Mons. John Esseff, exorcista por más de 40 años y
director espiritual durante una época de la Madre Teresa de Calcuta, analizó
los escándalos de abusos sexuales ocurridos al interior de la Iglesia.
En una columna publicada por Patti Armstrong en el National
Catholic Register, Mons. Esseff, ordenado sacerdote hace 65 años, da
algunas luces para comprender mejor la situación actual y animó a los fieles de
la Diócesis de Scranton en el estado de Pensilvania (Estados Unidos).
“Cuando fui ordenado en 1953 nadie tenía miedo de
dejar a sus hijos a mi cuidado. El sacerdocio era para bendecir y cuidar a los
niños. Con los escándalos en la Iglesia, eso ha sido dañado
significativamente”, comentó el sacerdote que dirige
el Pope Leo XIII Institute, que capacita a exorcistas.
Pese a los escándalos, como el suscitado por el informe de la Corte
Suprema de Pensilvania sobre más de mil abusos cometidos por 300 sacerdotes en
70 años, el exorcista ve algunos signos de esperanza luego de compartir el
último mes con 177 seminaristas en el Instituto para la Formación Sacerdotal en
Omaha, estado de Nebraska.
“Realmente me sorprendió escuchar sus experiencias
y pensé. ‘¡Oh Dios mío, estos son hombres de todo el país de varias nacionalidades
que aman al Señor y que quieren hacerse cargo de la Iglesia’”, dijo.
Dijo que los escándalos de abusos en la Iglesia recuerdan los atentados
del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, cuando los bomberos respondieron a
la emergencia: “Estos hijos de Dios (los
seminaristas) están corriendo hacia la Iglesia con el sueño de salvar a las
almas y expandir el Reino de Dios. Tenemos estos escándalos pero también
tenemos estos hombres magníficos”, dijo.
“Lo que nos hace miembros del cuerpo de Cristo no
es el rango. Los escándalos nos muestran que el rango no significa
necesariamente santidad. La santidad se da cuando estamos personalmente
comprometidos a Cristo, y eso está allí para cualquiera de igual forma”, explicó el exorcista. “El amor que el Padre
tiene por mí, un sacerdote, es el mismo que tiene por cualquier persona”, precisó,
Por ello afirmó que los escándalos sexuales y de corrupción en la
Iglesia no lo desalientan. “Luego de 65 años de
sacerdocio, puedo decir realmente que sin Jesús no puedo hacer nada. Soy otro
Cristo por el Padre y Él me llamó a ser su hijo” y así se une “a todo hermano y hermana en el mundo”.
Indicó que en sus años como director espiritual ha encontrado personas
muy humildes, llenas de mucha esperanza “que saben
bien a que están llamadas. No tienen ningún rango y son desconocidas para la
mayoría, pero rezan y así son la fuerza de nuestra Iglesia”.
Como ejemplo puso a Santa Teresita de Lisieux, que al fallecer era una
religiosa de clausura desconocida para el mundo y que por su fuerza espiritual
llegó a convertirse en doctora de la Iglesia y patrona de las misiones.
“Todos tenemos la misma capacidad, el poder de
rezar, ser santos y estar unidos a Dios Padre en Cristo a través del Espíritu
Santo. Y allí es donde está la verdadera fortaleza”, concluyó.
En su sitio web, el Pope Leo XIII
Institute señala que colabora con la formación espiritual de
los sacerdotes, “preparando sus mentes y corazones
para llevar la luz de Cristo y dispersar el mal para curar a los heridos y
afligidos”.
Redacción ACI
Prensa
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