“El error más
grande de la vida es el estar constantemente pensando que usted hará uno.”
Anónimo
Es
probable que te encuentres en una situación desesperante con tu cónyuge, puede
ser que sea con tus hijos o cualquier otra relación, como puede ser un problema
financiero o laboral. Otros pueden estar desesperados porque necesitan tomar
una decisión y no hallan que hacer, están cansados de luchar, de intentar, lo
han hecho todo, pero nada que salen del pozo y sienten que cada día como
que se hunden mas.
La
verdad que estar en el pozo no es bueno, allí todo es oscuridad y solo se
respira angustia, miedo y muerte.
Salir
del pozo requiere paciencia y espera en Dios, creo que un ejemplo muy reciente
es el caso de los 33 mineros en Chile, que en medio de las dificultades
desarrollaron paciencia y no se dejaron vencer. Recuerda las palabras del
Salmista:
“Pacientemente esperé a
Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la
desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis
pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto
muchos, y temerán, y confiarán en Jehová” (Salmo 40:1-3).
Salir
del pozo requiere que te conviertas en protagonista y dejes de ser víctima. Tú
has sido llamado a ser el protagonista de tu vida, el protagonista espera en
Dios pacientemente antes de actuar, el protagonista no es pasivo, el protagonista
ve la vida con optimismo y se convierte en el gerente de su vida, él es
proactivo.
HAY
UN CUENTO DE LA TRADICIÓN JUDÍA QUE NOS ILUSTRA SI SOMOS ¿PROTAGONISTAS O
VÍCTIMAS?
“Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El
animal rebuznó por horas mientras el campesino trataba de buscar la forma de
ayudarle pero finalmente decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo
necesitaba ser tapado con urgencia, así que echando tierra podría solucionar
los dos problemas a la vez. Con ese fin
pidió ayuda a sus vecinos.
Cada uno tomó una pala y empezaron a echar tierra al interior
del pozo. El burro al notar lo que se le venía encima empezó a rebuznar con más
fuerza pero después de un rato se aquietó. La gente no lo veía y pensaba que
habría quedado enterrado pero lo que realmente sucedía era que el burro estaba
ocupándose de sacudirse la tierra que le arrojaban con cada palada.
Al poco tiempo, para sorpresa de todos, empezaron a verse las
orejas del asno que, apoyándose en la tierra que se sacudía y caía al suelo,
estaba logrando elevarse. Cuando llegó a la altura de la boca del pozo, dando
un salto, salió corriendo alegremente dejando boquiabiertos a sus supuestos
enterradores.”
¿QUÉ
PODEMOS APRENDER DE ESTE CUENTO?
Hay
algunas cosas que podemos aprender, en algunos momentos de nuestra vida,
podemos tener la sensación de que hemos caído en un pozo muy profundo. Todas
nuestras expectativas por el suelo, los momentos que vivimos son de mucha
tensión, no vemos la luz del sol brillar, todo parece oscuridad y en vez de
recibir ayuda lo que recibo de la gente que me rodea es juicio, critica,
rechazo y oposición, todos quieren enterrarme vivo o viva.
Podemos
aprender de este burro, que a pesar de todos los problemas que se le venían
encima al rato se aquieto y comenzó a elegir lo que le convenía
hacer. No se dejó llevar por pensamientos negativos, tampoco se enganchó
en las críticas o juicios que le
hicieron, no quedo pensando en el pasado, en todo lo bueno que había hecho y
que ahora con eso le pagaban, no se quedó
quieto preso de la tristeza y el dolor, el desengaño que se había llevado de su
amo, el no adopto la posición de pobrecito yo, el dejo de ser víctima de las
circunstancias y asumió responsabilidad por sus miedos, controló sus emociones
y no esperó a que los demás lo hicieran feliz.
El
burro se convirtió en protagonista, cada vez que le echaban tierra se sacudía
fuertemente hasta que pudo salir del pozo. El transformó el problema en una
bendición. Podemos salir del pozo de la desesperación o del lodo cenagoso si
nos convertimos en gerentes de nuestra vida. Todos deseamos correr alegremente
por la vida, sin estrés, sin angustia, sin presiones, llenos de paz y gozo.
Quiero
dejar contigo dos cosas que te ayudarán a vivir la vida al máximo:
1.
Entrega a Dios tus expectativas de que otras personas,
lugares y cosas te proporcionen felicidad y plenitud duraderas. Solo Dios puede
darte vida, gozo y paz. La Biblia enseña que El que pide recibe. Es inmaduro
pensar que alguien o alguna cosa terrenal pueda brindarnos plenitud y felicidad
duradera. Dios es la fuente de la vida; las personas y las cosas son
adicionales. Tú eliges como quieres vivir.
2.
Ten en cuenta que todo lo negativo que nos sucede puede ser
transformado en algo positivo. Como al burro de nuestro cuento, la vida nos
tira a veces, todo tipo de tierra. Si lo interpretas como un problema y te
bloqueas sintiéndote víctima de la situación, esa tierra puede acabar
aplastándote, pero si lo contemplas como un desafío, te ubicarás en la perspectiva
de protagonista, encontrarás la forma de sacudirte esa tierra y la usarás para
dar un paso hacia arriba. Así, cualquier situación se transformará en una
oportunidad para lograr un nivel más elevado de conciencia.
No
temas pensando que vas a cometer errores, hoy es el mejor momento para
descubrir el poder interior que hay en ti, tú puedes sobreponerte a las
adversidades de la vida, solo enfócate a donde quieres llegar y no en tus
miedos, espera en Dios y El pondrá en tus labios una canción de alegría. Me
gustaría leer tus comentarios.
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach personal
info@liderazgocreativo.com
Coach personal
info@liderazgocreativo.com
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