Sugiere que el temor a ser
humillados en público les retendrá
El Dalai Lama ha reconocido
este sábado, por primera vez, que estaba al tanto de los abusos sexuales por
parte de maestros budistas «desde los años noventa»
y que «en 1993» ya discutió el tema
con líderes budistas occidentales.
(Agencias/El Mundo) En una entrevista con medios
holandeses, el Dalai Lama ha afirmado que los testimonios e historias que
cuatro víctimas holandesas y belgas le hicieron llegar el pasado viernes en un
encuentro sin precedentes en Rotterdam «no
son nuevos» para él, porque «ya sabía todas
estas cosas» desde hace varias décadas.
Además, especificó que estaba al tanto de las acusaciones contra Sogyal Rimpoché, uno de los maestros
budistas más conocidos y polémicos, acusado desde 1992 de todo tipo de abusos a
sus alumnos en diferentes centros de retiro en Europa, especialmente en el sur
de Francia, país que le está investigando por esta cuestión.
El líder espiritual tibetano
ha reiterado que la «autodisciplina es importante» para los maestros y que las víctimas de estas vejaciones «deben hacer públicas» sus historias, señalando la identidad
de su agresor, para que así «los maestros estén preocupados por si son humillados» en público.
Sin embargo, cuando cuatro
víctimas le hicieron saber al dalái lama en persona su historia en un encuentro
el pasado viernes en Rotterdam «no parecía ser consciente de la gravedad de lo ocurrido y ponía cara de
sorpresa en todo momento. Las cuatro
víctimas dieron detalles de lo que les pasó y, aunque se mostró a la defensiva
al principio, luego prometió tomar cartas en el asunto», explica a El Mundo el holandés Rob Hogendoorn, que
investigó los abusos en los últimos años. Para una de las víctimas, Oane
Bijlsma, el líder «parece que vive ajeno a lo que ocurre a su alrededor»,
mientras los profesores «violan a sus seguidores, se rodean de lujos aprovechando su posición de monjes
respetables y abusan de personas que solo van buscando respuestas a preguntas
existenciales», como le ocurrió a ella.
Los otros casos se habían
ocultado durante décadas, pero después de los escándalos en la Iglesia Católica
muchas víctimas de budistas empezaron a sacar a la luz su sufrimiento, en Reino
Unido, Francia, Bélgica, Holanda o Estados Unidos, entre otros. En Holanda incluso crearon el #MeTooGuru que
les logró la reunión sin precedentes del viernes. Un alumno de un centro en la
aldea holandesa de Makkinga, en la provincia de Frisia, denunció «lavados de cerebro, amenazas, recolección de riquezas, y
relaciones sexuales con mujeres y con niñas menores de edad»
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