EL PERDÓN DE UNOS PADRES CATÓLICOS AL ASESINO DE SU HIJO
John y Sonia, con su hijo Michael, asesinado a
tiros en 2022 por un excompañero que estaba celoso porque saliera con su
exnovia.
¿Pueden unos padres
perdonar al asesino de su hijo? Con las propias fuerzas es
imposible, pero no con la ayuda de la fe. Y es lo que han podido hacer John y Sharon Echaniz durante
el juicio por el asesinato de su hijo Michael, de tan sólo 23 años. Cuando se
enteraron del suceso, ocurrido en marzo de 2022, sus padres se echaron al suelo
a rezar: “Nos arrodillamos. Era un dolor
indescriptible".
Michael Echaniz, profesor de una
academia en San Antonio (Texas), fue asesinado a tiros cuando salía de su
apartamento el 10 de marzo de 2022. Días después, el asesino, Mathew Wiessing, de 25 años, un
antiguo compañero, fue arrestado y acusado de asesinato, cuya motivación vino
por los celos por la relación de Echaniz con la exnovia de Wiessing.
Tal y como recoge Our Sunday Visitor, el
10 de enero enero, John Echaniz estuvo en la sala del tribunal de San Antonio
y escuchó a Wiessing expresar remordimiento y su deseo
de asumir su responsabilidad antes
de que el juez le impusiera una pena de prisión de 40 años.
John Echaniz leyó
unas palabras y también una reflexión manuscrita de su
esposa, la cual tuvo que quedarse en casa debido a un tratamiento de
quimioterapia. En sus respectivas declaraciones, cada padre compartió la agonía
que el asesinato de su hijo les había infligido y la cruda ira y dolor que
habían abrasado sus almas. Pero también tenían un deseo para el asesino de su
hijo.
“En cuanto a mí, te
perdono por lo que has hecho. Deseo sinceramente que algún día estés con
Michael, mi hijo, en el paraíso. Y lo digo desde el fondo de mi corazón”, dijo John Echaniz. “Junto con la
justicia, busco la misericordia de Dios para ti. Y rezo para que tu
corazón esté abierto al amor incondicional del Todopoderoso”.
Por su parte, la madre de Michael
escribió: “Quiero que sepas, Mathew Wiessing, que a pesar de todo esto, te
perdono. No te deseo ningún mal. Ruego que elijas dedicar tu vida, que es un
regalo para ti, a enmendar la devastación que has causado y, al
hacerlo, encontrar la paz”.
Ahora, John y Sharon Echaniz
están viviendo la realidad de esa oferta de perdón, confiando en su arraigada
fe católica para poder llevar a cabo en su vida el Padrenuestro: “perdónanos nuestras ofensas
como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Este matrimonio sabe que debido a su fe “es necesario” perdonar, pero “humanamente hablando” es imposible si no se hace
con oración, porque lo que pide el corazón es justicia.
“Nunca olvidaré
cuando vi el cadáver de mi hijo por primera vez en Virginia... cómo los funerarios tuvieron que tapar los
agujeros que le hicieron en el cráneo y en la mano derecha”, dijo el padre en su declaración ante el asesino. Y añadió: “Eso me hizo pensar en cómo se habría sentido la Virgen
María al contemplar a su Hijo crucificado”.
John Echaniz incluso levantó un rosario en la sala del tribunal y se lo ofreció al asesino de su hijo.
Después, le dio otro rosario a otra familia presente en el juzgado para una
audiencia sobre el asesinato de su ser querido.
Según explicaba el padre del
joven asesinado, rezar todos los días el rosario en familia con sus siete hijos
era una tradición familiar, y cada miembro invocaba a su santo patrón al final.
“Nunca olvidaré terminar ese primer rosario
familiar (después del asesinato)”, dijo John Echaniz en la sala del
tribunal. “No lloro mucho delante de mis hijos, pero
seguro que lo hice entonces”.
La oración, la misa, la adoración
eucarística y el estudio de las Escrituras han sido cruciales para sostenerlos
en este tiempo. Sharon Echaniz concluyó su mensaje a Wiessing con dos
versículos de las Escrituras: “Dad gracias al
Señor, porque es bueno; porque es eterna su misericordia” (Sal 107,1) y “en
esto está la confianza que tenemos en él; en que si le pedimos algo según su voluntad,
nos escucha” (1 Jn 5,14).
Mientras tanto, John Echaniz citó
Lucas 15, 7 ante el tribunal: “Nuestro Señor Jesús…
dijo: 'Os digo que habrá más alegría en el cielo por un pecador que se
arrepiente, que por 99 justos que no necesitan arrepentimiento'”.
John Echaniz añadía que en estos
dos años desde que mataron a su hijo, sintió como si "alguien
tuviera una mano en mi espalda y me impidiera caer", hablando del apoyo de la comunidad
parroquial que tanto ha rezado por ellos.
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