martes, 5 de abril de 2016

CONEXIONES INCREÍBLES EN LAS REVELACIONES DE SANTA FAUSTINA SOBRE LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO…


La Octava de Pascua terminó con el Domingo de la Divina Misericordia y en ese día siempre se habla de Santa María Faustina Kowalska, quien tuvo las revelaciones más elocuentes de la Divina Misericordia; ella fue canonizada en el año 2000 por Juan Pablo II, otro polaco.

Pero poco se recuerda que la Kowalska recibió un mensaje de Jesús hablando de su segunda venida y relacionándolo con la misericordia.

Jesús le dijo

“Habla al mundo acerca de Mi misericordia. Después de ella vendrá el día de la Justicia. Va a preparar al mundo para Mi última venida. Di a las almas de esta gran misericordia Mía, porque el día terrible, el día de Mi justicia, está cerca”.

Y también recibió un mensaje por el cual Jesús le dice que el tiempo de la Misericordia es para el bien de los pecadores:

“Antes que el día de la justicia estoy enviando el Día de la Misericordia. Estoy prolongando el tiempo de la misericordia por el bien de los pecadores. Pero ¡ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visitación”.

Pero además Jesús le dijo a Santa Faustina qué habrá una gran señal en el cielo, del tipo que se menciona en los secretos a los videntes de Medjugorje y en las apariciones de Garabandal:

“Antes de venir como un juez justo, vengo por primera vez como el rey de la Misericordia. Antes que el día de la justicia llegue, se le dará a la gente una señal en los cielos de este tipo: toda la luz en los cielos se extinguirá, y habrá una gran oscuridad sobre toda la tierra. A continuación, la señal de la cruz se verá en el cielo, y desde las aberturas en las manos y los pies del Salvador, que fueron clavados, saldrán grandes luces que iluminarán la tierra por un período de tiempo. Esto se llevará a cabo poco antes del último día”.

Además esto se conecta con un evento ocurrido sobre Jerusalén en el siglo IV, dicho por San Cirilo de Jerusalén, doctor de la iglesia, quien lo escribió en una carta al emperador Constancio:

“En las nonas de mayo, alrededor de la tercera hora, una gran cruz luminosa apareció en los cielos, poco más allá del Gólgota, llegando hasta el santo monte de los Olivos, visto no sólo por una o dos personas, sino evidente para toda la ciudad. Esto no fue, como se podría pensar, una aparición transitoria, sino que siguió varias horas visible a nuestros ojos y más brillante que el sol. Toda la ciudad, con asombro y alegría de este augurio, de inmediato corrió a la iglesia, y todos a una voz alabaron a nuestro Señor Jesucristo, Hijo único de Dios”.

Las “nonas” serían el 7 de mayo y la tercera hora es alrededor de las 3 pm. Lo interesante es que Santa Faustina la proclamó como la “hora de la misericordia” casi 1600 años más tarde.

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