Conoce el
tradicional protocolo del "privilegio del blanco"
La primera visita del
presidente de Estados Unidos Donald Trump y su esposa Melania al papa Francisco
llamó la atención de la prensa mundial por varios motivos: desde las
diferencias de perspectiva en relación a temas sensibles hasta el hecho de que
tanto la primera dama como la hija del presidente, Ivanka, usaron vestido negro
y velo delante del Papa.
La Santa Sede no impone un
código de vestimenta de manera obligatorio, pero sugiere un protocolo para
visitas de Estado y audiencias con el Papa, tanto para hombres como para
mujeres. En el caso femenino, el protocolo requiere vestido negro largo y
cuello alto, manga larga y mantilla negra. Sin embargo, por motivos históricos,
algunas reinas católicas o consortes católicas de reyes han sido
tradicionalmente exentas de usar el negro: se trata del así llamado “privilegio del blanco”, una especie de
prerrogativa concedida y mantenida a criterio del Papa.
Actualmente, sólo a siete
reinas, princesas o consortes de monarcas y monarcas eméritos les es concedido
el “privilegio del blanco”: la reina consorte Leticia, de España; la
reina emérita Sofía, también de España; la reina consorte Matilde, de Bélgica;
la reina emérita Paula, también de Bélgica; la gran duquesa María Teresa, de
Luxemburgo; la princesa Charlene, de Mónaco; y la princesa Marina, de Nápoles,
por pertenecer a la Casa de Saboya.
Se trata de una tradición cuyo
sentido es el de reverenciar la importancia del Sumo Pontífice, pero los
propios Papas no exigen al pie de la letra su cumplimiento. Varias mujeres
jefes de gobierno o de Estado fueron recibidas por los Papas sin estar vestidas
de negro en los últimos años. Fue el caso, por ejemplo, de las ex presidentas
irlandesas Mary Robinson y Mary McAleese, además de la ex primera dama Raísa
Gorbachova, de la antigua Unión Soviética, todas en encuentros con san Juan
Pablo II.
En diversas ocasiones, las
propias reinas y princesas que tienen el “privilegio
del blanco” han preferido no hacer uso de esa prerrogativa, escogiendo
vestirse de negro en gesto de reverencia al Santo Padre.
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