Homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta.
El lenguaje del
cristiano es siempre respetar la verdad.
Por: Redacción | Fuente: ZENIT Roma / 6 de Junio 2017
Por: Redacción | Fuente: ZENIT Roma / 6 de Junio 2017
El papa Francisco advirtió este martes durante
la homilía en la misa diaria de la Casa Santa Marta sobre la hipocresía, pecado que puede llevar a
destruir una comunidad. Y aseguró en cambio que el lenguaje del
cristiano es respetar la verdad.
El Santo Padre inició hablando de los ‘hipócritas’, palabra que Jesús usa varias veces
para calificar a los doctores de la ley. Hipócritas porque “hacen ver una cosa pero
piensan otra, como la misma etimología de la palabra indica”.
“La hipocresía no es el
lenguaje de Jesús. La hipocresía no es el lenguaje de los cristianos, un
cristiano no puede ser hipócrita y un hipócrita no es cristiano”, aseveró
el Pontífice. Y recordó con tristeza el caso de un sacerdote que conocía que se
bebía “todas las adulaciones que le hacían, era su
punto débil”.
Precisa además que “los hipócritas son aduladores, o en tono
mayor o en tono menor, pero siempre aduladores”. Y en la lectura
se ve que ellos inician adulando a Jesús para “hacer
crecer la vanidad” y le plantean una pregunta para hacerlo caer en
error: “¿Es justo pagarle al César?”.
Pero Jesús conociendo la hipocresía de ellos les
dice: ‘Por qué me quieren poner a prueba, denme una
moneda que quiero verla”. Así Jesús a los hipócritas les responde con la
realidad, que es diversa de la hipocresía o de la ideología. Y responde: ‘Lo que es del César denlo al César –porque la moneda
tenía la efigie de César– y lo que es de Dios a Dios”.
El Papa recordó que “el lenguaje de la serpiente hacia Eva fue lo
mismo”: Comienza con una adulación para después destruir a las personas”
y que el Señor dijo: “Sea vuestro lenguaje
sí, sí, no, no”.
“Cuanto mal hace a la
Iglesia la hipocresía”, exclamó el Papa y advirtió de esa actitud “pecaminosa que mata”.
“El hipócrita es capaz de asesinar a una comunidad. Habla dulcemente,
juzga brutalmente a una persona”. Y a
ellos “solamente se responde con la realidad”, como
también se responde a la ideología.
“Que el Señor nos de esta
gracia”, concluyó: “que sepa
decir la verdad y si no puedo decirla quedarme callado, pero nunca, nunca una
hipocresía”.
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