En la rueda de prensa que ofreció en el viaje de
retorno de los países Bálticos, el Papa Francisco afirmó que él es el último
responsable del acuerdo provisional
que el Vaticano firmó el 22 de septiembre con el Gobierno de China
para el nombramiento de obispos.
El acuerdo tiene como uno de sus principales críticos al Obispo Emérito
de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, quien dijo en enero de este año que “el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China”.
El Purpurado también cuestionaba la posibilidad del levantamiento de la
excomunión a siete obispos ordenados sin mandato pontificio, algo que
finalmente se ha concretado junto con el acuerdo.
Ante los periodistas que lo acompañaron del 22 al 25 de septiembre en
una gira por Lituania, Letonia y Estonia, el Santo Padre explicó que el acuerdo
provisional ha sido el resultado de “un proceso de
años” en el que han colaborado personas como Mons. Claudio María Celli,
el P. Rota Graziosi y el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro
Parolin.
“El acuerdo lo he firmado yo. Al menos las cartas
plenipotenciarias para firmar ese acuerdo que yo he firmado. Yo soy el
responsable. Los otros que he nombrado en todo han trabajado por más de diez
años. No es una improvisación, sino que es un camino, un verdadero camino”, explicó el Pontífice.
Sobre los obispos que no estaban en comunión con la Iglesia, el Papa
dijo que “han sido estudiados caso por caso. Por
cada obispo han llegado al final los expedientes de cada uno a mi escritorio y
he sido yo el responsable de firmar cada caso de los obispos. Luego el caso del
acuerdo ha regresado, se ponían los borradores en mi escritorio, se conversaba,
daba mis ideas, los otros discutían y se iba adelante”.
Francisco destacó asimismo que “cuando se
hace un acuerdo de paz o una negociación, las dos partes pierden algo. Esta es
la ley. Las dos partes, y se sigue adelante. Y esto ha seguido adelante. Dos
pasos adelante, uno atrás, dos adelante, uno atrás. Luego han pasado los meses
sin hablarnos y luego llegó el tiempo de hablar, que parece al tiempo chino,
lentamente. Esta es sabiduría, la sabiduría de los chinos”.
Sobre los fieles en China que durante muchos años han sufrido la
persecución, el Santo Padre dijo: “Pienso en la
resistencia, en los católicos que han sufrido. Es cierto, y ellos sufrirán.
Siempre en un acuerdo hay sufrimiento, pero ellos tienen una gran fe, y ellos
escriben, hacen llegar los mensajes. Lo que dice la Santa Sede, lo que dice
Pedro es para ellos lo que dice Jesús. Si la fe martirial de esta gente hoy
sigue adelante, ¡son grandes!”
Sin mencionar luego a Mons. Carlo Maria Viganò, que en agosto de este
año lo acusó de no actuar como debía ante los abusos cometidos por el ex
cardenal estadounidense Theodore McCarrick, el Papa indicó que “cuando salió aquel famoso comunicado de un ex nuncio
apostólico, los episcopados del mundo me han escrito, diciendo claramente que
se sentían cercanos, que rezaban por mí”.
Del mismo modo, continuó, “los fieles chinos
han escrito y la firma de este escrito era del obispo, digamos de la Iglesia
tradicional católica y del obispo de la Iglesia Patriótica, los dos juntos y
los fieles juntos con ellos. Para mí ha sido una señal de Dios”.
Tras recordar que en el pasado los reyes de España, Portugal y del
Imperio Austro-húngaro nombraban a los obispos y el Vaticano les daba una
jurisdicción, el Papa agradeció al Señor porque eran otros tiempos: “Eran otras épocas. ¡Gracias a Dios! Que no se repitan”,
dijo.
Retomando el tema del acuerdo con China, el Papa dijo que “la cosa se hace en diálogo pero nombra Roma, nombra el
Papa. Esto es claro. Y rezamos por los sufrimientos de algunos que no entienden
o que tienen en sus espaldas muchos años de clandestinidad”.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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