«El cambio de preservar una vida a quitarla es enorme y no debe minimizarse»
Un total de 1.700 médicos y
enfermeros del Reino Unido han escrito una carta abierta al Secretario de
Estado de Sanidad y Asistencia Social, Sajid David, en la que expresan su
vehemente oposición al suicidio asistido. Su llamamiento se dirige también a
los parlamentarios británicos que pronto votarán una ley que legalizaría dicha
práctica.
(Kath.net/InfoCatólica) «El cambio
de preservar una vida a quitarla es enorme y no debe minimizarse», advierten
los médicos. Señalan que las salvaguardias de acompañamiento utilizadas como
contraargumento podrían volver a erosionarse en unos años, como ha demostrado
el ejemplo de Canadá.
La prohibición de matar está
presente en casi todas las sociedades civilizadas, dicen, y se basa en el valor
inconmensurable de toda vida humana. «Cualquier
cambio enviaría un claro mensaje a nuestros pacientes frágiles, ancianos y
discapacitados sobre el valor que las sociedades les otorgan». Algunos
pacientes nunca considerarían la eutanasia a menos que se les sugiriera,
aseguran los médicos. En Bélgica, uno de cada 60
suicidios asistidos se lleva a cabo sin el consentimiento del paciente, que
puede estar en coma o confundido, por ejemplo.
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