a profundizar en el amor familiar, examinar la propia
situación del hogar y buscar soluciones que ayuden al papá, la mamá y los hijos
a ser cada vez más como la Familia de Nazaret.
La vida familiar no puede reducirse a los problemas de pareja, dejando
de lado los valores trascendentes, ya que la familia es signo del diálogo Dios
– hombre. Padres e hijos deben estar abiertos a la Palabra y a la escucha, sin
olvidar la importancia de la oración familiar que une con fuerza a los
integrantes de la familia.
San Juan Pablo II recomendaba mucho el rezo del Santo Rosario dentro de
las familias y tenía muy presente aquella frase que dice: “la familia que reza unida, permanece unida”.
Redacción ACI Prensa
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