El jesuita mostró su
entusiasmo en Twitter por el éxito de público
El P. James
Martin, sj, líder mediático más visible del lobby gay en la Iglesia Católica,
logró ayer un éxito de público en el Encuentro Mundial de las Familias que se
celebra en Dublín. El jesuita acusó a la Iglesia de tratar como leprosos a los
homosexuales.
(NCR/InfoCatólica) Dirigiéndose a un auditorio lleno con más de 1.000 personas, lo
cual llevó a los organizadores del Encuentro Mundial a tener que impedir la entrada de más gente,
el sacerdote dijo que los homosexuales
han sido tratados a menudos como «leprosos» por
la iglesia.
Martin, quien ha escrito sobre
la necesidad de crear un puente entre la comunidad LGBT y la iglesia, aseguró
que la mayoría de los católicos LGBT han sido profundamente heridos por la
iglesia.
«Se les ha sometido a burlas, insultado,
excluido, condenado o señalado para criticar, ya sea en privado o desde el
púlpito», dijo. «Es posible que nunca hayan escuchado
el término 'gay' o 'lesbiana' expresado de manera positiva, o incluso neutral».
Martin explicó que los fieles
católicos deben ayudar a las personas LGBT y sus familias a conocer a
Dios. Instó a las personas a examinar sus propias actitudes y preguntarse si creen que alguien «es pecaminoso porque es lesbiana o está más inclinada al
pecado que una mujer heterosexual.
¿Consideras a los padres 'responsables' de la orientación de un adolescente
gay? ¿La persona es transgénero solo porque está «de moda»?», preguntó.
Una de sus recomendaciones
para las parroquias y comunidades católicas fue no reducir a los homosexuales y
las lesbianas al llamado a la castidad. «Las personas LGBT son más que sus vidas
sexuales. Pero a veces eso es todo lo que oyen», dijo.
Continuando con el tema de la
tendencia a centrarse en la moralidad sexual de los feligreses LGBT, dijo que
esto era incorrecto, porque «a menudo no tienes idea de cómo son sus vidas
sexuales, y, en segundo lugar, incluso si fallan, no son los únicos».
Instó a los feligreses
católicos a concentrarse en las abundantes alegrías y tristezas en la vida de
los católicos LGBT. «Llevan vidas ricas. Muchos católicos LGBT son padres o están
cuidando a padres que envejecen, muchos ayudan a los pobres en su comunidad,
muchos están involucrados en organizaciones cívicas y de caridad. A
menudo están profundamente involucrados en la vida de la parroquia».
Para Martin, el énfasis excesivo en la sexualidad de los
católicos LGBT trajo como fruto que muchos de ellos sintieron que debían
ser deshonestos sobre quiénes son y que no tenían lugar en los ministerios.
Como todos los demás en la
parroquia que no están a la altura de los Evangelios, dijo Martin, las personas
LGBT deberían ser invitadas a los ministerios parroquiales como «ministros extraordinarios de la Eucaristía, lectores,
miembros del coro, etc».
Martin mencionó la parábola de
la bienvenida de Jesús a Zaqueo como modelo de cómo la iglesia debe
comprometerse con las personas LGBT, señalando que el encuentro con Jesús
condujo a la conversión de Zaqueo.
«¿Y qué quiero decir con conversión? No un
'terapia de conversión' (ndr: terapias que ayudan al homosexual
a dejar de serlo). No, la conversión que le ocurre a Zaqueo es la
conversión a la que todos estamos llamados. En los Evangelios, Jesús nos llama
a la metanoia, una conversión de mentes y corazones».
El P. Martin
mostró en Twitter su alegría por el éxito de público de su conferencia:
Thanks to the
1,200 people who came to my talk this morning on LGBT Catholics at the World
Meeting of Families in Dublin, and who waited in line for three hours to have
books signed. I was so grateful to be invited and to meet everyone! #WMOF2018 My heart is filled with gratitude pic.twitter.com/aHZ7Z6U4dM
— James Martin, SJ
(@JamesMartinSJ) 23 de agosto de 2018
CATECISMO Y
HOMOSEXUALIDAD
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que
experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia
personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y
las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los
presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6,
10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha
declarado siempre que “los actos homosexuales son
intrínsecamente desordenados” (Congregación
para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de
la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de
hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada,
constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta.
Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si
son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que
pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio
de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de
una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y
deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
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