El Comité Permanente del Episcopado de Chile (CECh) recordó que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer y afirmó que “no existe ningún fundamento” para equiparlo con las uniones homosexuales; esto luego que el presidente del país expresó su apoyo a una ley de “matrimonio igualitario”.
El 1 de junio el presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció que dará
“urgencia de ley” al proyecto sobre “matrimonio igualitario”. “Todas las personas, sin distinguir
por orientación sexual, podrán vivir el amor y formar familia, con toda la
protección y dignidad que ellas necesitan y merecen”, dijo el
mandatario.
La decisión causó rechazo en distintos sectores políticos, incluido en
los partidos que integran la coalición de gobierno porque no esto habría sido
conversado previamente. Los opositores también criticaron a Piñera por
considerarlo un “oportunismo” político, ya
que el proyecto fue impulsado en 2017 por la presidenta de ese entonces,
Michelle Bachelet.
En un comunicado
emitido el 2 de junio, el
Comité Permanente del Episcopado chileno afirmó que “los que seguimos a
Jesucristo como Salvador y Señor y nos guiamos por su enseñanza, sostenemos la
certeza de que el matrimonio establecido y querido por Dios es sólo entre un varón y una
mujer, comunión que gesta vida y fundamenta la familia”.
“Lo que la Iglesia católica enseña sobre esta
materia es claro y conocido: ‘la vocación al matrimonio se inscribe en la
naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del
Creador’ (Catecismo de la Iglesia Católica, 1603)”, precisó.
La familia es el “‘lugar primario de
relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (…) nacida de
la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio entre
un hombre y una mujer’ (Compendio Doctrina Social de la Iglesia, 211)”,
agregó.
Asimismo, recordó que en su exhortación apostólica Amoris laetitia, el
Papa Francisco afirmó que “no existe ningún
fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y
el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Los obispos indicaron que “lo anterior, en
ningún caso contradice la firme convicción de la Iglesia en cuanto a que ‘toda
persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su
dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación
injusta’”.
El Consejo Permanente añadió que “por lo
demás, desde el punto de vista de los derechos de las personas que deciden
vivir juntos, la legislación nacional ha establecido un régimen que ampara
jurídicamente su decisión y le otorga un reconocimiento”, en referencia
al Acuerdo de Unión Civil.
“Esperamos que estas palabras puedan ayudar al
discernimiento de quienes ejercen la responsabilidad de legislar y de todas las
personas que buscan el mayor bien para quienes vivimos en Chile”, concluyeron los obispos.
A su turno, el Obispo de San Bernardo y Administrador Apostólico de
Rancagua, Mons. Juan Ignacio González, difundió un documento basado en el
Catecismo de la Iglesia Católica para advertir que “el
intento de querer llamar con el nombre de matrimonio a la unión de personas
del mismo sexo, es falsear la verdad sobre la columna vertebral de la sociedad
civil y de la Iglesia, con una consecuencias imprevisibles para el futuro de la
sociedad”.
“No es el estado ni las confesiones religiosas las
que deciden qué es y que no es matrimonio. El matrimonio lo constituye el
consentimiento libre entre un hombre y una mujer”, afirmó.
POR GISELLE VARGAS | ACI Prensa
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