La Octava de Pascua terminó
con el Domingo de la Divina Misericordia y en ese día siempre se habla de Santa
María Faustina Kowalska, quien tuvo las revelaciones más elocuentes de la
Divina Misericordia; ella fue canonizada en el año 2000 por Juan Pablo II, otro
polaco.
Pero poco se recuerda que la
Kowalska recibió un mensaje de Jesús hablando de su segunda venida y
relacionándolo con la misericordia.
Jesús le dijo
“Habla al mundo acerca de Mi misericordia. Después
de ella vendrá el día de la Justicia. Va a preparar al mundo para Mi última
venida. Di a las almas de esta gran misericordia Mía, porque el día terrible,
el día de Mi justicia, está cerca”.
Y también recibió un mensaje por el cual Jesús le
dice que el tiempo de la Misericordia es para el bien de los pecadores:
“Antes que el día de la justicia estoy enviando el
Día de la Misericordia. Estoy prolongando el tiempo de la misericordia por el
bien de los pecadores. Pero ¡ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi
visitación”.
Pero además Jesús le dijo a Santa Faustina qué
habrá una gran señal en el cielo, del tipo que se menciona en los secretos a
los videntes de Medjugorje y en las apariciones de Garabandal:
“Antes de venir como un juez justo, vengo por
primera vez como el rey de la Misericordia. Antes que el día de la justicia
llegue, se le dará a la gente una señal en los cielos de este tipo: toda la luz
en los cielos se extinguirá, y habrá una gran oscuridad sobre toda la tierra. A
continuación, la señal de la cruz se verá en el cielo, y desde las aberturas en
las manos y los pies del Salvador, que fueron clavados, saldrán grandes luces
que iluminarán la tierra por un período de tiempo. Esto se llevará a cabo poco
antes del último día”.
Además esto se conecta con un evento ocurrido sobre
Jerusalén en el siglo IV, dicho por San Cirilo de Jerusalén, doctor de la
iglesia, quien lo escribió en una carta al emperador Constancio:
“En las nonas de mayo, alrededor de la tercera
hora, una gran cruz luminosa apareció en los cielos, poco más allá del Gólgota,
llegando hasta el santo monte de los Olivos, visto no sólo por una o dos
personas, sino evidente para toda la ciudad. Esto no fue, como se podría
pensar, una aparición transitoria, sino que siguió varias horas visible a
nuestros ojos y más brillante que el sol. Toda la ciudad, con asombro y alegría
de este augurio, de inmediato corrió a la iglesia, y todos a una voz alabaron a
nuestro Señor Jesucristo, Hijo único de Dios”.
Las “nonas” serían el 7 de mayo y la tercera hora
es alrededor de las 3 pm. Lo interesante es que Santa Faustina la proclamó como
la “hora de la misericordia” casi 1600 años más tarde.
Leer más en detalle aquí:
Foros de la Virgen María
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