"Te amo, Jesús mío, y te amo con todas las veras y como a nadie.
Porque Tú
me has amado infinitamente,
Porque Tú
me has amado desde la eternidad.
Porque Tú
has muerto para salvarme.
Porque Tú
no has podido amar más.
Porque Tú
me has hecho participante de tu divinidad y quieres que lo sea de tu gloria.
Porque Tú
te entregas del todo a mi en la Comunión. Porque Tú me das en manjar tu Cuerpo
y en bebida tu Sangre.
Porque Tú
estás siempre por mi amor en la Santa Eucaristía.
Porque Tú
me recibes siempre en audiencia sin hacerme esperar.
Porque Tú
eres mi mayor Amigo.
Porque Tú
me llenas de tus dones.
Porque Tú
me tratas siempre muy bien, a pesar de mis pecados e ingratitudes.
Porque Tú
me has enseñado que Dios es Padre que me ama mucho.
Porque Tú
me has dado por Madre a tu misma Madre.
¡Dulce
Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más y más! Dulce Corazón de Jesús, sé
mi amor. Te amo por los que no te aman. Te amo por los que nunca piensan en Ti.
Te amo por los que no te visitan. Te amo por los que te ofenden e injurian. ¡Qué
pena por esto!
Te
amo y te digo con aquel tu siervo:
¡Oh
Jesús, yo me entrego a Ti para unirme al amor eterno, inmenso e infinito que
tienes a tu Padre celestial! ¡Oh Padre adorable! Te ofrezco el amor eterno,
inmenso e infinito de tu amado Hijo Jesús, como mío que es. Te amo cuando tu
Hijo te ama.
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