domingo, 26 de diciembre de 2021

SEÑOR DE LA HUMILDAD Y LA PACIENCIA

 El Señor Jesucristo de la Humildad y la Paciencia es una de las devociones de origen colonial que se mantiene en la parte baja de la cuenca del río Huaura; específicamente en Luriama, en la zona que aún se conoce como -Campiña de Huacho-.

Es un fervor de la pasión de Jesucristo, hoy es poco común encontrarla en Sudamérica. Lo singular es que -es uno de los pocos rastros que quedan del paso de los primeros religiosos misioneros de la fe católica-. Estos fueron llamados doctrineros, hoy en día los ubicaríamos como -catequistas- pertenecieron a órdenes religiosas como: mercedarios, franciscanos, dominicos y jesuitas. Ellos educaron y predicaron, por temporadas, en estos centros de producción agrícola y pecuaria, hace 450 años, en largos periodos centenarios. Fue un trabajo constante, para asimilar a la población indígena inca, al nuevo orden feudal y monárquico de los invasores ibéricos, en castellano y negando el valor del runasimi.

Huacho se establece como “Encomienda”, conformada por varios ayllus incas, entregada de primera mano al español, don Benito Ventura Beltrán, en 1535; nuestra ciudad actual no existía ni en proyecto. Administrar una “Encomienda” no distó mucho de administrar una hacienda, implica hacer producir a la gente como esclava, proveyéndoles servicios, entre ellos, la catequización.

En la Campiña de Huacho se ubicó una iglesia como, centro de misionización y primeras letras, sobre cada uno de los ayllus incas o centros de producción agropecuaria. De manera que, en los dos ayllus de Chonta, en: Jopto, Huacán, Luriama, Hualmay, Carquín, Amay, Chaquila o Cercado de Indios y los otros, se ubicaron iglesias pequeñas, que a su vez fueron lugares de aprendizaje del castellano, de la vida de Jesucristo y también de la fusión de conocimientos: indígena e hispano. Esta fusión ancestral nos queda en la piel y el habla, y en: la sopa huachana, la salchicha de Huacho, el cebiche de pato y la pachamanca; pues la Campiña de Huacho, hoy distrito de Santa María, es un centro importante de domesticación de plantas y animales de alta utilidad en el Perú.

En el Norte Chico, en la parte alta de la cuenca del río Huaura, aún se resisten al paso invasivo y desordenado de la modernidad que llega a los sitios alejados, pequeñas iglesias de hace más de cuatrocientos años. Vestigios auténticamente coloniales, de esa ocupación española de esclavismo y religión a cambio de pan, enajenando al nativo de su tierra de origen. En la variada y exuberante iconografía de estos templos del primer tiempo colonial, aparece la imagen del Señor de la Humildad y la Paciencia, también san Bartolomé apóstol -en su representación original como exorcista-.

Nuestro Señor Jesucristo de la Humildad y la Paciencia, es una imagen pasionaria. La prédica de las enseñanzas y milagros, pasión y muerte de Jesús fueron centrales para la conversión de los gentiles; hasta en los tiempos de la Navidad. Es así que en Luriama se mantiene esa peculiaridad ancestral, de celebrar la santa paciencia del hondo dolor en el tiempo de nacimiento del mesías, el 25 y el 26 de diciembre. Existe una fecha que hace referencia a su antigüedad, aunque solo corresponde al período republicano. Se trata de un pequeño óleo que reproduce la imagen, en marco antiguo, lleva la data: 25 de diciembre de 1867 siendo mayordomo C. Q. C. Changui. Reliquia que mantiene en custodia el devoto, don Vicente Villanueva Mayo. Este cuadro era parte del grupo de tres, se los denominaba: “cobradores”, con estos y una alforja se visitaba la vivienda de personas seleccionadas para comprometerlos en la donación de fondos, o animales y vegetales, músicos, para los festejos anuales.

Para la procesión un grupo de niñas portan “los azafates” de fiesta, adornados con canutos de papelillos coloridos, acomodados en pirámide y pétalos de flores para abrir el paso del cortejo. En los años de la modernidad, la procesión del día de Navidad, va el Señor de la Humildad y la Paciencia con la imagen de un Niño Jesús en su regazo. Para Semana santa su procesión es el Lunes santo, también sale otros días santos, acompañado de la Virgen Dolorosa detrás.

La imagen del Señor de la Humildad y la Paciencia recrea a Jesús en los momentos aciagos de su pasión. Cuando después de ser azotado, coronado de espinas, con capa morada y una caña en la mano, fue mofado por la gentuza -que eran los soldados que lo apresaron, maniataron y humillaron-. Mientras “su hincha” Pedro, se hizo de miedo, lo negó y cantó el gallo para sello de esa inolvidable escena de medianoche. Cuenta la tradición que san Pedro ya no pudo oír cantar un gallo, pues le originaba un fuerte llanto de arrepentimiento.

El Señor de la Humildad y la Paciencia es una devoción que se atribuye haber sido difundida en Latinoamérica por los religiosos de la Compañía de Jesús o Jesuitas. Esta orden fue expulsada del virreinato en 1767. Es culto de la Semana santa en varias ciudades de la región española de Andalucía. Existe devoción al Señor de la Humildad y la Paciencia en México y Colombia.

La imagen del Señor de la Humildad y la Paciencia de Luriama, es una talla de madera con acabado de pasta de artista, de la época, colorido al óleo. Representa a Jesús sedente, de tamaño natural, inclinado, reposando su rostro sobre la mano izquierda, el codo sobre su rodilla, con el pie adelantado. Una antigua imagen española del Señor de la Humildad y la Paciencia de Sevilla, de 1696, es similar a la de Luriama, en el sentido del descanso del santo rostro en la mano izquierda. Las imágenes más modernas tienen variaciones, algunas llevan la mano derecha en la cara, otras llevan las manos atadas, otras corresponden al Señor de la Caña y la Esperanza; todas muy españolas.

La reflexión a la que invita la imagen del Señor de la Humildad y la Paciencia es muy profunda, de dolor muy hondo, comunicando que aún en los interminables momentos, -de horas tras horas de sufrimiento-, está el Cristo que sufrió igual que tú por ofrecerse como sacrificio y darnos vida eterna con su resurrección. También invita a ser compasivos para trasmitir la fe en Cristo y avivar la llama de su esperanza.

Esta imagen se venera en la parroquia del Señor de Humildad y Paciencia, cuenta con la Hermandad de damas y caballeros del Señor de Humildad y Paciencia de Luriama que organiza su culto anual.

El santo padre Pío de Pietrelcina, quien interactuaba con el Niño Jesús, lo vio de bebe pero con las marcas de su crucifixión. Él recomendaba la devoción de asociar la celebración de la Navidad con la Pascua de resurrección; un solo gozo espiritual, grandioso y de portento.

Santísimo Señor Jesucristo de la Humildad y la Paciencia de Luriama, ten piedad de nosotros. Amén.

Alejandro Smith Bisso.

Huacho, 10 de enero 2021.

Nota: Ofrezco esta reseña a la memoria de Ángel Villanueva Reyes (+), un joven campiñero de 27 años, devoto del Señor de la Humildad y la Paciencia de Luriama, -amigo de fb: Edu Anyel, a quien se le fue la vida el 26 de noviembre 2020. El año pasado él me sugirió elaborar una reseña sobre su devoción, por lo muy antigua. Hoy cumplo con él, pido a la eternidad descanse en paz y que brille para él la Luz perpetua, en el nombre de Jesús.

Alejandro Smith Bisso

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