MADRID, 07 Jun. 17 / 11:01
am (ACI/Actuall).- “La culminación de
toda una vida de esfuerzo estaba
ante mí. En ese momento no parecía que hubiese otra opción. El debate sobre
cuándo empieza la vida de un bebé daba vueltas en mi cabeza, y un parto en el
tope de mi carrera me fue insoportable. ¿Qué pensarían mis patrocinadores, mi familia, mi iglesia, mis fanáticos?”.
Con esta frase, la estadounidense Sanya Richards, cuatro veces campeona olímpica,
confiesa en sus memorias que abortó un día antes de los Juegos Olímpicos de
Pekín 2008 como única solución para continuar en el deporte de élite.
En su biografía, que acaba de salir a la venta en Estados Unidos,
Richards añade que no es la única atleta americana que lo ha hecho: “No conozco a una sola atleta que no haya tenido un aborto”, tal y como
lo recoge Mundo
Deportivo.
Por aquel entonces, la excampeona olímpica se encontraba comprometida
con el jugador de fútbol americano Aaron Ross y ambos tenían planes de casarse
en 2010, pero el embarazo llegó por sorpresa.
EL ABORTO, UNA SALIDA
PARA LAS DEPORTISTAS DE ÉLITE
Y es que la estadounidense asegura que la mayoría de atletas se niegan a
recurrir a las píldoras anticonceptivas por considerar que “van a ganar peso y les va a afectar físicamente en sus
carreras”.
E insiste en que, entonces, llegan los embarazos, “pero seguimos compitiendo, y el aborto acaba llegando.
Ha sucedido y seguramente sigue pasando. Es algo de lo que todo el mundo se
avergüenza y nadie habla, Pero sigue pasando porque las chicas no disponen de
la información adecuada”.
En los Juegos Olímpicos de Pekín, Richards logró el oro junto al relevo
USA de 4×400 metros, pero señala que el aborto la rompió por dentro. “Desde entonces, aunque no lo explicase a nadie, ha sido
una parte de mi vida. Era una campeona, y no una cualquiera, una de calibre
mundial. De las alturas de esa realidad caí a las profundidades de la
desesperación”, destaca.
Unos meses después de abortar, Richards se casó con Ross, pero el aborto
estuvo tan presente en la relación que terminó dañando a la pareja. “Siempre sentí un resentimiento hacia él. Fue nuestra
metedura de pata, pero me sentí abandonada en la decisión. Él, al no decir
nada, ni a favor ni en contra, mantenía su conciencia limpia, pero no era
justo”.
A pesar de la crisis vivida, Sanya y Aaron Ross, lograron superarla y
ahora esperan un bebé.
Publicado originalmente en Actuall.
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