Hace cinco siglo desde que se produjeron.
A finales
de 1576, un barco español se dirigía a la Real Audiencia de Quito llevando
entre el pasaje a ocho religiosas de la Orden de la Purísima Concepción. Estas hijas de Santa Beatriz de Silva cruzaban
el Atlántico para su primera fundación en América, y con ellas viajaba una niña
vizcaína de 13 años, compostelana de adopción, Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa (1562-1635). Era
sobrina de la abadesa, la Madre María
de Jesús Taboada. Desde que supo que el Rey Felipe II había pedido a la congregación que se instalase en
sus dominios transoceánicos, puso todo su empeño en convencer a sus padres y a
sus dos hermanos, y a su tía, de que la dejasen partir con ellas.
Era una
niña muy devota, que ardía en
ansias de corresponder al amor de Dios con su propio sacrificio, y
entendió que aquella misión para su tía era, de alguna forma, también su propio
llamado.
LAS
PRIMERAS VISIONES DOCUMENTADAS
Pasaron
cinco años, y cuando llegó la hora de zarpar, lo cumplió acompañando a las
conceptas. Arribaron a puerto el 30 de diciembre, y el 13 de enero de 1577 se
fundó oficialmente el Real
Monasterio de la Limpia e Inmaculada Concepción de Quito, en lo que hoy
es Ecuador, con Mariana como postulante.
Destacó
por su espíritu de oración y penitencia. En 1579 tomó el hábito y en 1581 hizo sus votos para
entregarse para siempre al Señor, entrando aquel día en éxtasis como preludio de las
visiones proféticas para las que estaba siendo preparada.
En 1593
murió su tía y ella, reconocida por todos como una monja celosa de sus deberes
y entregada a Dios, fue elegida
priora.
Fue en
esa condición cuando en la madrugada del 2 de febrero de 1594, mientras la Madre
Mariana Francisca de Jesús Torres oraba como todas las noches ante el sagrario,
la llama que ardía frente al Santísimo se apagó. La capilla quedó a oscuras, hasta que una voz le dijo: “Soy María del
Buen Suceso, la Reina del Cielo y de la Tierra”, mientras una luz
celestial iluminaba el recinto. Pudo ver a la Santísima Virgen sosteniendo al
Niño en el brazo izquierdo, y en el derecho un báculo de oro con piedras
preciosas.
Nuestra
Señora le anunció que un día aquellas tierras serían “una
república libre conocida como Ecuador” y que en el siglo XIX tendrían “un presidente de veras cristiano, varón de carácter, a quien Dios Nuestro Señor
le dará la palma del martirio en la plaza en cuyo sitio está éste
mi convento; él consagrará la república al Divino Corazón de mi amantísimo Hijo
y esta consagración sostendrá la Religión Católica en los años posteriores que
serán aciagos para la Iglesia”.
Gabriel
García Moreno es considerado por muchos un mártir, por el peso del odio a la Fe
que hubo en el magnicidio. Pincha aquí para una biografía
más amplia del presidente ecuatoriano.
Una clara
alusión a Gabriel García Moreno (1821-1875),
considerado por muchos un modelo de gobernante católico. Fue presidente entre
1861 y 1865, y posteriormente entre 1869 y 1875. El 6 de agosto de ese año,
cuando salía de rezar en la catedral, fue asesinado a machetazos y disparos por
un grupo de sicarios a sueldo de la masonería, que él había prohibido en el
país.
UNA
IMAGEN MILAGROSA
En aquel
primer mensaje, Nuestra Señora auguró que su imagen, la imagen que la Madre
Mariana veía en aquel momento, sería tallada por “Francisco
de Asís con sus manos llagadas y los
espíritus angélicos serán sus oficiales”. Ella debía situarla en
la cátedra de la priora, pues como tal quería ejercer.
Pero, por
diversas razones que iban siempre retrasando el encargo de la estatua. Hasta
que el 5 de febrero de 1610 pudo contratar a Francisco de la Cruz del Castillo, quien al cabo de un año la
tenía casi lista. Quería, no obstante, rematarla con unas tintas especiales.
Salió a comprarlas, y cuando regresó al día siguiente, el 16 de enero de
1611… lo que se encontró no tenía
nada que ver con lo que él dejó.
Esa
madrugada, al ir a rezar el oficio, las religiosas habían encontrado el coro
iluminado por una luz sobre natural que emanaba de la imagen, que se iba
tallando con un nuevo aspecto. La Madre Mariana identificó entre los escultores
a los arcángeles Miguel, Gabriel y
Rafael. Cuando la obra estuvo concluida, la misma Virgen entonó el
Magníficat.
EL
PUEBLO ECUATORIANO MANTIENE UNA GRAN DEVOCIÓN POR LA VIRGEN DEL BUEN SUCESO.
Al
comprobar asombrado que la talla encontrada nada tenía que ver con la
suya, lo declaró así por escrito y
bajo juramento para que constase el milagro. El mismo obispo de Quito, Salvador Rivera, que
seguía los trabajos, constató el cambio, y el 2 de febrero de 1611, en la
iglesia del monasterio, consagró la imagen de María del Buen Suceso de la
Purificación o Candelaria.
MADRE
AMOROSA
Aunque
las profecías que en los años sucesivo hizo Nuestra Señora la Madre
Mariana son terribles, ella nunca deja de mostrar su rostro misericordioso. Así
se definió ante la religiosa: “Soy poderosa para
aplacar la justicia divina y alcanzar
piedad y perdón a toda alma pecadora que a mí acuda con corazón contrito”.
Por eso
siempre podremos confiar en ella: “La devoción del Buen Suceso será el
pararrayos colocado entre la justicia divina y el mundo
prevaricador para que se descargue sobre esta tierra culpable el formidable
castigo que merece”.
Y, por
eso: “Ecuador
será muy feliz cuando en toda su extensión me conozcan y me honren
bajo esta advocación”.
“¡Viva el Ecuador católico!”, un grito habitual en el rosario de la
aurora en homenaje a la Virgen del Buen Suceso. Esta fue la procesión del
pasado 2 de febrero.
LAS
PROFECÍAS
Por qué
son, realmente, inquietantes las profecías y, sobre todo, el cumplimiento, cifrado
por la misma Virgen para el siglo
XX.
21
DE ENERO DE 1610
-“Se levantarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres. Satanás reinará en las sectas
masónicas y dañará principalmente a la infancia. ¡Ay de los niños de ese tiempo! Difícilmente recibirán el
sacramento del bautismo y de la confirmación. El sacramento de la confesión lo
recibirán solo los que permanezcan en escuelas católicas, que el diablo se
empeñará en destruirlas valiéndose de personas autorizadas”.
-También
anuncia “sacrilegios
y profanaciones de la Sagrada Eucaristía” y que “los enemigos de Jesucristo, incitados por el demonio,
robarán en las ciudades las hostias consagradas, con el único fin de profanar
las especies eucarísticas. Mi hijo santísimo será arrojado al suelo y pisoteado
por pies inmundos”.
-“El sacramento de la extremaunción será
poco considerado. Muchas personas morirán sin recibirlo”.
-“(El sacramento del matrimonio) será atacado y profanado en toda la
extensión de la palabra. La masonería, que entonces reinará, impondrá leyes inicuas con el objeto de
extinguir ese matrimonio”.
-“El sacramento del orden
sacerdotal será ridiculizado, oprimido y despreciado. El demonio
perseguirá a los ministros del Señor de muchas formas y trabajará con cruel y
sutil astucia para desviarlos de la vocación, corrompiendo a muchos de ellos”.
-“Habrá un lujo
desenfrenado, que por ser lazo de pecado para los demás conquistará
innumerables almas frívolas, que se perderán. Casi no se encontrará inocencia en los niños, ni pudor en las mujeres”.
2
DE FEBRERO DE 1610
La Virgen
dice este día que el conocimiento de las circunstancias en las que se ha hecho
su imagen está reservado para el siglo XX: “En
aquella época, la Iglesia se
encontrará combatida por las hordas de la secta masónica”. Ecuador
estará “agonizante por la corrupción de las
costumbres, el lujo desenfrenado, la prensa impía y la educación laica”, y
“campearán los vicios de la impureza, la blasfemia
y el sacrilegio”.
EL
NIÑO CRUCIFICADO
A finales
de 1628, el arcángel San Miguel se apareció al a Madre Mariana para que
dirigiese sus ojos al Cerro Pichincha, donde, envuelta en luz, vio una cruz donde el Niño Jesús era clavado sin
clavos y coronado de espinas, mientras decía, dirigiéndose al pueblo pecador: “No puedo hacer más por ti para demostrarme tu amor”.
2
DE FEBRERO DE 1634
Este día,
la Virgen anuncia que serán proclamados como dogmas de fe la Inmaculada Concepción (será “cuando más combatida esté la Iglesia y se encuentre
cautivo mi vicario”) y la Asunción.
Y el mismo Jesús dice a la religiosa: “¡Malditos
mil veces sean los herejes y sus secuaces, que ponen en duda los
misterios concernientes a mí y a mi madre!”
LOS
SIGNIFICADOS
En marzo
de 1634, mientras la Madre Mariana estaba rezando, se apagó la luz del
sagrario. La Virgen la encendió de nuevo y le explicó diversos significados de
lo que acababa de suceder. Entre ellos:
-“Varias herejías se propagarán en estas tierras y reinando ellas se apagará la luz preciosa de la fe por la
total corrupción de costumbres”.
-“En esos tiempos, la atmósfera estará saturada por el espíritu de impureza que, a
manera de un mar inmundo, correrá por las calles, plazas y sitios públicos con
una libertad asombrosa, de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes”.
-“Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá
tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos que, perdiendo a la
niñez, se gloriará el demonio de
alimentarse con el exquisito manjar de las almas de los niños”.
-Habrá “personas que, poseyendo cuantiosas riquezas, verán con
indiferencia la Iglesia oprimida, perseguida la virtud, triunfante la maldad,
sin emplear santamente sus riquezas en la destrucción del mal y la restauración de la fe”.
-“Habrá una guerra formidable y espantosa, correrá sangre de nacionales
y extranjeros, sacerdotes seculares y regulares. Esa noche será horrorosísima,
porque a ojos humanos el mal parecerá triunfar. Será entonces llegada mi hora, en la que yo, de un modo asombroso,
destronaré al soberbio y maldito Satanás colocándolo debajo de mis plantas y
sepultándolo en el abismo infernal, quedando por fin la Iglesia y la
patria libres de su cruel tiranía”.
MUERTE
Y CAUSA DE CANONIZACIÓN
La Madre
Mariana de Jesús de Torres se puso gravemente enferma a finales de 1634. Pasó
unas semanas de intensos dolores en los que mantuvo siempre la paz de espíritu y la alegría interior y
exterior.
La noche
del 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, recibió una última
aparición, en la que la Virgen, acompañada por los tres arcángeles que habían
tallado su imagen, reiteró para quién iban dirigidos la mayor parte de sus
mensajes: “En el siglo XX, esta devoción (a
Nuestra Señora del Buen Suceso) hará prodigios en lo espiritual, así como
en la esfera temporal. Porque es la Voluntad de Dios reservar esta advocación y
el conocimiento de tu vida para ese siglo, cuando la corrupción de las costumbres será casi general y la preciosa
luz de la fe casi se haya extinguido…”
EN
LA MADRUGADA DEL 16 DE ENERO DE 1635, FALLECIÓ.
El
obispo Pedro de Oviedo, que
gobernó la diócesis desde 1630 hasta 1646, autorizó la devoción a Nuestra
Señora del Buen Suceso. Él mismo había ordenado a la Madre Mariana escribir una
autobiografía, que figura entre los documentos recopilados en 1790 por el padre franciscano Manuel de Sousa
Pereira, cuya monumental vida de la religiosa es también la
principal fuente documental que autentifica los mensajes.
La vida
de la Madre Mariana del padre Manuel Sousa Pereira, publicada en 1790, es la
principal fuente histórica sobre la religiosa.
Fray
Manuel tuvo acceso a los archivos del convento y a otras biografías escritas
por otros franciscanos más
próximos a la época de la Madre Mariana, pues era esa orden la que atendía
espiritualmente a las monjas conceptas.
El 8 de
agosto de 1986, ochenta años después de que el cuerpo de la Madre Mariana
fuese encontrado incorrupto,
se abrió su proceso de
beatificación.
Cuerpo
incorrupto de la Madre Mariana, que se conserva en el Monasterio de la
Inmaculada Concepción de Quito.
El
postulador, monseñor Luis Cadena y
Almeida, publicó dos libros, La
Mujer y la monja extraordinaria y Mensaje
profético de la Sierva de Dios Sor Mariana, que corroboran que
las profecías fueron
escritas antes de poder ser verificadas.
Actualmente
se estudian varios posibles milagros para
avanzar en el proceso.
Publicado originariamente en Cari Filii News
No hay comentarios:
Publicar un comentario