A principios de este año, el Papa Francisco creó el ministerio laical de catequista en la Iglesia Católica con la publicación de la carta apostólica, en forma de motu propio, Antiquum ministerium (“Ministerio antiguo”). Estas son 5 respuestas a las preguntas que han surgido entre los fieles sobre este nuevo ministerio.
1. ¿QUÉ ES EL
MINISTERIO DE CATEQUISTA?
Un ministerio instituido es un tipo de servicio vocacional formal dentro
de la Iglesia Católica, que puede estar constituido por laicos, como un lector
o un acólito; u ordenados, como un diácono o un sacerdote.
El ministerio de catequista recientemente instituido está integrado por
laicos que tienen un llamado particular a servir a la Iglesia Católica como
maestros de la fe.
El ministerio es “estable”, lo que
significa que dura toda la vida, independientemente de si la persona lo está
llevando a cabo activamente en ese momento de su vida.
El catequista colabora con el obispo local y con los sacerdotes en la
enseñanza de la fe a la comunidad local.
2. ¿POR QUÉ SE HABLA DE
UN NUEVO MINISTERIO SI CONOZCO CATEQUISTAS?
Hoy en día hay muchos catequistas que sirven a la Iglesia a nivel
parroquial, pero el ministerio de catequista está vinculado a la diócesis, y el
catequista está a disposición del obispo diocesano.
El catequista está dedicado a la transmisión de la fe a través del
anuncio y la instrucción; no tiene ningún tipo de responsabilidad litúrgica.
Pero los catequistas pueden ser especialmente beneficiosos en lugares donde hay
pocos sacerdotes.
Las dos tareas principales que desempeña este nuevo ministerio son
catequizar o enseñar la fe y participar en los apostolados.
3. ¿QUIÉN PUEDE SER
CATEQUISTA?
Este ministerio está reservado, con algunas excepciones menores, para
los laicos católicos que no forman parte de una congregación o instituto
religioso.
El obispo es responsable de elegir hombres y mujeres para ser
instituidos en este ministerio católico en su diócesis, pero el Vaticano ha
sugerido que los candidatos más adecuados son aquellos que tienen “fe profunda y madurez humana”, son participantes
activos en la vida de la comunidad cristiana, y son “capaces
de acoger a los demás, ser generosos y vivir una vida de comunión fraterna”.
Los candidatos deben estar debidamente preparados mediante una “adecuada formación bíblica, teológica, pastoral y
pedagógica”. La experiencia previa de catequesis también es un
requisito.
Los católicos adultos bautizados que hayan recibido los sacramentos de
la Primera Comunión y la Confirmación, y deseen ser instituidos en el
ministerio de catequistas, pueden presentar una petición por escrito y firmada
a su obispo diocesano.
El Vaticano ha enfatizado el “aspecto
vocacional” del ministerio, instando a los obispos a discernir cuidadosamente
sobre qué personas admitir.
En Antiquum ministerium, el Papa Francisco describió las cualidades que la Iglesia busca en los
participantes del nuevo ministerio laical, donde indicó que el catequista “está llamado en primer lugar a manifestar su
competencia en el servicio pastoral de la transmisión de la fe, que se
desarrolla en sus diversas etapas”.
“Desde el primer anuncio que introduce al kerygma,
pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y
prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la
formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a
‘dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza’”, resaltó.
“El catequista es al mismo tiempo testigo de la fe,
maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la
Iglesia”, añadió.
4. ¿CUÁL ES EL RITO DE
INSTITUCIÓN EN EL MINISTERIO DEL CATEQUISTA?
El rito de institución es un ritual litúrgico mediante el cual se
confiere el papel de catequista. El ministerio es conferido por el obispo, o un
sacerdote delegado por él, ya sea en una Misa o en una celebración de la
Liturgia de la Palabra, siguiendo el rito litúrgico emitido por la Santa Sede el
13 de diciembre.
Si la institución tiene lugar durante la Misa, después del anuncio del
Evangelio, un sacerdote o diácono llamará por su nombre a cada uno de los
candidatos, quienes se presentarán al obispo respondiendo: “Aquí estoy”. El rito también sugiere que el
obispo debe pronunciar una breve homilía sobre el papel del catequista. Hay una
invitación a la oración, una bendición y se entrega un crucifijo a cada nuevo
catequista.
5. ¿LOS CATEQUISTAS
PUEDEN REALIZAR “EXORCISMOS MENORES”?
En la Iglesia Católica hay dos tipos de exorcismo: los “mayores” y los llamados “simples” o “menores”.
Cuando alguien se refiere al exorcismo, lo más probable es que se
refiera al acto de expulsar demonios o espíritus malignos de personas, lugares
u objetos poseídos o plagados por ellos. Se trata de un exorcismo mayor, una
práctica reservada a un sacerdote católico, delegado por su obispo para llevar
a cabo esta tarea dentro de su propia diócesis.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) explicó en su sitio web que un exorcismo menor o simple es parte del Rito
de Bautismo para Niños y parte de la Orden de Iniciación Cristiana para
Adultos.
Las pautas para el ministerio del catequista señalan que un obispo
diocesano puede delegar “catequistas
‘verdaderamente dignos y adecuadamente preparados’ para celebrar los exorcismos
menores” para los catecúmenos que se preparan para ser recibidos en la
Iglesia Católica.
Traducido y adaptado por Harumi
Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
Por: Hannah
Brockhaus
Redacción ACI Prensa
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