La Epíclesis es la invocación al Espíritu Santo en la Misa, cuando el sacerdote hace esta oración al momento de la consagración de la hostia y del vino, mientras nosotros nos arrodillamos.
¿Sabes qué es lo que pasa? Sucede
que el espíritu de Cristo vivo toma el lugar de la hostia y del vino y se hace
Presente Realmente como materia.
NO es un símbolo ni tampoco una
representación.
Es el
momento más sagrado en que Jesús cumple su palabra de darnos ese alimento que
nutre nuestro espíritu.
Es un
gran milagro que el Señor concede a sus hijos y que debemos valorar con mayor
fe en la medida que tomemos conciencia de la realidad de su Presencia Real en
la Eucaristía.
Cuando el
sacerdote levanta la hostia y el vino y nos presenta el Cuerpo y la Sangre de
Cristo no agaches la cabeza. Levántala y mira al Señor que está frente a todos,
adóralo porque lo tienes ahí enfrente, ruégale porque está verdaderamente
presente.
Contémplalo
porque él vino a verte y toca tu puerta, ábrele y déjalo entrar en comunión
contigo.
Ahí es
donde verdaderamente entra en tu corazón, Jesús Eucaristía.
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